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    Festival de Sitges. Día 10: Punto final con ‘El Camino: Una película de Breaking Bad’

    El certamen se despide con la continuación, a modo de largometraje, de la popular serie de AMC. También vimos la adaptación de la novela gráfica ‘5 è il numero perfetto’ y la versión animada de ‘La Familia Addams’.

    El Camino: Una película de Breaking Bad ha puesto punto final a una floja edición en la que la película española El hoyo -una de nuestras favoritas- se ha alzado como Mejor Película. El filme, producido por Sony Television para Netflix no ha conseguido llegar un Auditorio que sí ha rebosado para otros pases como el de Color of Out Space o Noche de bodas

    El camino es una secuela a modo de telefilme de la popular serie Breaking Bad. Esta vez sin el emblemático Walter White (al que daba vida el actor Bryan Cranston), la película se centra en la huida del joven Jesse Pinkman, tras ser liberado por el que antaño fuese su compañero de fechorías.

    Dirigida por el creador de la serie de AMC, Vince Gilligan, el filme es una correcta -pero innecesaria- continuación de la ficción televisiva. El filme mantendrá pegados al televisor a los seguidores de la serie, pero carece de interés para cualquier persona ajena a la historia del personaje de Pinkman. Es verdad que muchos querían saber qué demonios sucedía con el joven tras ser liberado, pero para este cronista la serie tenía un final redondo y esta producción -que se anunció "por sorpresa"- sólo tiene como objetivo conseguir más abonados a la plataforma digital.

    Quiero destacar el placer que ha sido ver al bueno de Robert Forster en la gran pantalla -curiosamente en una película que sólo podrá verse en formato doméstico- por última vez. Actor recientemente fallecido a la edad de 78 años, un intérprete que pasará a la historia por su papel en Jackie Brown, la que le valió la nominación al Oscar.

    El retorno animado de ‘La familia Addams’

    Toca hablar de otro producto que surge a raíz de una serie. Y es que La familia Addams fue una ficción televisiva que triunfó durante la década de los sesenta. Ya en los '90, Paramount Pictures se haría con los derechos de los personajes para llevar sus aventuras a la gran pantalla en dos películas que estuvieron dirigidas por Barry Sonnenfeld (Men in Black).

    Ahora, de la mano de Metro Goldwyn Mayer Animation bajo la producción de Universal Pictures, la familia vuelve a los cines, esta vez en versión animada. El filme, que ha sido dirigido por Conrad vernon y Greg Tiernan (responsables de, ojo, La fiesta de las salchichas), es un acercamiento en tono infantil a las aventuras de estos emblemáticos personajes, aunque sin renunciar a algún que otro chiste que sólo los adultos comprenderán (hay uno de Fétido durante un desayuno que es para enmarcar en lo más bestia del año).

    Con una animación simplista y poco detallada -recuerda curiosamente a la de otro producto de Universal: Gru, mi villano favorito- el filme ha recibido críticas irregulares en Estados Unidos, pero a nosotros nos ha dejado un buen sabor de boca. Sin ser un alarde de ideas como las producciones de Pixar, está muy por encima de sagas similares como la tontorrona Hotel Transilvania. Parece que tenemos nueva franquicia animada y tiene pinta que la cosa va para largo.

    '5 è il numero perfetto' un fallido 'noir' italiano

    Toca hablar de la adaptación de la novela gráfica 5 è il numero perfetto, a manos de su propio autor Igort, que se ha encargado de llevar sus viñetas a la gran pantalla. Producida por RAI y protagonizada por Toni Servillo -en estado de gracia- y Valeria Golino, la película narra la crepuscular venganza de un sicario napolitano que anda tras los pasos de los asesinos de su hijo.

    Aunque los títulos de crédito hacían presagiar lo peor a este cronista (con un estilo similar al de Sin City o The Spirit), lo cierto es que los compases iniciales de metraje disiparon rápido esa sensación. Los primeros minutos atrapan la atención del espectador por completo y hay una escena de tiroteo rodada de forma tan magistral que dejaría boquiabierto a John Woo. El problema, es que el filme tiene poco más que ofrecer y comienza a desinflarse por momentos, dando la sensación de que funciona a tirones y podía haber ofrecido mucho más.

    Por último, destacar su impecable factura visual en la recreación de una Nápoles ponzoñosa pero imperial a la vez. A pesar de que el filme tiene un sorprendente giro final o, al menos, trata de serlo; ya que los altibajos de la cinta han conseguido que el espectador caiga por momentos en el tedio y la historia de Peppino lo Cicero carezca de escaso interés. 

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