Ser niño prodigio del cine no es tarea fácil. Muchos alcanzan la fama a edades muy tempranas, pero conseguir mantenerla y al mismo tiempo mantener la cabeza fría y crecer como alguien normal, no es fácil. Henry Thomas, el protagonista de La maldición de Hill House, lo sabe muy bien.
El actor era el joven protagonista de E.T. El extraterrestre, era Elliott, el pequeño que encuentra a ET y que se convierte en seguida en su mejor amigo, cuidándole, ayudándole y salvándole de los peligros de la Tierra y de los desconocidos. Ahora, en su regreso por la puerta grande a la fama, Thomas habla para Mail Online sobre esa dura infancia por no poder hacer lo que siempre soñaba:
Parecía que conseguir un papel en la película era una cosa de una vez, y mis padres pensaban igual. Para ellos solo era cuestión de un momento de suerte. No se quisieron mudar. No querían cambiar nada. Mi madre no disfrutaba dejando la casa o incluso llevando zapatos, lo odiaba. Por lo que sentía un poco de presión de no introducirme por completo en ese mundo y seguir pegado a mi vida. Después ella comenzó a ser muy crítica porque solo conseguía papeles secundarios, 'No sé por qué no estás en el póster. Habla con tu gente'. Era un conflicto, pero ese tiempo tenía 17 años y decidí dar un paso adelante diciéndoles: 'Voy a hacerlo y no necesito tu ayuda, solo me estáis frenando'. Creo que eso fue más traumático para mi madre que para mí porque sentía que me estaba perdiendo
Thomas decidió en ese momento mudarse a Nueva York para comenzar a trabajar en el cine, en los últimos años le hemos podido ver en distintos proyectos como Traición, Ouija: El poder del mal, Grip and Electric o El juego de Gerald, pero ahora con La maldición de Hill House ha recuperado la fama internacional. ¿Qué será lo próximo?