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    Es posible que tengas un DVD pirata en tu colección (y no lo sepas)

    Existen algunas compañías -aunque cada vez quedan menos- que se dedican a editar copias ilegales de películas y "colocarlas" en grandes almacenes o páginas de venta 'online'.

    A comienzos de la década de los '80 llegó a España una nueva forma de ver cine en casa: se trataba de los videoclubs, locales en los que se podían alquilar películas durante un tiempo limitado. Formatos como el VHS, Betamax o el 2000 empezaban a colarse en los hogares nacionales, por lo que algunos empresarios locales decidieron adaptar este novedoso negocio llegado directamente de los Estados Unidos. Poco a poco, algunos avezados usuarios conocieron la forma de duplicar estas copias (por ejemplo usando dos reproductores VHS con capacidad de grabación), para compartirlas con sus amigos y vecinos. Aquello, indirectamente, se estaba convirtiendo en el germen del mercado ilegal o pirata.

    Todo fue a más con la llegada del formato digital. A pesar de que las primeras intentonas, como lo pudo ser el Laserdisc -creado por Philips- fueron un fracaso frente al VHS, finalmente se acabó imponiendo la tecnología DVD, con la que la piratería se afianzó mucho más en nuestro país. Si en España ya era bastante común el hecho de grabar desde una cinta musical de cassette original a una vírgen de 60 o 90 minutos -sin pensar en el copyright- la llegada de los manteros con sus copias digitales ilegales no estuvo mal vista por el usuario medio. Ya era normal ver en las estanterías de casa esos paquetes de plástico, con la portada mal impresa, que contenían algún 'screener' filmado de forma 'amateur' en una sala de cine (risas y toses incluídas).

    La llegada de los formatos P2P -como Emule o Ares- no hizo sino agravar la situación y suponer un clavo más en la tumba del formato doméstico. El avezado cinéfilo (y nostálgico) conoce toda esta historia, más o menos, pero sin embargo quizá no sepa que existe un mercado de DVD pirata que se vende como si de copias legales se tratase en tiendas, grandes almacenes y webs de venta 'online'.

    ¿En qué consiste esta práctica ilegal?

    Hay compañías que se han dedicado a publicar copias de determinadas películas sin tener ningún tipo de licencia por parte de las productoras de las mismas o de las compañías que tienen dichos derechos de propiedad. "Son empresas que se dedican a editar 'masters' de dudosa procedencia, o bien lanzados por compañías extranjeras -como Arrow o Screen Factory- las duplican y las venden a las tiendas, centros comerciales o incluso lo ofrecen a algunas televisiones" nos cuenta el director de cine y bloguero Paco Fox, que ha mantenido durante muchos años una lucha en la Red contra estas compañías.

    Sus argumentos para dicha práctica son bien sencillos: ya que muchos de esos filmes están descatalogados en España, creen que tienen derecho a poder editar sus popias copias. De hecho, esta ha sido su defensa, cuando alguna de estas compañías han sido llevadas ante los tribunales. Si bien, es cierto que su actividad ha ido bajando debido a que se van agotando los títulos que publicar y que el formato físico -en parte por ésto y por otros factores- está tocado de muerte.

    Paco Fox nos da detalles de cómo son algunos de estos productos: "Estos sujetos han llegado, incluso, a incluir como extras del DVD vídeos descargados de YouTube a los que han borrado la marca de agua o la mosca de alguna cadena. Otras veces sacan las voces en español de viejos VHS, sin pagar (tampoco) por esos derechos de doblaje". Aún así hay personas que defienden estas ediciones argumentando que sólo estas empresas lanzan un tipo de películas al mercado -como por ejemplo producciones de serie B- y que si no fuese por ellas nadie las disfrutaría. Algunos de estos comentarios pueden leerse en foros especializados y en muchas ocasiones están escritos por propios colaboradores de estas compañías (editores o diseñadores gráficos). Experto en cine y director del largometraje Cinebasura: La peli (inspirada en el programa que él mismo dirigía en Canal +), Paco Fox afirma que este argumento es una falacia: "hoy en día, aunque la película no haya sido lanzada en nuestro país puedes comprarte una muy buena copia de importación en la red".

    Una de las personas que más ha luchado contra esta práctica ha sido el productor Xavier Catafal, que ya en su canal de YouTube denunció que el Ministerio de Cultura y Deporte estaba otorgando certificados de calificación de ciertos títulos a determinadas empresas -lo que les convertía en aparentes titulares de los derechos- con sólo presentar una solicitud de trámite y adjuntando un acta notarial falso. Se trata, casi siempre, de películas que no han sido editadas en formato doméstico por la propietaria nacional (o internacional) del 'copyright'. Debido a la falta de medios o desinterés, el ICAA está favoreciendo indirectamente a estas compañías piratas.

    Productos ilegales que se venden en tiendas y grandes almacenes

    Se podría decir que, cuando el coleccionismo de DVD y Blu-ray estaba en pleno auge, nos encontrábamos ante el negocio perfecto: no tienen ningún gasto de compra de derecho intelectual y sólo tienen la inversión de la manufacturación. Para colmo, si esas ediciones son grabadas y no de fábrica el beneficio es aún mayor. "La falta de profesionalidad de la gente que adquiere el catálogo de grandes superficies, tiendas y páginas de venta 'online', hace que estos productos se cuelen en sus estanterías y almacenes" nos comenta Paco. El creador de la página Vicisitud y Sordidez va más allá: "algunas, de hecho, hicieron la vista gorda una vez sabían que estaban vendiendo un producto pirata. Incluso hay determinadas plataformas de televisión que tienen películas de esta gente".

    Pero no todos hicieron la vista gorda, cuando este tema de los DVD piratas vendidos en tienda estaba en pleno auge, la persona encargada de comprar catálogo para una gran superficie de origen francés fue relevada de su puesto. El principal problema es que el trabajador de a pié, que vende cine en estos lugares no sabe que está trabajando con un producto que no es legal. Hay una gran falta de control en este sentido.

    Fue gente muy aficionada al formato físico la que dió la voz de alarma. Dichos aficionados empezaron a comentar en foros que habían comprado un DVD que resultaba ser un disco grabable. Además las películas estaban en una calidad más deficiente de lo normal, no disponían apenas de extras e incluso se llegaron a vender copias con el audio y el vídeo desincronizados. "Una vez encontré en la estantería de una gran superficie una edición de La momia (1959) al lado de su versión pirata (la original está editada por Warner) que resultaba estar incluso más barata que la que se vendía de forma ilegal" bromea Paco Fox.

    El propio Paco Fox afirma haber tenido algún problema serio con este tema, ya que llega a oídos de la gente que tiene los derechos internacionales: "yo le dije al realizador Don Coscarelli que su película Phantasma se podía adquirir de forma pirata en tiendas de España. El director se cabreó muchísimo, pero era un auténtico engorro meterse en juicios en nuestro país con estas compañías".

    Un problema de base

    Si una compañía quiere lanzar cualquier filme en formato doméstico en España, ya sea una licencia con una 'major' o una productora independiente, tiene una larga negociación por delante y la búsqueda de una fecha adecuada para lanzarlo. Entonces, es probable que en el transcurso de ese tiempo los piratas ya hayan lanzado el producto al mercado. Si no se agilizan estos procesos, va a ser complicado adelantarse a ellos. El número de personas que están dispuestas a comprar el formato físico es muy pequeño. De hecho el nuevo modelo -en el que se impone el "préstamo" del copyright a determinadas plataformas de 'streaming'- tampoco favorece a la venta de DVD o Blu-ray.

    Los piratas trabajan básicamente con el cine género, por lo que las productoras que poseen los derechos -hay que tener en cuenta que muchas de ellas son independientes- se piensan muy seriamente el hecho de lanzar el producto de calidad al mercado, si ya hay muchos consumidores que la han adquirido (aunque de una calidad muy inferior) a un precio más bajo. "Cuando comenzó en los círculos de fans a correrse la voz en torno a este tipo de prácticas ilegales, estas compañías cambiaron de estrategia y comenzaron a sacar las llamadas 'ediciones de lujo', que no eran más que incluir más extras y mejorar el visionado final. Después, aunque la propietaria de los derechos tenga constancia de ésto, no sale a renta tener que meterse en juicio contra estas empresas" añade Paco Fox.

    Un mercado en decadencia absoluta

    Si en su día el disco de vinilo desapareció, pero tuvo una curiosa resurrección entre un público melómano que reivindicaba el sonido en analógico, ésta no fue tal con formatos de vídeo como el VHS o el Betamax, por lo que el DVD y el Blu-ray parecen condenados a desaparecer. Estamos hablando de un mercado de nicho que a día de hoy sólo funciona medianamente bien en Estados Unidos. "En su día la gente te miraba raro si comprabas una película para tu reproductor y te decían que eras tonto y que ellos las descargaban gratis de Internet. Ahora la moda es hacerse socio de plataformas de 'video on demand', y veremos qué viene después" vaticina Paco Fox.

    El error de este tipo de pensamiento es que las plataformas de 'streaming' ofrecen un catálogo cerrado y, es posible, que encuentres un título concreto o no, pero determinadas películas 'underground', baratas, raras o antiguas se van a ir perdiendo poco a poco. Es cierto que también estas compañías están lanzando su propia producción la que quizá no tendría un gran éxito en las salas de cine -aunque entre su público, curiosamente, sí lo tiene- dando salida a obras más modestas y con más oportunidades de negocio para las productoras. Por todo esto, el futuro del formato físico no es nada esperanzador.

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