En Cuando los ángeles duermen, seguimos a un hombre que regresa a casa después del trabajo y cómo una serie de circunstancias le harán enfrentararse a su lado oscuro. La segunda película de Gonzalo Bendala nos sumerge en un viaje nocturno de pesadilla en el que brilla un reparto entregado, tanto a nivel físico como psicológico. Julián Villagrán (Extraterrestre) interpreta a Germán, Marián Álvarez a su esposa Sandra y Ester Expósito (Élite) a Silvia, una joven a la que el destino se le tuerce. Hablamos con los protagonistas sobre los vericuetos de la película y las exigencias de un rodaje extenuante.
Julián, en 'Cuando los ángeles duermen' llevas el peso de la película de manera muy determinante. ¿Qué te interesó del papel de Germán: el perfil dramático del personaje o poder ahondar en los claroscuros del alma humana?
Julián Villagrán – Pues fue un poco todo, en realidad. Es cierto que llevaba como dos o tres años haciendo solo comedia y tenía ganas de meterme en el fango. Y la verdad es que me llegó a las manos el guion de Gonzalo y cuando lo leí me encantó. Me parece que estaba muy bien trazado y la evolución que tienen los personajes está muy clara, además de su final sorprendente e impactante. Me enamoró, la verdad. Hice la prueba, me eligieron y me sentí muy feliz.
¿Pasaste por el proceso y los nervios del casting, entonces?
Julián Villagrán – Sí, hice prueba. Hice un par de castings, si no me equivoco. A veces sí tengo nervios con algunas películas, pero en este caso me gustaba tanto la historia y estaba tan convencido de que quería hacerla, que me preparé muchísimo y cuando llegó el momento de hacer la prueba me sentía muy seguro con la propuesta que traía.
Ester, es tu debut en el cine y lo haces con un papel muy intenso. ¿Cómo has sentido esta primera experiencia?
Ester Expósito – ¡Sin duda muy intenso! Evidentemente, te pones un poco nerviosa durante las fases del casting, pero sobre todo sentía esas ganas de saber si me iban a coger o no, porque quería conseguir el papel. Y el rodaje fue agotador por todos los factores que hacen tan única a la cinta: está rodada de noche y tiene mucha acción. Lo más cansado, sin embargo, fue la interpretación, porque fue muy agotadora psicológicamente. Aún y así, rodar tan cansados y hasta las narices ayudaba a la trama y a las circunstancias de los personajes.
Tantas jornadas de rodaje nocturno debió afectaros, imagino.
Julián Villagrán – La película es todo exterior noche y los personajes están en un estado físico y emocional tan extremo que mantener tantas horas durante tantos días ese estado fue muy agotador. Pero bueno, ya sabes, sarna con gusto no pica.
Marián, ¿cómo ha sido construir este personaje tan separado y al mismo tiempo que influye tanto en la vida del protagonista? Compartes muy poquitas escenas con Julián pero la conexión es total.
Marián Álvarez – ¡Ese era el reto! Crear una relación con alguien a quien no vas a ver en todo el rodaje, y conseguir que se viera que es una relación de años, que la pareja tiene un pasado y unos problemas reales, era el objetivo. Julián y yo ya nos conocíamos y habíamos trabajado juntos, y para el papel estuvimos ensayando, como si habláramos por teléfono, probando distintas estrategias.. ¡Fue como rodar una película dentro de otra película. En una casa, interior día [risas]! Aunque no lo parezca, mi papel también tiene sus complicaciones, porque me paso toda la película hablando por teléfono con alguien invisible, y con una niña de seis años. ¡Y trabajar con niños tiene su complicación! Lo que más me preocupaba era no saber en qué estado me iba a encontrar al equipo después de no sé cuantas semanas rodando de noche. Pensaba que vendrían en plan The Walking Dead.
Me preocupaba no saber en qué estado me iba a encontrar al equipo después de no sé cuantas semanas rodando de noche. Pensaba que vendrían en plan 'The Walking Dead'.
Tu rol en la trama de ‘Cuando los ángeles duermen’ es muy significativo y algo incómodo.
Marián Álvarez – Sandra es un personaje incómodo desde el principio hasta el final. En el fondo, desencadena la tensión de Germán. Es el catalizador de todo eso tan jevi que explota. Y yo lo que quería era que ella fuera hasta el final y asumiendo todas las consecuencias. El personaje de Sandra me recordaba a las mujeres de los políticos corruptos que de repente no saben nada de lo que hacen sus esposos, pero al revés, porque no quería que Sandra se hiciera la tonta. Es un personaje pequeño, pero con recovecos muy interesantes que no sabía muy bien hacia dónde iban a llevarme.
Hablando con Gonzalo, hemos coincidido en que ‘Cuando los ángeles duermen’ a veces coquetea con el cine de terror. ¿Os señaló estas influencias a la hora de rodar?
Julián Villagrán – Lo cierto es que no nos habló de referencias concretas. A mí me recomendaron la película de Tom Hardy que pasa dentro de un coche, Locke. Es brutal. A mí, Cuando los ángeles duermen me recordaba un poco a Collateral, de Michael Mann, porque me parece que la apuesta de Gonzalo, a pesar de ser una cinta de acción, estaba basada en una cámara muy cercana y en el desarrollo de los personajes. Creo que Cuando los ángeles duermen es sobre todo una película de personajes, que los sigue y observa su transformación in crescendo.
Ester Expósito – En mi caso, no tenía ningún referente concreto. Tampoco Gonzalo nos dio indicaciones sobre si la cinta iba por un lado u otro. Sí que nos dejó muy claro que teníamos que transmitir esa angustia y nerviosismo constante, como si el cuerpo estuviera fuera de sí. Gonzalo nos pedía que estuviéramos a punto de explotar.
Rodar de noche, dentro de un coche, y en un terreno que no ves apenas. ¿Cómo preparasteis esos sets de rodaje tan duros?
Julián Villagrán – Marta Velasco, productora de la película, siempre dice que el coche es un personaje más. Teníamos dos vehículos en el rodaje y a dos personas dedicadas a ellos: a quitar puertas, romper cristales, ponerlos, cuidarlos... En fin, en el rodaje fuimos acomodándonos a las circunstancias. A meter, por ejemplo, al equipo técnico dentro del coche: tres personajes más el equipo de cámara. Era opresivo, un poco locura.. .
Ester Expósito – Pues sí, todo era noche, frío, moratones, suciedad, campo, bichos... Pero todo eso le iba muy bien a los personajes, y tratamos de incorporar esas incomodidades a las dinámicas del rodaje. Y como te contaba antes, estábamos también agotados psicológicamente. La verdad es que yo me lo pasaba muy bien con las peleas y no tanto con los lloros y los gritos. Nos hicimos algún que otro arañazo y golpe...
¿Qué creéis que aporta ‘Cuando los ángeles duermen’ al thriller contemporáneo español? Es un género que disfruta de una segunda juventud en nuestro cine desde hace unos años.
Marián Álvarez – Cuando los ángeles duermen es un thriller, pero tiene la particularidad de que no es un thriller al uso donde los buenos son buenos y los malos, malos. Es decir, es una historia que le puede pasar a cualquiera y el espectador puede empatizar más. Los filmes de suspense a veces son muy esquemáticos y no te implicas tanto. En Cuando los ángeles duermen acabas implicándote y acabas metido en un problema moral, creo, porque habla de los claroscuros del ser humano. También me pasa con los thrillers que el papel de la mujer suele ser residual y ridículo, y aquí no sucede. Los personajes femeninos de Cuando los ángeles duermen son clave, y me parece que le dan un buen repaso a todo eso.