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    7 recorridos del Festival de Rotterdam 2020

    Del triunfo del cine asiático a la buena forma de los viejos maestros o del cine de archivo: analizamos lo que ha dado de sí la 49ª edición del IFFR.

    El pasado domingo 2 de febrero bajaba el telón de la 49ª edición del Festival de Rotterdam (IFFR 2020); la última del director Bero Beyer y la cuarta consecutiva que premia el debut de un/ una cineasta china: la cinta The Cloud of Her Room, de Zheng Lu Xinyuan, se alzó como la vencedora del Premio Tiger de una competición oficial que contó con El año del descubrimiento, de Luis López Carrasco, como participante española.

    Aunque finalmente la cinta de López Carrasco no fue reconocida con un galardón, sí logró una estupenda acogida en el festival, ya que su retrato de la reconversión industrial en la Cartagena de 1992 fue una de las 15 películas mejor valoradas por el público del IFFR 2020. Además, la participación española en el IFFR 2020 no fue de vacío, ya que My Mexican Bretzel, de Nuria Giménez, fue reconocida con el Premio Found Footage; galardón que se suma al doble premio conseguido en el Festival de Gijón de 2019.

    Con más de 570 películas distribuidas en 12 días –entre ellas 145 estrenos mundiales– y vistas por unas 340 mil personas, resulta complicado realizar un crónica global de lo que ha dado de sí un certamen de tal envergadura. Por eso, rememoramos ocho recorridos realizados durante la visita de SensaCine al IFFR 2020, comenzando por el neo-western The True Story of the Kelly Gang, de Justin Kurzel (Macbeth), para culminar con The Nose or Conspiracy of Mavericks, una maravillosa animación a cargo del ruso Andrey Khrzhanovskiy

    Neo-western

    Hace ya tiempo que el western dejó de ser el escenario que mejor despliega la mitología americana, porque los parámetros de este género se han ido moldeando a las necesidades autorales de uno u otro cineasta, o las historias de otras geografías más remotas. Es el caso de dos películas vistas en el IFFR 2020: The True Story of the Kelly Gang, del australiano Justin Kurzel, por una parte; y por la otra, L’état sauvage, del francés David Perrault.

    La primera es una nueva versión de la leyenda de Ned Kelly, uno de los forajidos más temibles de Australia en los años en que el país comenzaba a forjar su historia. Tal fue su relevancia que no tardó en pasar al cine: en 1906 se rodó The Story of the Kelly Gang, de Charles Tati, una de las joyas de la historia fílmica del país y la película silente más larga de la historia del cine (dura 60 minutos, una barbaridad para las producciones de la época). Desde entonces, se han realizado otras diez cintas sobre el pistolero, entre ellas Ned Kelly: Comienza la leyenda (Greg Jordan, 2003), con Heath Ledger en el papel del fuera de la ley, y con un tono bastante académico una vez vista la propuesta que ha realizado Kurzel.

    Porque en The True Story of the Kelly Gang, el director de Assassin’s Creed tiñe de tenebroso fatalismo y abundante hemoglobina la historia del pistolero y de su familia de bandoleros, inmigrantes irlandeses en un escenario telúrico donde los británicos tratan de imponer, arrasando, su ley. La película está explicada en flashback y, aunque está dividida en tres episodios, en realidad nos habla de dos etapas en la vida de Ned Kelly: sus años formativos y su corta vida como adulto. La primera bebe del western setentero que se mira en Corbucci, y con un Russell Crowe gigante; mientras que a segunda superpone capas de ira punk y giros heterodoxos, y en la que el cuerpo rabioso de George MacKay (1917) domina la pantalla.

    Screen Australia

    Menos inspirada resulta la combinación de capas y lecturas que propone L’état sauvage. El debut en el largo de David Perrault, podría haber sido un Mujercitas empapado de Southern Comfort pero, en vez de ello, no acaba de desarrollar con garra las ideas que va lanzando al aire: ubicada justo después de la Guerra Civil americana, seguimos a una familia francesa con tres hijas en su viaje hacía Nueva Orleans perseguidos por una banda de contrabandistas enmascarados liderada por una mujer despechada. La lectura que hace Perrault del western se excede en lo paisajístico y en lo romántico, para dejar de lado cuestiones de verosimilitud y de emancipación femenina. Dos aspectos que, a la postre, parecían las grandes bazas de la película en sus primeros compases. 

    El triunfo del cine asiático

    The Cloud of Her Room, de la cineasta Zheng Lu Xinyuan, logró el Premio Tiger del Festival de Rotterdam; en lo que es un nuevo alarde del cine chino del siglo XXI. Cabe recordar, en este sentido, que se trata del tercer año consecutivo que se reconoce a una cinta de esa filmografía con el Tiger de Rotterdam, galardón que premia una primera o segunda obra de un cineasta. En 2018, el Tiger fue para The Widowed Witch, de Cai Chengjie, y en 2019, para el documental Present.Perfect, de Zhu Shengze.

    La película 'Present.Perfect.', de Zhu Shengze, logra el Premio Tiger del Festival de Rotterdam 2019

    Hubo más premios para los filmes de esas latitudes del globo: el Premio Especial del Jurado de la competición Tiger fue para la surcoreana Beasts Clawing at Straws, de Kim Yonghoon; el Premio de la sección Bright Future se lo llevó la también surcoreana Moving On, de Yoon Dan-bi; el FIPRESCI de la crítica internacional reconoció el trabajo de la china Only You Alone, de Zhou Zhou; y el del público fue a manos de la versión en blanco y negro de Parásitos, que Bong Joon-ho estrenó mundialmente en el IFFR 2020.

    En pocas líneas: el continente asiático vuelve a hacerse fuerte en el Festival de Rotterdam; un certamen, por otra parte, sensible desde hace décadas a las filmografías de oriente. Buena prueba de esa estupenda sintonía fue el sold out de First Love , el noir romántico de Takashi Miike, en una de las salas más grandes de la ciudad. La película, que venía de haberse presentado mundialmente en Cannes, es un derroche de sangre, humor negro y adrenalina marca de la casa y nos cuenta la improbable historia de amor entre un boxeador a quien le han diagnosticado una enfermedad mortal y una chica que huye de los yakuzas. A España llega el próximo 13 de marzo.

    Made in Hong Kong

    El protagonismo asiático en el IFFR quedó refrendado por el estupendo ciclo temático Ordinary Heroes: Made in Hong Kong, que le tomó el pulso al cine de la ex colonia británica convertida hoy en uno de los puntos calientes de las protestas globales acontecidas el año pasado y que continúan presentes en la actualidad. Con cintas clásicas del cine hongkonés y piezas contemporáneas, Ordinary Heroes: Made in Hong Kong repasaba los conflictos sociales y culturales de la metrópolis, uno de los escenarios más cinematográficos del mundo.

    IFFR 2020

    Así, pudieron verse títulos como The Delinquent (1973), de Chang Cheh, una de las pocas películas de la compañía de los Shaw Brothers –iconos del cine de karatekas– filmada en exteriores. La cinta sigue a un joven inconformista que acaba metido en asuntos turbios tras ser detenido por enésima vez a causa de una trifulca. También Gangs (1988), de Lawrence Lau, fijaba la cámara en las tumultuosas calles de la capital asiática para seguir la mala fortuna de un grupo de chavales que se meten en una banda sin tener en cuenta los peligros que les esperan a la vuelta de la esquina. En Made in Hong Kong, tercer largometraje de  Fruit Chan (1997), el cineasta nos sumerge en el Hong Kong previo a la descolonización a partir de uno de esos amor fou arrebatadores y violentos, protagonizado en esta ocasión por un recaudador de la mafia y una joven enferma terminal.

    Por último, y a pesar de que estuviera fuera del ciclo Ordinary Heroes: Made in Hong Kong, Nº 7 Cherry Lane, de Yonfan, nos trasladaba también a la metrópolis asiática en clave nostálgica para plantear un viaje en el tiempo a través de varios géneros cinematográficos y mediante una animación majestuosa y sensual. En un primer nivel, Nº 7 Cherry Lane es la historia de un triángulo amoroso entre un estudiante de literatura, la joven a la que da clases particulares y su madre. En un segundo nivel, la película retrata los últimos días sosegados de Hong Kong como colonia británica, ya que está situada en 1967, antes de que estalle la Revolución Maoísta en la China continental. Entre la reflexión melancólica sobre el mundo del ayer y la celebración de la libertad creativa, el filme del veterano Yonfan sin duda es una de esas rara avis que hará las delicias de los gustos de la cinefilia más exquisita.

    Arden las calles

    El ciclo Ordinary Heroes: Made in Hong Kong también incluía, como decíamos, películas que hablaban en presente continuo y sobre las graves protestas acontecidas en la capital a causa del giro político del gobierno autonómico, que ha virado hasta aproximarse a la dura línea del régimen de la China continental. Sin duda, la más impactante de las propuestas fue el largometraje If We Burn, de James Leong y Lynn Lee, visión urgente entre el documental y la ficción de las manifestaciones y sobre cómo este acontecimiento político ha marcado de por vida a los protagonistas.

    Si la cinta hongkonesa se conjuga en presente continuo, El año del descubrimiento, de Luis López Carrasco, aúna temporalidades con el objetivo de poner en relación pasado y presente, o de señalar, tal vez, que aquellas luchas que creíamos que habían quedado en el pasado –o que los poderes fácticos han querido hacernos creer que pertenecen al pretérito– todavía están presentes. En vez de rastrear las calles, como hace la película de Leong y Lee, el cineasta murciano y su equipo realizan la operación contraria y plantan su cámara en un bar de Cartagena para hablarnos de la reconversión industrial en esa ciudad del Mediterráneo a partir de las variadas voces de hasta 45 personajes  que pasan por ese establecimiento. El resultado es un trabajo épico y devastador, sin duda una película que marcará el cine español por venir.

    Archivo

    El cine realizado con imágenes y sonidos del archivo (found footage) tiene en el IFFR su particular meca cinéfila, ya que no son pocas las propuestas de este tipo que año tras año recalan en el festival neerlandés. Empecemos con My Mexican Bretzel, que pudimos ver en el marco del Festival de Gijón 2019 –premiada en aquel certamen como la mejor película española, con el mejor guion y dirección entre las presentadas en secciones competitivas– y en la que Nuria Giménez construye una ficción a partir del material filmado por sus abuelos, ya fallecidos, y un diseño de sonido misterioso y evocador, además de un texto, el diario de la protagonista, que aparece en pantalla mediante subtítulos. La propuesta no solo es fascinante por su capacidad evocadora, sino porque interroga el papel de las imágenes como documentos históricos y el rol del archivo como generador de relatos oficiales.

    El trabajo con el archivo ha sido uno de los principales caballos de batalla de la pareja formada por Yervant Gianikian y Angela Ricci Lucchi, desde su primer encuentro en la década de 1970. En su larga y fértil trayectoria conjunta, encontramos piezas indispensables del found footage como Karagoez – Catalogo 9.5 (1981), Dal polo all'Equatore (1986), Oh! Uomo (2004) o Pays Barbare (2013), y, tras la inesperada muerte de Ricci Lucchi a principios de 2018, el cineasta de origen armenio homenajeo de manera íntima y sentida a su compañera con I diari di Angela - Noi due cineasta, presentada mundialmente en la Mostra de Venecia de ese mismo año. Y también en el Lido veneciano presentó el pasado septiembre de 2019 la segunda parte de esa propuesta, I diari di Angela - Noi due cineasta. Capitolo secondo, en el que se vuelve al material filmado junto a la italiana para mostrar otras facetas de su larga trayectoria, desde sus primeros éxitos internacionales al temor por el resurgir del fascismo en Europa.

    Yervant Gianikian: "El proyecto de los diarios nace de la promesa a Angela de continuar con nuestro trabajo"

    Un tercer largometraje que hace un uso creativo del material de archivo es el documental Las poetas visitan a Juanna Bignozzi, de las argentinas Laura Citarella (La mujer de los perros) y Mercedes Halfon, escritora y gestora cultural. Todo parte, de hecho, del momento en que Halfon recibe el archivo de la escurridiza poeta Juana Bignozzi y no sabe muy bien cómo darle valor a todo ese material, un mandato que recibe con las muchas cajas de papeles, fotos y escritos. Hasta que un equipo de mujeres de cine se incorpora a la misión y, como resultado, nace un filme con ecos del cine de Matías Piñeiro, pero sobre todo libre, sugerente, divertido y en el que el verbo afilado de Bignozzi toma imagen.

    IFFR 2020

    Visiones de la medicina

    Con Les heures heureses, la cineasta francesa Martine Deyres también parte del archivo para recuperar la memoria perdida de uno de los centros más importantes de la psiquiatría del segundo tercio del siglo XX: Saint-Alban-sur-Limagnole, en Francia. Proviniente del Festival de documental Visions du réel, en Francia, Les heures heureses sigue la intrahistoria de este centro desde que le abre las puertas al psiquiatra catalán Francesc Tosquelles, exiliado en Francia huyendo del Franquismo como miembro del partido marxista. Su presencia fue clave no solo para dinamizar el centro, sino para implantar un nuevo modelo terapéutico mucho más humanista que el practicado hasta el momento, para salvar las vidas de no pocos intelectuales franceses durante le Segunda Guerra Mundial, entre ellos, el poeta surrealista Paul Éluard, y uno de los focos de nacimiento del denominado Art brut.

    Asimismo, Phases of Matter, del director turco-estadounidense Deniz Tortum, se adentra en el Istanbul University Cerrahpasa Hospital para registrar su día a día, antes de que ese centro sea demolido. Se trata de un lugar con el que el cineasta tiene una conexión especial, porque nació allí y su padre trabaja allí, pero el documental está más enfocado a captar todo lo que sucede intramuros, desde la interacción médico-paciente y las charlas de los profesionales a las cuestiones materiales del espacio, que poco a poco va dejando espacio al vacío. Filmada a lo largo de tres años, entre 2015 y 2018, Phases of Matter funciona también como crónica en sordina de las transformaciones de Turquía y del endurecimiento político del gobierno de Erdogan.

    IFFR 2020

    Tigres veteranos

    Una de las novedades de la 49ª edición del IFFR fue el ciclo The Tyger Burns, programa dedicado a las nuevas películas de veteranos y veteranas del cine de autor internacional; todas ellas cintas de notable creatividad que demostraban que la cuestión del riesgo no está asociada a la juventud. En esa sección participó El crack cero, de José Luis Garci, y Laberynth of Cinema, monumento al trauma de la Segunda Guerra Mundial y de la bomba atómica a cargo de Ōbayashi Nobuhiko, responsable de la cinta de culto House (1977).

    La gran muestra de talento y frescura vino de la mano, no obstante, de la delegación rusa y sus nuevas películas: por una parte, Andrei Smirnov defendió A Frenchman, crónica de la Rusia de Krushev que arranca como una película de la Nouvelle Vague para transformarse en el estremecedor testamento sobre la orfandad intelectual (y emocional) de toda una generación; por la otra, Andrey Khrzhanovskyy su The Nose or Conspiracy of Mavericks triunfaron absolutamente en el estreno mundial de la película, una cinta de animación sui generis desbordante de ingenio y sentido del humor que parte del cuento satírico La nariz, de Nikolái Gógol para rendirle cuentas a la temible era Stalin.

    IFFR 2020

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