El tráiler de Toy Story 4 ya ha visto la luz. Los juguetes de Pixar han regresado para despertar nuestra nostalgia y lo cierto es que lo han conseguido con una única escena de unos segundos. Hacia el final del adelanto, un jovencísimo Andy -recordemos que ahora debe rondar los 30 años- juega en su antigua habitación con Jessie y Buzz. O eso creemos, ya que no estamos del todo seguros que ese niño sea el dueño de los juguetes. ¿Realmente es Andy?
Ya que está jugando con Jessie, esa imagen tendría que ser después de Toy Story 2, cuando consigue a la vaquera. Si comparamos el Andy actual con el que aperece en la película de 1999 vemos más diferencias que similitudes. Al menos, ambos personajes comparten su característico sombrero rojo y las paredes que le rodean son inconfundibles. Tiene que ser la habitación del dueño de Woody.
Lógicamente, la tecnología ha cambiado mucho en estos 20 años y los animadores habrán querido darle un toque más realista que el que tenía en anteriores entregas. Es algo similar a lo que pasó con Los increíbles 2. Entre la primera parte y su continuación pasaron casi 15 años, tiempo más que suficiente para que los Parr definiesen sus rasgos de manera evidente. En la segunda película de los superhéroes, dirigida por Brad Bird, se distinguen muy bien las arrugas de Mr. Increíble, las pecas de Dash o el movimiento del pelo de Elastigirl.
En Toy Story 3, los animadores dieron lo mejor de sí para desarrollar esta técnica fuera de los límites de aquella época. Por aquel entonces, Lee Unkrich ya hablaba de una importante evolución: "Hemos analizado mucho las películas anteriores, la iluminación y el lenguaje de diseño y nos hemos centrado en eso. Pero, realmente, hemos actualizado los personajes para que tuviesen más detalles que nunca, para hacerlos más reales". Casi diez años después, esa actualización es incluso más realista.