'La llamada de lo salvaje': La "idea extraña" que el equipo no sabía si iba a funcionar

La llamada de lo salvaje, la película de aventuras de Chris Sanders con Harrison Ford como protagonista y basada en la novela corta homónima de Jack London, lleva en los cines desde el pasado 21 de febrero. Pero, a diferencia de otras adaptaciones, en esta versión casi todo el arco dramático recae sobre el perro Buck. Esto requería que resultase creíble y, para conseguirlo, el productor Erwin Stoff y el director contrataron a Ryan Stafford, productor de efectos visuales que ya había trabajado en largos como La guerra del planeta de los simios, Deadpool y Vengadores: La era de Ultrón. A este se unió el supervisor de efectos visuales Erik Nash, nominado al Oscar por Yo, robot, Acero puro y Iron Man 3. ¿Sabías que tuvieron una "idea extraña" de la que al principio no estaban demasiado seguros?

Quizá no sepas que la cinta iba a hacerse en un principio casi enteramente por ordenador. Pero el equipo tomó después la decisión de hacer un híbrido entre rodaje real y perros y otros animales creados digitalmente. Las notas de producción del filme revelan que, a sugerencia de Ryan Stafford, se determinó que en aquellas escenas en las que estaba Buck no había que limitarse a usar un marcador como una pelota de tenis. ¿Qué hacer entonces? Pues colocar a una persona real para sustituirla más adelante con animación. Y este fue el papel de Terry Notary, antiguo artista del Cirque du Soleil y 'crème de la crème' de los coreógrafos de movimiento en la industria. El también especialista de Doctor Sueño y Proyecto Rampage estudió con perros, aprendió sus costumbres y practicó sus gestos y movimientos.

A Erwin Stoff no le convencía del todo sustituir el clásico marcador por una persona de carne y hueso. "Era una idea extraña y no sabía cómo reaccionaría el reparto, porque tienes a un hombre adulto a cuatro patas, vestido con un traje gris muy gracioso y unas prótesis que hacen de patas delanteras jugando a un perro. Pero resultó muy bien porque Terry realizó un retrato maravilloso que mejoró la interpretación de cada actor". Stafford y Erik Nash pensaron que la labor de Notary se iba a limitar a las expresiones faciales y a las interpretaciones emocionales (mirar a los ojos, transmitir tristeza y felicidad...), pero acabó siendo mucho más que eso. Se hizo cargo de acciones como pelear, saltar y, en general, de todo lo que hace Buck en la historia.

"Funcionó tan bien porque también tuvimos en cuenta el 'timing', el tamaño y la ubicación de los ojos", explica Stafford. "Proporciona a los actores algo con lo que interactuar. He realizado muchas películas de captura de movimiento y logras que los actores hagan buenas interpretaciones cuando actúan con algo y en el momento que lo quitas y están actuando con nada, la actuación sale perdiendo. Es tremendamente difícil actuar en un espacio vacío, sobre todo en momentos de gran dramatismo".

Para Nash, Notary fue absolutamente necesario por dos motivos: proporcionar a Sanders un intérprete con quien hablar sobre la actuación de Buck y tener a alguien para interactuar con el resto de los actores. "Terry fue indispensable", señala el realizador. "No solo porque hizo un gran trabajo actuando, sino porque lo que hizo también fue increíblemente exigente en el plano físico [...] Hay cierta imprevisibilidad en el 'timing' de un perro. Tienen esos momentos poco convencionales en los que inclinan la cabeza o parpadean o simplemente apartan la mirada momentáneamente. Y él logró hacer ese tipo de cosas y al mismo tiempo olvidarse de su fisiología humana". Ve a ver La llamada de lo salvaje al cine y sabrás cómo ha quedado. De momento, arriba tienes nuestras entrevistas y aquí abajo su tráiler oficial.