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    Gus Van Sant (‘No te preocupes, no llegará lejos a pie’): "El cine ayuda a crear empatía"

    El director de 'Elephant' o 'Mi nombre es Harvey Milk' presenta su nuevo trabajo con Joaquin Phoenix, un biopic que sigue al dibujante alternativo John Callahan.

    El cineasta Gus Van Sant, uno de los nombres más iconoclastas del cine independiente americano (Elephant, El indomable Will Hunting) visitó Madrid para presentar su nuevo trabajo, No te preocupes, no llegará lejos a pie, donde se reencuentra con Joaquin Phoenix veinte años después de Todo por un sueño. No te preocupes, no llegará lejos a pie (puedes ver aquí la videocrítica), sin embargo, no puede ser más opuesta, porque aquí Van Sant relata el accidente que dejó en una silla de ruedas al dibujante de historietas John Callahan, y su vida tras ese terrible suceso que le dejó en una silla de ruedas, cuando el viñetista sufrió su propio via crucis para liberarse de su adicción al alcohol. Hablamos con el cineasta, que también ha hecho de embajador de la exposición sobre su obra pictórica y fotográfica en La Casa Encendida y la retrospectiva que le ha dedicado Filmoteca Española, sobre su nuevo filme, su obra filmográfica y qué significa hoy Estados Unidos, a la luz de los terribles sucesos de la política de Donald Trump.

    ‘No te preocupes, no llegará lejos a pie’ es un proyecto que nació hace 20 años de la iniciativa de Robin Williams. ¿Qué ha cambiado del proyecto original?

    Gus Van Sant – Cuando se escribió el primer guion –hubo varios guiones, la película se basa en el tercero que escribimos–, todo era muy distinto y tampoco nos convencían demasiado, la verdad. La idea era que Robin Williams iba a ser el protagonista, pero por alguna razón no se siguió con el proyecto. Nadie nos dijo porqué no continuábamos, Sony no nos comentó el porqué. Pero cuando me volvieron a ofrecer el proyecto hace dos años, inmediatamente me puse en contacto con Joaquim porque pensé que era el mejor actor para interpretar este papel. Pero el guion ya era muy distinto a ese primer esqueleto de entonces. Aquí, hemos trabajado más el proceso de recuperación de Callahan, su lucha contra el alcoholismo, mientras que en el guion de Williams no era un asunto tan central. Ahora que lo pienso, tal vez ese primero guion no tenía tan claro hacia dónde quería llegar la película.

    SND

    Tuvo la oportunidad de conocer a John Callahan y de poder entrevistarle para la película. ¿Cómo era? ¿Cuánto hay del espíritu de Callahan en el filme final?

    Gus Van Sant – Creo que lo mejor de las entrevistas que rodamos con John Callahan es la manera en que se movía en la silla de ruedas, que Joaquin Phoenix captó de manera muy clara. No mucho más, en realidad. John hablaba de la muerte, pero no lo hacía tanto en las entrevistas.

    En su cine ha retratado personajes más o menos marginales, pero con un talento inaudito. ¿Qué encuentra en ellos que le atraen tanto?

    Gus Van Sant – No sé si sabría responderte a esta pregunta. Cada vez que construyes un personaje quieres poner de relieve su originalidad. Incluso a los personajes más comunes intentas darles algo para que sobresalgan del resto.

    Pero en el caso de Callahan y de ‘No te preocupes, no llegará lejos a pie’, estamos hablando de una persona que vivió en realidad.

    Gus Van Sant – Sí, era un personaje que vivía de manera muy marginal. John Callahan hacía muchos chistes de su vida en los dibujos y en ellos explicaba a veces la relación con alguien, con una persona que había conocido en la calle, por ejemplo. Decía que a menudo le hablaban como si no fuera un ser humano de verdad y que él lo podía notar en el tono de voz de los demás. Él hacía chistes de eso, y decía que le hacía mucha gracia, pero a la vez todo esto era triste y terrible para él.

    Cada vez que construyes un personaje quieres poner de relieve su originalidad. Incluso a los personajes más comunes intentas darles algo para que sobresalgan del resto.

    ¿Cree, en este sentido, que el humor sirve como herramienta de supervivencia para, por ejemplo, aquellas personas que sufren algún tipo de discapacidad?

    Gus Van Sant – Creo, en efecto, que los discapacitados tienen ese don, el del humor. John Callahan sabía cómo tratar su discapacidad. Expresaba la ira que sentía en sus viñetas. Las viñetas a menudo expresan la ira de algún modo, igual que lo hacen las bromas y los chistes.

    Diamond Films

    Y, el cine, ¿funciona para desintegrar prejuicios? En sus películas, incluso en las más comerciales y las más ‘artys’, hay esa preocupación por poner de relieve una crítica social.

    Gus Van Sant – Creo que sí, desde luego. Sí que ayuda, es terapéutico y ayuda a crear empatía. El espectador puede llegar a conocer a los personajes y tener una relación diferente con este tipo de personas en la vida real.

    Si, como dice, el cine puede ayudar a crear empatía, ¿qué le provocan las imágenes de los niños en jaulas, separados de sus familias en la frontera de Estados Unidos con México, que vimos recientemente, a causa de la política migratoria de Trump?

    Gus Van Sant – Lo de los niños es un tema que toca a todo el mundo. Para mí es algo… Ha sido una idea tremenda utilizar el tema de la frontera en esta dirección y es una idea que viene de un plan intencionado. Lo de los niños en jaulas de Trump viene de un lugar muy oscuro y malvado. La reacción debe ser internacional. Ha sido una equivocación enorme. Es difícil sentirse bien viviendo ahora en EE.UU. con todo lo que está pasando.

    Ha venido a Madrid para presentar la retrospectiva de su obra en Filmoteca Española, la exposición sobre fotos, acuarelas y filmes en La casa encendida, y el estreno de ‘No te preocupes, no llegará lejos a pie’. ¿Cómo le ayuda repasar su trayectoria a encarar los futuros proyectos?

    Gus Van Sant –  Todo este conjunto, ocurrió poco a poco. Primero fue la exposición en la Cinemateca de Francia, pero como soy cineasta, les pareció natural hacer la retrospectiva. Son dos cosas separadas. Pero, en realidad, todo esto me da algo de corte y me pone un poco incómodo. La exposición se inauguró por primera vez en París hace cuatro años, y para mí ya es algo vieja, también es pasado.

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