La historia de una de las escritoras francesas más importantes e innovadoras del siglo XX llega este viernes, 16 de diciembre, a la gran pantalla con Colette. La cinta, dirigida por Wash Westmoreland (Siempre Alice), cuenta la historia de la autora Sidonie-Gabrielle Colette, a quien da vida Keira Knightley (El Cascanueces y los Cuatro Reinos). Para prepararte de cara al estreno del filme, en SensaCine te traemos en EXCLUSIVA -gracias a DeaPlaneta-, una entrevista con la actriz que puedes ver sobre estas líneas.
Me sorprendió casi todo en su historia. Creo que lo actual que parece todo. Es una historia que habla de política de género, de sexo, de feminismo... Así que pensé: 'Es extraordinario que esté ambientada entre los años 90 del siglo XIX y el principio del siglo XX y que aún tengamos estas conversaciones hoy en día
Si Knightley es Colette, el villano de esta historia es Dominic West (Tomb Raider), quien da vida al marido de la protagonista. Uno de los momentos clave de la vida de la autora ocurre cuando su esposo le pide que escriba novelas basadas en su experiencia para publicarlas bajo su nombre. "Es, posiblemente, uno de los hombres más carismáticos que he conocido", afirma la intérprete sobre su compañero de reparto. "Creo que es el único hombre que he conocido del que haya pensado: 'Si asesinaras a alguien delante de mí, podrías librarte", bromea la actriz.
Elizabeth Bennet y Colette, dos mujeres adelantadas a su época
La filmografía de Knightley se ha caracterizado por dar vida a personajes de época. Tanto reales como ficticios. Pero hay dos que han marcado la carrera de la actriz. El primero de ellos es Elizabeth Bennet en Orgullo y prejuicio y el segundo este, Colette.
Creo que Colette siempre será uno de los grandes personajes que he interpretado junto a Elizabeth Bennet. Creo que Colette es un personaje maravilloso que tener en tu currículum
No cabe duda de que ambas -ficticia y real- son dos mujeres adelantadas a su tiempo, pero para Knightley hay algo más importante en la vida de Colette que eso. "Lo que más me gustó de ella no fue necesariamente que estuviera delantada a su tiempo, sino que era totalmente natural consigo misma y que si encontraba una parte del mundo que no encajaba con ella, se esforzaba para hacerla encajar", afirma. "Vivió su vida sin vergüenza y exploró su sexualidad sin vergüenza. Eso me pareció un mensaje muy importante".