Chicos buenos cuenta con todos los ingredientes para ser una comedia muy divertida. Por un lado, el director Gene Stupnitsky y el guionista Lee Eisenberg formaron parte del The Office estadounidense -un clásico de las 'sitcoms' americanas-. Por otro, se ha producido bajo la aprobación de Seth Rogen y Evan Goldberg, dos cineastas que han creado su propio universo cinematográfico con títulos como Superfumados, Juerga hasta el fin o La fiesta de las salchichas. ¿Ha sido esto suficiente para crear una buena película?
Alejandro G. Calvo, 'publisher' y crítico de SensaCine, analiza este largometraje acerca de la crisis de la preadolescencia que domina a los protagonistas. "Uno de los puntos que realmente manejan bien -y que viene de Apatow- es la crisis generacional. Lo interesante de Chicos buenos es que es una generación aún no tratada, como es la preadolescencia. Tan maravillosa en la ficción porque en el mundo real la preadolescencia es una putada para casi todos. Chicos buenos lo retrata muy bien".
La cinta trata esos problemas a los que se enfrentan personas de todas partes del mundo y crea un reflejo muy interesante sobre la fase por la que pasan los protagonistas: "La película tiene un retrato de lo que es la amistad a esa edad, a los doce años, que es realmente potente. Una cosa que funciona en la película es... cómo de aterrador es el mundo normal para chavales tan pequeños. [...] El mundo de la sexualidad es casi un mundo de terror para ellos".
Ese retrato de la bellísima amistad que une a los tres junto con los desafíos que implica intentar adentrarse en la adolescencia sin morir por el camino creo que les funciona muy bien
Chicos buenos, protagonizada por Jacob Tremblay, Keith L. Williams y Brady Noon, ya está en los cines.