Ser nominado a un premio Oscar debe ser el sueño de la mayoría de actores y, cuando lo consiguen, se ponen en el punto de mira de todo el mundo de la noche a la mañana. Pero, ¿cuánto dura este efecto? Una estatuilla puede significar el comienzo de una larga carrera -véase Kate Winslet o Jodie Foster- o una anécdota en tu carrera. Y es que, al fin y al cabo, es imposible que todos los ganadores pertenezcan eternamente a la 'jet set' de Hollywood.
En este especial hacemos un pequeño recorrido por todos los ganadores o nominados al preciado galardón de La Academia que, tras el reconocimiento, pasaron al anonimato o llevan una carrera más discreta desde entonces.
Roberto Benigni
La vida es bella seguirá siendo la película favorita de personas de todo el mundo durante mucho tiempo, pero, ¿qué ha pasado con Roberto Benigni? El actor y director italiano protagonizó uno de los momentos más recordados de los Oscar al pasar por encima de las butacas para llegar al escenario, pero su presencia en el cine en los últimos años ha sido más bien escasa. Después de rodar el filme que le llevó a la fama, apareció en varias películas, como Astérix y Obélix contra César o Pinocchio. Curiosamente, su nueva película después de 7 años de ausencia es un nuevo filme del niño de madera. En 2002 dio vida al pequeño protagonista y ahora le toca el turno de ser Geppetto en una producción dirigida por Matteo Garrone.
Adrien Brody
En 2003, Adrien Brody se hizo con el galardón por El pianista y todo parecía indicar que se convertiría en una de las grandes estrellas de la industria en los próximos años. Los proyectos que estrenó tras convertirse en ganador del Oscar fueron, más o menos, sonados: El bosque, King Kong y Viaje a Darjeeling -donde comenzó su andadura con Wes Anderson-. Con el paso de los años, los proyectos que ha ido eligiendo le han alejado del foco de las cámaras. Uno de sus últimos grandes éxitos es Peaky Blinders, serie por la que fichó en 2017 para dar vida a Luca Changretta.
Chloe Sevigny
Chloë Sevigny comenzó a ser conocida a mediados de los 90, cuando protagonizó la polémica Kids con apenas 20 años. Tras esto, hizo carrera dentro de la industria independiente hasta que destacó en la película Boys don't cry, por la que fue nominada al Oscar a Mejor actriz de reparto -no llegó a hacerse con el galardón-. Parecía que esto la llevaría a ser una estrella en Hollywood, pero desde entonces se ha mantenido más pegada a ese ambiente de filmes no tan comerciales, dejando a un lado algún proyecto más notable como la serie Big Love o American Horror Story.
Jean Dujardin
La victoria de The Artist en 2011 supuso un hito en los premios Oscar debido a que era la primera película en blanco y negro que ganaba desde La lista de Schindler (1993), la primera en formato 4:3 desde Marty (1955), la primera muda desde Alas (1927) y la primera sin tener clasificación R desde Million Dollar Baby (2004). La expectación que provocó su estreno hizo pensar que los actores tendrían un hueco asegurado en Hollywood, pero finalmente no fue así. Jean Dujardin, ganador del Oscar por este filme, probó suerte y apareció en El lobo de Wall Street o Monuments Men, pero su carrera es, principalmente, europea.
Geena Davis
En 1989, Geena Davis se hizo con el Oscar a Mejor actriz de reparto por El turista accidental. Fue en medio de una gran época para la actriz, tras haber estrenado la inolvidable Bitelchús y antes de convertirse en icono feminista con Thelma & Louise o Ellas dan el golpe. Pasados los 90, pocos papeles hay en su filmografía que hayan llegado al mismo nivel, aunque ha destacado en televisión dando vida a Nicole Herman en Anatomía de Grey y como Angela Rance en El exorcista. Más allá de la carrera en el cine, Davis ha hecho una importante labor en cuanto a la igualdad de género.