Peter Lord es historia del cine por motivos de peso. En la década de 1970 fundó junto a David Sproxton Aardman Animations, compañía que con el tiempo y un talento desbordante se convirtió en el gran estudio de cine de animación en stop-motion, responsable de hitos como las serie de películas de Wallace & Gromit, Chicken Run: Evasión en la granja, La oveja Shaun o la reciente Cavernícola.
Hace tiempo que Peter Lord ya no dirige –su última película detrás de la cámara es ¡Piratas! (2012)–, pero sigue en primera línea de fuego como responsable del equipo de producción y como cara visible de una manera de entender el cine de animación que resiste al uso del digital sin alma. Lord visitó Madrid la semana pasada con motivo de la inauguración de la retrospectiva Aardman. Una historia muy animada, que ocupa Cineteca estos días, y organizada con la colaboración de Animac, la Muestra Internacional de Cine de Animación de Catalunya, que levanta hoy el telón de su 24ª edición, y atendió a SensaCine. ¡No te pierdas la entrevista a continuación!
¿Cuánto tiempo os lleva preparar una película en los Aardman Studios?
Peter Lord– ¡Mucho! La mayoría de las películas que hacemos, como Cavernícola, ¡Piratas! o Chicken Run, nos han llevado unos cinco años, desde que apareció la primera idea. Creo que con La oveja Shaun hemos tardado un poco menos, porque el estilo es más simple, pero la media sigue siendo cinco años.
Siempre empezamos de la misma manera: tres personas en una habitación. Ya sabes, el guionista, el director y el productor, y nos ponemos con la historia. De ahí, se pone en marcha un primer storyboard y se comienza a diseñar a los personajes. Entonces, el equipo de tres se convierte en doce personas. Y, con el paso del tiempo, ese equipo se transforma en ciento cincuenta profesionales: dibujantes, diseñadores, maquetados, titiriteros…. En fin, por simple que parezca, todo es muy elaborado.
¿Cuáles son las mayores dificultades a la hora de pensar un proyecto de animación 'stop-motion' en plastilina y arcilla, como los que realizáis en Aardman?
Peter Lord– La sincronización. Organizar una producción en Aardman es una gran hazaña. Piensa que cada uno de los animadores tiene su propia unidad de trabajo, y un día cualquiera, si te pasas por el set de rodaje, es muy fácil que te encuentres con unos 25 animadores diferentes, asegurando al mismo tiempo distintas tomas. Y ya no te digo el gran desafío creativo que hay detrás para que todas esas tomas se ensamblen y todo parezca una sola actuación. Cada uno de los procesos tiene su tempo –primero la concepción de la historia, luego el diseño de los personajes y el storyboard, después la dirección de arte y la construcción del set.. –, pero tengo que confesar que muchas veces se nos acaba acumulando la faena.
¿Crees que la animación tiene un público muy determinado, adultos o menores, o puede existir animación para todas las edades?
Peter Lord– Personalmente creo en la animación para todas las edades. En el mundo de la animación puedes hacer cualquier cosa: un drama psicológico; una aventura de fantasía…, cualquier cosa. Nosotros hemos hecho muchas películas para adultos, pero sabemos que hoy en día nuestro principal público es el público familiar y tratamos de hacer películas para ellos, niños y adultos. Un público lo más amplio posible. Dicho esto, tengo que decir que cuando comenzamos las películas vamos pensando en una serie de características sobre qué deben expresar: si van a ser demasiado impactantes o no, si van a dar miedo o no, si van a revelar cuestiones del ser humano o no, si van a ser divertidas o no… En fin, nos gusta que nuestras películas tengan valores optimistas y positivos, pero sin demasiado sentimentalismos. Somos británicos y, ya sabes, no nos gusta ser muy sentimentales.
En el mundo de la animación puedes hacer cualquier cosa: un drama psicológico; una aventura de fantasía…, cualquier cosa. Nosotros hemos hecho muchas películas para adultos, pero sabemos que hoy en día nuestro principal público es el público familiar y tratamos de hacer películas para ellos, niños y adultos.
¿Os reunís en Aardman con asiduidad para discutir sobre estas cuestiones?
Peter Lord– Para nada. Nunca hacemos eso de sentarnos y hablar sobre qué quieren ver los niños. Conocemos a nuestro público y no queremos perderlo, pero tratamos de contar las historias en las que creemos, las que nos gustan y las que nos importan. Sabemos que los padres van con sus hijos y queremos que unos y otros pasen un buen rato, aunque eso no significa en hacer broma especiales para los adultos. Sabemos, por otra parte, que hay un mundo en el que se realizan grupos de discusión con niños de seis años en los que se les pide sus opiniones, pero ese no es nuestro estilo. Sí que es cierto que hay ocasiones puntuales en que hemos hecho pases de público para saber la reacción de los espectadores, pero cuando ya estaba la película finalizada.
Vuestro sentido del humor se cimenta en las bromas físicas y bebe mucho del ‘slapstick’ y la cultura pop. La referencia que me viene a la cabeza es Buster Keaton, pero también es la más conocida.
Peter Lord– Me gusta el cine silente y los slapsticks. Laurel y Hardy, dos tipos de personalidades tan distintas y con ese humor tan físico… Tienen también un sentido del humor de tipo verbal, con diálogos, pero muy basado en el concepto del personaje, que es algo que creo que también hacemos en Aardman. Y, claro, Buster Keaton. ¡Fue un absoluto genio! Valiente, creativo, hizo todo tipo de experimentos en materia de comedia. Me encanta cómo utiliza el concepto del cuadro y de la composición, porque siempre apostó por la cámara estática y porque el gag siempre se desarrollara dentro del cuadro. Eso es muy complicado de hacer, y mucho más al nivel creativo de Keaton. Hoy en día, muchas secuencias de gags están montadas, cortando a cuatro tomas diferentes todo el tiempo. Hemos intentado hacer ese tipo de tomas como las que hacía Keaton. Son un desafío, aunque cuando funciona es maravilloso.
¡Buster Keaton fue un absoluto genio! Valiente, creativo, hizo todo tipo de experimentos en materia de comedia. Me encanta cómo utiliza el concepto del cuadro y de la composición, porque siempre apostó por la cámara estática y porque el el gag siempre se desarrollara dentro del cuadro.
En fin, las referencias, ¡Dios sabe de dónde vienen las influencias! De todas partes, en el cine y lejos del cine, y espero que sea así durante mucho tiempo. A veces vienen de películas que has visto, que no tienen nada que ver con lo que estás trabajando. En el corto de Wallace & Gromit A Matter of Load and Death (2008) hay una referencia a la escena de Ripley montada en la grúa de carga de Aliens. El regreso (1986), de James Cameron. Siempre hay guiños, pero esta referencia es a una película de terror, con mucha carga militar. Es algo que los niños no van a pillar, pero el chiste funciona y eso es lo que importa.
Sé que es difícil elegir, pero ¿con qué criatura nacida en los Aardman Studios no puedes vivir?
Peter Lord– Tienes razón, es muy complicado, pero hay un personaje que siempre me acompaña: Morph, un pequeño humanoide de barro que creamos hacia 1976 para uno de nuestros primeros trabajos para la BBC y que cuenta con su propio canal en YouTube, por si queréis seguir sus aventuras. Como es el primero, le tengo mucho afecto. También me cae muy bien el capitán pirata de ¡Piratas!, porque es muy tontaina y bonachón. Me hace mucha gracia.
¿Cómo ves el futuro de Aardman Studios?
Peter Lord– Ahora la compañía pertenece a los trabajadores, porque queremos que se mantenga la independencia económica y creativa. Y estamos probando cosas nuevas. Somos conocidos por las películas de animación en stop-motion con figuras de plastilina y arcilla, pero nos hemos abierto a otras propuestas. Hay mucho nuevo talento en Aardman, con ideas diferentes. Hemos hecho un vídeo-clip para Coldplay, el de la canción Daddy, en el que mezclamos títeres, animación dibujada y efectos especiales. Creo el resultado es muy bonito, aunque no es nada cómico, sino más bien una pieza bastante seria.
También hemos hecho un videojuego junto con Bandai Namco, 11-11: Memories Retold. En Aardman tenemos un departamento de proyectos interactivos, que comenzó con temas de diseño web. Pero ya nadie quiere sitios web, así que nos hemos centrado en proyectos educativos, de aplicaciones para museos a juegos. Hemos hecho bastantes videojuegos de La oveja Shaun, pero soñamos a lo grande. Nos gusta pensar cosas diferentes, y tratamos de lograr un equilibrio entre lo que sabemos que la gente ama y probar cosas nuevas. Hay que empezar a pensar en el futuro, y necesitamos encontrar nuevas ideas y nuevo talento que nos ayude a mantenernos durante los próximos 40 años.