Butacas llenas y expectación máxima. Así se recibió a Gus Van Sant el pasado viernes 22 de junio sobre las ocho de la tarde en la sala 1 del Cine Doré, hora en que iba a tener lugar la proyección de Elephant, cinta por la que ganó la Palma de Oro en Cannes 2003, acompañada de un coloquio con el cineasta americano. El director estadounidense viajó a Madrid la semana pasada para presentar la exposición de La Casa Encendida, que incluye dibujos y pinturas del director, así como fotografías tomadas por él y diversas muestras de sus primeras filmaciones, y la retrospectiva Espíritus jóvenes bellos, que durante el mes de junio ocupa la sala de proyecciones de la Filmoteca Española, y entre las actividades programadas se encontraba el pase de la cinta que rememora la masacre de Columbine.
Tras la proyección de Elephant, el público del Cine Doré pudo preguntar al cineasta algunas cuestiones relativas a la producción del filme, que Van Sant (No te preocupes no llegará lejos a pie) respondió generosamente. Habló del proceso de creación del filme, de su huella personal y de las diversas fuentes de inspiración que le ayudaron a realizarla, entre otras cuestiones.
Van Sant, no obstante, aprovechó la ocasión para hablar asimismo de otras de las obras de su filmografía, por ejemplo, de su remake de Psicosis, una de las películas más controvertidas del cineasta y tal vez menos comprendidas por parte de la crítica. También charló sobre El indomable Will Hunting, sobre su trabajo con el inolvidable Robin Williams y sobre qué supone estar nominado en la gala de los Oscars.
En suma, una velada para recordar en la que el Cine Doré de Madrid se llenó de un público de todas las edades que quiso disfrutar de la ocasión única de poder tener cerca y preguntarle, desde curiosidades a inquietudes cinéfilas, a uno de los cineastas más imprescindibles del actual panorama contemporáneo.