Las siguientes líneas contienen 'SPOILERS' de La monja
La monja de Corin Hardy ha llegado a los cines y, lejos de ser un título independiente del Universo Expediente Warren, tiene una conexión especial en su desenlace con las dos primeras entregas de la saga: Expediente Warren: The Conjuring (2013) y Expediente Warren: El caso Enfield (2016).
Según se explica en el filme, Valak (Bonnie Aarons) -que ya aparecía en El caso Enfield- es un demonio que llega a un convento de Rumanía en los Años Oscuros gracias a un rito que abre una puerta al infierno. Esta es sellada por los Templarios, que usan la sangre de Cristo para conseguirlo. Sin embargo, una de las bombas lanzadas en la Segunda Guerra Mundial cae justo en la puerta y la vuelve a abrir, lo que provoca que el Gran Presidente del Infierno vuelva a aterrorizar el citado convento.
Uno de los datos más relevantes en la película es que la única forma de que el demonio viva es poseyendo a una persona. Y aunque la hermana Irene (Taissa Farmiga) consigue al final volver a sellar la entrada -con un padre Burke (Demián Bichir) herido-, Valak se encuentra ya en el cuerpo de Frenchie (Jonas Bloquet). ¿Es esta la primera vez que vemos al divertido personaje? En absoluto.
La monja conecta después con una escena de The Conjuring en la que Carolyn Perron acude a un seminario, impartido por Ed (Patrick Wilson) y Lorraine Warren (Vera Farmiga) con el objetivo de que los demonólogos la ayuden a liberar su casa de presecias demoníacas. En la charla, el matrimonio revela un caso en el que practicó un exorcismo a un hombre francés que había sido atacado y poseído. El nombre del mismo resulta ser Maurice Theriault o, lo que es lo mismo, Frenchie. En los momentos finales de la cinta, el espíritu trata de ahogar al personaje francocanadiense y le consigue poseer -lo que se aprecia con la marca de una cruz invertida en la nuca. El encuentro de Lorraine y Frenchie también sirve para que esta vea, por primera vez, al Valak con el que se topará en El caso Enfield.