Ésta no es una película para niños
Quién engañó a Roger Rabbit no sólo recaudó los millones suficientes como para permitir a Zemeckis hacer lo que le diera la gana con la saga de Regreso al futuro: también consiguió un respaldo general de la crítica, de la que sin embargo surgieron varias voces arremetiendo contra el tono incongruente de la película. Y es que, pese a ser un film lleno de absurdeces y carcajadas, Roger Rabbit era en realidad una historia muy siniestra, donde esas absurdeces podían acabar mal si decidías tirarle ese piano a un ser humano, y las carcajadas excesivas podían matar a las comadrejas. Además, claro, lo del juez Doom, que en el guión original confesaba ser el asesino de la madre de Bambi, pero en Disney pensaban que eso ya sería ir demasiado lejos.
La película de Robert Zemeckis es violenta y bastante sórdida, y proviene de la arriesgada decisión de respetar el material literario aunque sólo sea un poco. Así, no acaba siendo sólo un homenaje divertidísimo al género noir, sino que también se permite parodiar la figura de la femme fatale con Jessica Rabbit, y decide convertirse en un plagio bastante descarado de Chinatown de Roman Polanski. Un caso que comienza por una infidelidad, un detective traumatizado, una trama criminal que acaba afectando al ámbito urbanístico... ¿Coincidencia? No lo creo.
Cuando la animación se hizo adulta
Era muy difícil que una apuesta como Quién engañó a Roger Rabbit saliera bien, debido a su caudal de referencias cinéfilas, a su violencia y a la complejidad de su trama; sin embargo, lo hizo. Y su formidable éxito en taquilla no sólo antecedió otra época dorada, la de Disney, al ser seguido inmediatamente por el estreno de La sirenita en 1989: también lanzó la animación a unos terrenos mainstream de los que nunca se había alejado, pero que por primera vez atraían a un público mucho más heterogéneo. Sin ir más lejos, Disney quiso superarse a lo largo de la siguiente década con películas cada vez más ambiciosas y espectaculares, mientras que, por supuesto, la mezcla de animación y live action quiso también avanzar con ellas. Aunque, la verdad... sin tanto éxito.
Escasos años después del estreno de la película de Zemeckis se estrenaron En busca del Rey Sol y Cool World, dirigidas respectivamente por Don Bluth y Ralph Bakshi. Ambos films fueron fracasos absolutos y muy feos, pero al menos Don Bluth tendría tiempo de redimirse con Anastasia, y los sucesivos estrenos de Space Jam y, especialmente, Looney Tunes: De nuevo en acción, conseguirían quitarnos el mal sabor de boca, y mantener el espíritu burlón y lúdico de Quién engañó a Roger Rabbit.