Johnny Depp es uno de los actores de referencia de la industria de Hollywood. Con una filmografía plagada de éxitos y de clásicos como Eduardo Manostijeras, Piratas del Caribe, Charlie y la fábrica de chocolate, Donnie Brasco, Sweeney Todd o Descubriendo Nunca Jamás, su nombre cruzó el charco rápidamente seduciendo a espectadores de todas las generaciones. Pero eso es el pasado.
Los últimos meses no han sido fáciles para el actor, desde el polémico divorcio de su mujer Amber Heard, saldado con un acuerdo millonario -dinero que ella donó a la beneficencia-, hasta la demanda a su agente y administrador por estafa. Depp no levanta cabeza pasando por una depresión y un deterioro físico visible. Este jueves, Rolling Stone ha publicado una entrevista con el actor en la que se ha sincerado.
"Estaba tan abajo como creo que podría haber estado. El siguiente paso era, 'Vas a entrar en un sitio con los ojos abiertos y vas a marcharte con ellos cerrados. No podía soportar el dolor cada día", ha admitido Depp en esta sincera entrevista, en la que también se mencionan otras polémicas como el hecho de que durante el casting para el papel de Gellert Grindelwald en la saga Animales fantásticos y dónde encontrarlos le tuvieran que chivar sus frases a través de un pinganillo.
Para solucionar sus problemas personales, los cuales ya estaban afectando a su carrera profesional, Depp ha iniciar un diario en el que narrar todos esos pensamientos y procesar lo que le estaba pasando, especialmente durante su actual gira con la banda, Hollywood Vampires. "Me serví un vodka por la mañana y comencé a escribir hasta que las lágrimas llenaron mis ojos y no podía ver las páginas. Seguí intentando averiguar qué he hecho para merecer esto. He intentado ser bueno con todos, ayudar a todos, ser leal con todos. La verdad es lo más importante para mí. Y esto sigue pasando".
Un Depp destrozado es el que se abre paso en esta interesante entrevista en la que vemos el lado más humano de uno de los actores más famosos del séptimo arte, un ídolo caído en desgracia, pero un ídolo al fin y al cabo.