¡Cuidado, SPOILERS! No sigas leyendo si no has visto la película
La monja llegó a los cines a principios de septiembre y meses después continúa siendo un éxito. Además de hablar de la mala experiencia que pasaron los actores en el rodaje y de ver el lanzamiento del tráiler de La llorona, que recuerda mucho al universo de Expediente Warren, ahora recordamos un pequeño agujero de guion en el que quizás no has caído.
La historia del filme comienza con el suicidio de una monja, lo que lleva a los protagonistas a Rumanía para investigar lo sucedido. En el filme aparece que la fallecida es enterrada en un cementerio católico; sin embargo, esto no es posible según la doctrina de la iglesia si nos situamos en la época en la que se ambienta la película. El suicidio era considerado un gran pecado, ya que los que lo cometían estaban rechazando el regalo que les había hecho Dios: la vida.
Si bien es cierto que luego se descubre que no se había suicidado, sino que se había sacrificado. Estaba intentando parar a Valak y, para evitar que escape, decide morir, ya que "el mal necesita un recipiente para escapar".