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    El loco arte de los carteles de Hollywood pintados en Ghana

    Durante las décadas de los 80 y 90, diversos artistas africanos hacían su interpretación de posters de películas. Éstos, después, se usaban para promocionar los filmes en furgonetas convertidas en cines. Esta es su historia.

    Recientemente, tras la visita de Pedro Almodóvar al plató de SensaCine, el director manchego declaraba en directo en nuestras redes que no le gustaba el cartel de Dolor y gloria. Por todos es sabido la dedicación que el cineasta pone a la creación de los posters de sus largometrajes, y con él han participado en su elaboración artistas como Juan Gatti (Mujeres al borde de un ataque de nervios, Átame o Tacones lejanos, entre otras) y el malogrado Iván Zulueta (Laberinto de Pasiones, Entre Tinieblas). La cartelería de cine es un medio publicitario comprobado y muy efectivo (además, de toda la vida). Pues bien, parece que en Ghana estaban muy de acuerdo con esta sentencia durante las décadas de los 80 y 90.

    Pongámonos en contexto. En este país de África occidental existió un negocio llamado "cine móvil" formado por ávidos empresarios que, armados con una furgoneta, un proyector, una pantalla, un generador de electricidad portátil y varias cintas VCR y VHS, recorrían el país proyectando películas. Se trataba nada más y nada menos que de "cine clubes piratas" que se extendían desde Accra (la capital) a lugares como Donkorkrom y Kumasi, así como a multitud de localidades rurales. Estas compañías proyectaban sin licencia: lo mejor de Hollywood, películas de la vecina Nigeria (la industria de Nollywood), así como diversos títulos de kung-fu hongkonés, e incluso producciones de Bollywood, con el objetivo de entretener a los aldeanos después de un día duro en el mercado o en el campo. A medida que más personas mostraban interés en este negocio en alza, surgía la competencia. Estas compañías tenían nombres tan variopintos como Rolls Royce Video, Tina Tana o Princess Osu. Dichos operadores de cine móvil encontraron la necesidad de diferenciar su oferta, por lo que entró en juego la publicidad y con ella la cartelería.

    Ghana's Information Service Department Photo Library

    En los días previos a la producción masiva de cartelería gracias a la tecnología de impresión en color existía un método más tradicional para promocionar un éxito de taquilla: los carteles de películas hechos a mano. En el caso de Ghana, al no tener recursos gráficos tecnológicos, los pintaban artistas locales, que se ganaban el pan imitando los originales lo mejor que podían. Esto supuso un impulso para muchos de esos creadores indígenas, que a menudo pasaban multitud de penurias. En la mayoría de los casos, estas estaban bastante alejadas de los originales, con los actores mal diseñados o incluso con errores ortográficos. Sin embargo, para algunos melómanos estos posters están considerados como auténticas representaciones de arte 'kistch' africano. Este es el caso del propietario de la galería Deadly Prey Gallery: el estadounidense Brian Chankin. Este coleccionista empedernido, también propietario del videoclub Odd Obsession Movies, es un purista del cine en formato analógico y de la cartelería de los 80.

    Jon Wessel / 20th Century Fox

    Como se puede comprobar en la web de Deadly Prey Gallery, estas piezas de arte bizarro tienen hoy un precio entre los 500 y los 2.000 dólares. Para la creación de estos carteles utilizaban dos sacos de harina cosidos entre ellos, con los que se conseguía un tamaño de 127 centímetros de ancho por 178 centímetros de alto aproximadamente, lo que supone el tamaño más o menos ideal para un poster. Otro de estos coleccionistas es el antropólogo ghanés Joseph Oduro Frimpong, que acumula una colección de unas 100 piezas. Algunas de las obras se mostraron en una exposición de 2014 de la Alliance Francaise en Accra, una organización cultural del país africano. Frimpong definió entonces a los creadores como "artistas de la carretera. Personas que, lejos de estar incapacitados para el trabajo, eran auténticas mentes creativas".

    Deadly Prey Gallery / Brian Chankin

    Para saber más sobre este caso único en el mundo, podemos acudir al libro Extreme Canvas: Hand-Painted Movie Posters from Ghana, escrito por el también coleccionista Ernie Wolfe. Para esta obra contó con la colaboración de celebridades del cine como Angelica Houston, John Milius, Gus Van Sant y Clive Barker. Fue este último el que, al ver la versión ghanesa del cartel de su Hellraiser, dijo a Wolfe que no podía creer que hubieran llevado a Pinhead y los cenobitas a una nueva dimensión mientras se mostraba alucinado (en palabras del escritor). El propio director estadounidense Walter Hill declara en este ensayo que "en ocasiones los carteles (de Ghana) resultan más interesantes que las propias películas".

    Pulp Librarian

    Ya a finales de los años 90, con la llegada de las televisiones económicas, muchas familias ghanesas pudieron acceder a un sistema doméstico, con lo que la llama de estos "cineclubes piratas" se fue apagando, curiosamente casi al mismo tiempo que lo hacían los videoclubes de Europa y Estados Unidos. Esto y el abaratamiento de los costes de impresión supuso poco a poco la desaparición de la cartelería hecha a mano en Ghana. Aun así, artistas de aquella época como Oko Afutu siguen trabajando en su taller en otras labores, sin dar demasiada importancia al furor que causan los posters que pintó en el pasado. Os dejamos con algunos ejemplos de estas geniales obras:

    V8 Filmproduktion Berlin

    Pinterest

    birthmoviesdeath.com

    Awesome Robo

    Deadly Prey Gallery / Brian Chankin
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