Siempre intensito y visionario, además de presidente del Jurado de la Sección Oficial del 72º Festival de Cannes, Alejandro González Iñárritu fue la estrella de la presentación del mismo. El mexicano dominó la conferencia de prensa que fue un trámite sin demasiados titulares, aunque hubo tiempo para hablar del Muro, de los políticos que se inventan noticias falsas, y de su visión del cine.
¿QUIÉNES SON LOS MIEMBROS DEL JURADO?
Además del realizador de Amores perros, el Jurado (paritario), está compuesto de:
Elle Fanning, la aventajada de las hermanas Fanning. Cuando parecía que Dakota se iba a comer el mundo, al final se lo merendó su hermana pequeña, también muy habitual en Cannes (con The Neon Demon o La seducción). Sólo tenía siete años cuando debutó precisamente a las órdenes de Iñárritu en Babel. Y mira cómo se han reencontrado.
Kelly Reichardt, probablemente la mejor realizadora indie americana, con películas como Old Joy, radiografía de la masculinidad que no parece dirigida por una mujer, o Wendy & Lucy, que se presentó en Un Certain Regard de Cannes.
Maimouna N'Diaye, de Burkina Faso, se convirtió en actriz gracias a un papel en La Chasse aux papillons, del ruso Otar Iosseliani. Ha realizado varios documentales, y se la considera como la voz de África.
Alice Rohrwacher, que ha presentado aquí mismo sus tres largos como directora, obteniendo, sin ir más lejos, un premio al Mejor Guion el año pasado por la maravillosa Lázaro feliz.
Enki Bilal, el dibujante que se puso de moda en los 80, autor de La feria de los inmortales, cuyo protagonista, Alcides Nikopol, estaba inspirado en el añorado Bruno Ganz. Y director de algunas películas raritas, como Bunker Palace Hotel (1989).
Robin Campillo, el guionista de Laurent Cantet que se emancipó con La resurrección de los muertos, inspiración de la serie Les revennants, y sobre todo con 120 pulsaciones por minuto.
Yorgos Lanthimos, otro habitual de La Croisette, donde se dio a conocer mundialmente con Canino (2009), una década antes de llegar a los Oscar con La favorita.
Pawel Pawlikowski, el director polaco de la mayúscula Cold War, entre otras, por la que fue el Mejor Director, aquí mismo, el año pasado, sin ir más lejos.
Sí, quitando al presidente (el año pasado fue presidenta: Cate Blanchett), cuatro hombres y cuatro mujeres, o al revés, como todos los jurados de Cannes, salvo de cortos, que es el único que da la nota, no paritaria.
¿Y QUÉ DEMONIOS HAN DICHO?
Atendiendo a la lógica de la situación, los miembros del Jurado han asegurado que, para ellos, tanto individualmente como en conjunto, es un gran honor y una gran responsabilidad estar aquí, en Cannes, para decidir qué película se lleva la Palma de Oro, y repartir el resto de galardones, que no son pocos. Alejandro González Iñárritu ha sido, siguiendo la misma lógica, el más solicitado por los periodistas. Tras reconocer que “nunca he sido presidente de nada, ni en mi casa, ni en el plató”, ha aventurado una utopía que podría ser un sueño: “Me gustaría poder ver las películas sin saber quién es el director. Poco importa si es un hombre o una mujer, o si es conocido o no”. Aunque también ha recordado que la decisión no será sólo suya, sino del grupo, se puede tomar como la voluntad de premiar a un(a) director(a) sin demasiado relumbrón. Quizás, seamos malos, para que no le quite el suyo propio. Luego le han recordado que era el primer presidente del Jurado cannois de origen latino, y le han mentado el famoso Muro, el que se está levantando ahora mismo a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México: “Aquí presenté una instalación de VR titulada Carne y arena, que hablaba de la frontera. Pero esa frontera podía ser cualquiera. Era mi reacción a todo lo que pasa hoy en día. En mi trabajo, hablo de los problemas de los inmigrantes, algo que conozco bien. El gran problema de hoy en día es la ignorancia. Hay gente que se ahoga en el mar, mientras otros gobiernan con rabia escribiendo ficciones que tratan de hacer pasar por realidades. No queremos volver a 1939. Ya conocemos la historia. Es la misma retórica. Con cada tuit estamos un poco más aislados y sumergidos en la paranoia. Y sin embargo, en el mundo real también hay cosas que funcionan, ya que aquí estoy”. Un latino, presidente del Jurado de Cannes.
Siempre entre el desastre y la esperanza, también ha comentado su visión en cuanto a la experiencia del cine: “El cine ha nacido para transmitirnos una experiencia en grupo. ¿Qué hubieran dicho los contemporáneos de Beethoven si supieran que acabaríamos escuchándolo en el coche, y no en una sala de conciertos? No tengo nada en contra de mirar películas en un teléfono o en un ordenador, pero la experiencia no es comparable. Al mismo tiempo, Francia es un país que protege el cine. Pero es una excepción. ¿Cuántas películas que veremos estos días podrán verse en el resto del mundo? Netflix apoya este tipo de películas.”
En cuanto al resto del Jurado, Elle Fanning, al ser la más joven, ha manifestado sentirse orgullosa de representar a las nuevas generaciones; Maimouna N'Diaye, al ser de Burkina Faso, ha dicho sentirse orgullosa de representar a África; y tanto Kelly Reichardt como Alba Rohrwacher, al ser mujeres y realizadoras, han coincidido, cada una a su manera, en esperar que pronto deje de ser extraordinario señalar que una mujer es directora. La italiana ha concretado que no es en los festivales donde hay que ponerse a contar cuantas directoras hay: “No es al último momento cuando hay que reparar las cosas. Es al principio del proceso cuando hay que cambiarlas. Por otro lado, cuando me preguntan qué se siente al ser mujer y realizadora, me siento cómo alguien al que le preguntan por qué ha sobrevivido a un naufragio. Es algo muy extraño”.
Enki Bilal (con gorro) ha lamentado que el cine de hoy en día esté dominado por los efectos especiales: “Para eso está Cannes, para demostrar que con poco dinero se pueden hacer grandes películas”. Lanthimos reconoció que todos tenemos “ideas preconcebidas”, y que el intercambio que suponen las deliberaciones del Jurado supone “una oportunidad para modificarlas”. Pawel Pawlikowski y Robin Campillo no dijeron ni pío. No debían tener el día. Se les ve tímiditos.