"Se está mejor en casa que en ningún sitio", decía Dorothy al golpear tres veces los zapatos de rubí en el final de El mago de Oz, pero esos míticas bailarinas rojas con tacón han tardado 13 años en regresar al museo que era su hogar, tras haber sido sustraídas del Museo Judy Garland, en Grand Rapids, Minnesota, en 2005. Las autoridades federales de Estados Unidos han anunciado que los zapatos han sido recuperados y que volverán a las vitrinas del centro dedicado a la actriz.
Los tacones rojos sustraídos y ya recuperados son uno de los tres pares que calzó la actriz durante el rodaje de la cinta de Victor Fleming, y estaban expuestos en el museo dedicado a la actriz de Cabaret en préstamo, dado que pertenecían al coleccionista Michael Shaw. El robo de esos zapatos tuvo lugar en 2005 y supuso tal escándalo y daño sentimental que las autoridades llegaron a ofrecer hasta 250,000 dólares de recompensa. Por su parte, un donante anónimo llegó a ofrecer hasta 1 millón de dólares por cualquier pista fiable.
Sea como fuere, no ha hecho falta tal desembolso de dinero, aunque aún faltan detalles por conocer sobre cómo han sido recuperados los zapatos rojos de El Mago de Oz. Por fortuna, los otros dos han estado a buen recaudo, guardados con celo en la academia de Hollywood y en el Museo Smithsonian.