El séptimo arte es tan ambiguo como la persona que se sienta en la butaca decida que sea. Cada producto audiovisual adquiere un significado distinto según quién esté intentando sacar conclusiones de lo que ocurra en la pantalla. Una misma película no la verá con los mismos ojos un médico, un contable o un crítico de cine, pues cada uno busca en ella conceptos y detalles que al otro le resulta imposible analizar. En SensaCine hemos intentado ponernos en la piel de cuatro expertos en psicología y sexología para averiguar cuáles son los temas mejor o peor retratados en el mundo cinematográfico y, por ende, conocer diversos títulos que los ejemplifiquen.
"En la sexualidad todo lo que sea fantasía... ¡bienvenido! Pero sí que hay películas y series en las que el cliché de la escena sexual puede estar bien, pero el contexto puede confundir a determinado público. Por ejemplo, el adolescente", explica Pilar S. Boza, matrona, sexóloga y terapeuta sexual que apoya el uso de los largometrajes para aprender sobre sexo siempre y cuando se desarrolle de forma adecuada. "Esas películas podrían ser la famosa saga de Cincuenta sombras de Grey (2015) o American Pie (1999)". ¿Pero qué ocurre con Sex Education (2019), Shutter Island (2010) y Kramer contra Kramer (1979)? Continúa leyendo para anotar esas cintas que conseguirán enseñarte conceptos de estas dos ciencias de manera correcta.
LA SEXUALIDAD SE DEBE ELEGIR, NO IMPONER
El fenómeno de Cincuenta sombras de Grey se ha convertido en un éxito internacional tanto a la hora de vender libros como a la hora de recaudar dinero en taquilla. Lo malo de la relación entre Anastasia Steele y Christian Grey es que "si te inicias en la sexualidad con una relación sadomasoquista, tiendes a normalizar una situación de abuso de poder y de desigualdad. Esto no es lo más sano ni lo más adecuado, pues se trata de una parafilia que se debe elegir y no imponer", advierte S. Boza, que da un giro al fanatismo que rodea la franquicia. "En American Pie, las primeras veces no deben ser impuestas ni por tus amigos ni porque estés en el último año de instituto. Has de hacerlo porque te apetezca".
Sobre ficciones más modernas, esta experta en sexología nos indica que el caso de Sex Education es un buen ejemplo de serie "muy entretenida" orientada al público joven. "Pero las disfunciones sexuales van mucho más allá", apunta. "En la serie se trata el vaginismo como algo que se puede solucionar de la noche a la mañana y para nada es así". Parece que cada guion tiene algo que puede ser sopesado y modificado de algún modo, pero también existen esas películas de las que se puede aprender algo nuevo y acertado. "Sí recomendaría algunas algo anticuadas e interesantes como La chica danesa (2015) para tratar el tema de la transexualidad, el proceso de reconocimiento y de revolución a nivel social. Da visibilidad a la transexualidad como un hecho que se deseaba desde hace tiempo", afirma sobre el largometraje protagonizado por un Eddie Redmayne que confiesa a su mujer, Alicia Vikander, que siente la necesidad de operarse para ser lo que siempre ha tenido en su interior: una mujer.
La ficción española no se queda atrás. S. Boza señala que Kiki, el amor se hace (2016) de Paco León sería una buena elección para una 'noche de peli y manta', aunque hay que tener en cuenta algunos detalles de su trama. "Trata muy bien y con mucha naturalidad las parafilias. En el caso de la somnofilia, el drogar a su esposa y no querer compartirla no resulta ético. Esto sería denunciable como una violación". Dentro del ámbito nacional, también destaca el tratamiento de la sexualidad en la tercera edad, tema que trata La vida empieza hoy (2010), historia protagonizada por Pilar Bardem y José Sacristán. "Un grupo de personas ancianas asiste a un curso de sexualidad en su centro de salud. Dicho curso intenta hacerles ver que su cuerpo está vivo y la profesora les pondrá deberes", resume la matrona, que subraya uno de los mensajes que todo producto cinematográfico debería contener sobre la sexualidad. "El sexo es vida porque el sexo tiene que ver con las sensaciones y no dejamos de sentir nunca".
MUCHOS VILLANOS DEL CINE NO SON PSICÓPATAS
La sexualidad es uno de los temas que más llama la atención entre el público, pero hay otros aspectos que deben ser tratados con conocimiento en la industria cinematográfica para intentar erradicar errores popularmente cometidos. Uno de ellos es la utilización del término "psicópata" para referirse a toda aquella persona que hace o comete un acto no bien visto por la sociedad. "En general, trastornos como la psicopatía y la personalidad antisocial están mal representados. De hecho, tendemos a clasificar como "psicópatas" a personas "neurotípicas" ('normales') cuando tienen determinadas conductas", expone, vía telefónica, Sonia Bernardini, psicóloga especializada en psicopatías. "Las conductas crueles, sádicas, egoístas, brutales o asesinas no son en absoluto típicas de los psicópatas. Son típicas de seres humanos normales que están sometidos a ciertos contextos. Un ejemplo evidente es la conducta de los guardianes alemanes de los campos de concentración, quienes no eran psicópatas, o de la conducta de muchos seres humanos en situaciones de conflicto bélico".
Según Bernardini, los protagonistas de Malditos bastardos (2009), La lista de Schindler (1993) o la Alemania nazi que arrasa Polonia en El pianista (2002) habría que catalogarlos fuera de esta psicopatía. Del mismo modo, El Joker de Escuadrón Suicida (2016) y Batman (1989) y Norman Bates de Psicosis (1960) y Bates Motel (2013-2017) tampoco podrían ser definidos siguiendo ese esquema. "Solo un psicópata con un cociente intelectual bajo y educado en un entorno hostil y abusivo acabaría por ser un asesino en serie. Sí podría serlo Bruce Willis en Chacal (1997), aunque también tienen los mismos rasgos psicopáticos -ausencia de respuestas emocionales normales ante situaciones de estrés, focalización en la eficacia y no en las emociones- otros personajes como cirujanos, astronautas o pilotos de aviones".
Entonces, ¿qué debemos tener en cuenta a la hora reconocer a un posible psicópata en pantalla? Esta psicóloga nos recuerda que "no son las conductas las que definen a un psicópata, sino la respuesta emocional, que por sí sola puede llevar a conductas criminales... o todo lo contrario". Esto es lo mismo que ocurre con el personaje de Penn Badgley en la serie de Netflix You (2018). "[Joe] no es un psicópata porque se siente mal cuando es abandonado. Se obsesiona con una chica y previamente con otra. Los psicópatas no se obsesionan con nadie. El resto de las personas les damos igual". Asimismo, otros dos títulos que no pueden incluirse en la lista de protagonistas psicópatas son Shutter Island y 4 meses, 3 semanas, 2 días (2007), pues tanto Leonardo DiCaprio como Laura Vasiliu sufren trastorno por estrés postraumático (TEPT) con diversos síntomas disociativos.
LA VIOLENCIA DE GÉNERO Y LAS RELACIONES DE PAREJA
Lamentablemente, la violencia de género sigue siendo un tema de actualidad y, como reflejo de la sociedad, el cine lo retrata de diferentes maneras. Bernardini sugiere Te doy mis ojos (2003), la cinta española dirigida por Icíar Bollaín y protagonizada por Laia Marull y Luis Tosar. Este último interpreta a un maltratador llamado Antonio y ofrece un nuevo punto de vista dentro de esta terrorífica cuestión. "Es interesantísimo porque retrata el problema de la violencia de género incluyendo el punto de vista del maltratador como persona. Él también es una víctima de su trastorno y, por tanto, necesita ayuda".
Otros ejemplos que resumen problemas de pareja universales son Kramer contra Kramer (1979), Historia de lo nuestro (1999) y Tal como éramos (1973). Estos títulos exploran la decisión de aparcar tu propia vida para seguir el camino de tu compañero/a sentimental, la de comprender que el amor puede no durar toda la vida, el priorizar el empleo por delante de la familia y el enfrentarse a ser padre o madre soltera en algún punto de la existencia, entre otros. Si prefieres centrarte en la actualidad, Silvia Sanz, psicóloga experta en terapia de pareja, propone la serie de Movistar+ El Embarcadero (2019) para comprender "el poliamor... el amor consciente. El cómo una persona puede estar enamorada de dos personas y ser consciente de que el otro quiere una relación abierta. Son términos que se están manejando ahora y que en una serie nos hacen pensar. Si tú eres feliz, yo soy feliz".
El amor juvenil tiene uno de sus máximos exponentes en Juno (2007), el conocido largometraje con Ellen Page y Michael Cera, que trata tanto el noviazgo como el embarazo deseado y no deseado. "Me gusta mucho. Sin embargo, el tema del vientre de alquiler es una verdadera utopía", opina de nuevo Pilar S. Boza antes de añadir que "existen libros con adaptación como Las edades de Lulú (1990), cinta que trata la individualidad de la sexualidad oculta, el tabú y la ética y no ética de la sexualidad".
OTROS TRASTORNOS QUE MERECE LA PENA EXPLORAR
Jack Nicholson sufre un trastorno obsesivo compulsivo (TOC) "muy invalidante" en Mejor... Imposible (1997), mientras que Leonardo DiCaprio se enfrenta tanto a un TOC como a un trastorno de la personalidad obsesiva compulsiva (TPOC) en El aviador (2004). "Estos dos no son lo mismo y no tienen que ir necesariamente unidos. Además, lo interesante es que en este caso se trata del reflejo de estos problemas sobre una persona real [Howard Hughes] y no sobre un personaje", añade Bernardini sobre la diferencia entre ambas películas y ambos trastornos. En Phoebe en el País de las Maravillas (2008) de Daniel Barnz, una pequeña Elle Fanning sufre el mismo problema durante su infancia.
Otros ejemplos que pueden constituir una buena opción para ahondar en temas psicológicos son Contra la pared (2004) y La herida (2017), ambas recomendadas por Fernando Quesada Pérez, psicólogo especializado en redes sociales y relaciones tóxicas. Tanto una como la otra profundizan en el trastorno límite de la personalidad (TLP), "uno de los más vulnerables y complejos que existen".
Sobre los temidos trastornos de conducta alimentaria (TCA), puedes ver Hasta los huesos (2017), protagonizado por Lily Collins; Cisne negro (2010), con Natalie Portman padeciendo una anorexia nerviosa mezclada con un perfeccionismo disfuncional, y ¿Qué fue de Baby Jane? (1962), clásico interpretado por Bette Davis y Joan Crawford que enseña sobre el trastorno histriónico de la personalidad (THP).