En las últimas semanas, hemos visto el aplazamiento de 50 estrenos, la paralización de más de 30 producciones y nos hemos despedido de las salas de cine. La pandemia del coronavirus ha sacudido con fuerza los cimientos de Hollywood, una maquinaria con un siglo de antigüedad que se ha visto obligada a frenar y adaptarse a una situación completamente nueva para la humanidad. Al mismo tiempo que los lugares físicos cerraban sus puertas, las plataformas de ‘streaming’ recibían con los brazos abiertos la llegada masiva de espectadores. En este tiempo, Disney+ ha triplicado su número de suscriptores -con datos de EE.UU- y, debido al elevado número de visualizaciones, Europa ha pedido a Netflix que deje de ofrecer su contenido en HD para ayudar a mantener las infraestructuras.
'Sin tiempo para morir', 'Un lugar tranquilo 2', 'Fast & Furious 9'... Todos los estrenos retrasados por el coronavirusDeprisa y corriendo, las distribuidoras han echado mano de esa ruta alternativa que hasta hace muy poco nadie se tomaba en serio: los lanzamientos digitales. Títulos como Bloodshot, Onward y El hombre invisible han podido continuar su recorrido después de que la cuarentena les haya pillado apenas unas semanas después de su estreno. Otras como Aves de presa y Bad Boys for Life, que ya habían dejado de proyectarse, han decidido adelantar su tirada ‘online’ para ofrecer más entretenimiento a los usuarios. En casos como el de Trolls 2, Emma. y La caza, cuyos estrenos estaban planeados para abril, Universal Pictures ha decidido recurrir a las plataformas digitales directamente, sin pasar por salas.
'Avatar 2', 'Jurassic World: Dominion' y otras películas que han parado su producción por el coronavirusCada uno se adapta a la nueva situación como puede y, a pesar de que estamos viendo cómo el consumo audiovisual se dispara durante el confinamiento, nadie puede prever qué pasará en un futuro. ¿Volveremos a las salas de cine con la misma asiduidad que antes? ¿Las plataformas de ‘streaming’ se convertirán en las principales ventanas de distribución? ¿Se democratizarán los estrenos de tal manera que la línea entre ‘blockbusters’ y títulos ‘indies’ cada vez será más difusa? La lista de incógnitas es larga y para intentar aclarar un poco cómo están viviendo la situación desde dentro hemos hablado con Enrique Costa, distribuidor en Avalon DA, y Jaume Ripoll, cofundador y director editorial en Filmin.
Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas
Hasta nuestros días más recientes, el estreno de una película directamente en vídeo era sinónimo de mala calidad y cutrerío. Tras la llegada de plataformas como Netflix y Amazon y su esfuerzo cada vez mayor por producir películas originales, esta situación ha dado un vuelco y ahora un lanzamiento digital puede suponer un número mayor de visualizaciones que una proyección en salas. Prueba de ello está en éxitos como A ciegas, una cinta que no hubiese hecho mucho ruido si hubiese seguido el camino tradicional, pero que se convirtió en un ‘hit’ inesperado de Netflix tras su debut el 21 de diciembre de 2018.
En España, tras el 14 de marzo, el estreno digital es la única alternativa de muchos títulos que se han quedado en el limbo. Avalon no ha querido retrasar la oportunidad para que los espectadores disfruten de Matthias & Maxime, la nueva cinta de Xavier Dolan, y ha tenido su estreno ‘online’ gracias a un acuerdo con Filmin. La experiencia ha sido muy gratificante. “Es la película en TVOD que más consumos ha tenido en este primer fin de semana y, comparándolo con las películas anteriores de Xavier Dolan, es la película de su filmografía que más espectadores han visto en su primer fin de semana, desde que estrenamos películas de Xavier Dolan”, asegura Enrique Costa.
Son de los primeros en probar este formato, pero no los últimos. A Contracorriente ha inaugurado una plataforma, salavirtualdecine.com, donde el público podrá disfrutar desde casa de estrenos como Vivarium y La alegría de las pequeñas cosas -a 6,95€, disponible en múltiples dispositivos y con 72 horas para poder disfrutarla-. Estos podrían ser los primeros pasos para ver una alianza fuerte entre estrenos tradicionales -en salas- y digitales.
“A la gente le ha gustado mucho [el estreno de Matthias & Maxime] y yo creo que la experiencia invitará a más compañías españolas a repetir. Una de las claves, y esto es importante, es que no podemos introducir nuevos hábitos desde la excepción. Hay que hacerlo desde la convicción”, afirma Jaume Ripoll.
No podemos esperar que un conjunto de excepciones construyan un nuevo sistema de consumo. Aunque la segunda no sea un éxito, si creemos que este es el camino, hay que insistir. No creamos que si no encontramos el éxito, el camino deja de ser hábil
El poder del pueblo
Con estas ventanas digitales, los espectadores tienen más oferta de entretenimiento entre la que poder elegir, lo que ha terminado por darles un poder inesperado. Si antes -en la mayoría de los casos- eran las productoras, distribuidoras y exhibidores los que componían la cartelera y determinaban qué películas eran los taquillazos de la temporada, ahora se ha abierto una pequeña brecha por la que se van colando éxitos inesperados. Al ejemplo de A ciegas, añadimos la reciente El hoyo, la cinta de suspense de Galder Gaztelu-Urrutia que ha arrasado a nivel mundial tras su llegada a Netflix. La película llegó a los cines el 8 de noviembre de 2019, pero han sido su estreno digital y el confinamiento de la población los ingredientes necesarios para colocarla entre lo más visto y comentado de las redes sociales.
Poder pasar 24 horas y siete días a la semana delante de una pantalla ayuda a que los contenidos tengan más visualizaciones y que estos sean más diversos. Pero son las pocas limitaciones de las plataformas de ‘streaming’ en cuanto a horarios y dispositivos las que convierten esto en una mezcla explosiva. ¿Te imaginas qué habría pasado si en la cuarentena solo hubiésemos podido recurrir a los DVD, Blu-ray y a la programación televisiva?
Lo que permiten las plataformas es democratizar la situación. Casi todos somos iguales para el público y ya decidirá el público si quiere una cosa u otra
El público tiene la batuta y requiere un esfuerzo a las distribuidoras para que sepan hablar su mismo lenguaje y adaptarse a un ritmo frenético de estrenos y modas. Lo que es ‘trending topic’ una semana, a la siguiente ya es cosa del pasado. “Ahí es donde las herramientas de marketing y promoción de las distribuidoras tienen que ser mucho más ágiles de lo que son en la ventana de cine”, sentencia Costa.
Los exhibidores, los grandes aliados
Mayor consumo de los contenidos, mayor democratización y espectadores contentos. ¿Qué puede fallar en una industria completamente digital? Esta ecuación no funciona sin los exhibidores. La pantalla de cine es la principal carta de amor al séptimo arte y, aunque poder tener acceso a un mayor catálogo es una gran noticia, el objetivo final de una película siempre va a ser una sala. Por una parte, porque supone el principal foco de financiación de las distribuidoras y, sin esas ganancias, el futuro de estas compañías estaría en entredicho. Sin distribuidoras, pocas películas podrían llegar a nuestro país y la oferta de entretenimiento bajaría… En fin. Ya te vas haciendo una idea de esta pescadilla que se muerde la cola. Por otra parte, ir a ver una película al cine es un gesto romántico que no todos los cinéfilos están dispuestos a perder.
“Al final, el cine sigue siendo nuestra mayor fuente de ingresos, como para la mayoría de las películas, y prescindir de ello, olvidándonos de nuestros compañeros exhibidores en este viaje de la distribución, es difícil de llevar a cabo”, asegura Costa, “En los últimos meses, hemos comprado películas que, para nosotros, su gran porqué es estrenarlas en cines, como Under the skin o el reestreno de Deseando amar”.
'Under the Skin', el sci-fi de Jonathan Glazer con Scarlett Johansson, se estrena el 24 de abril de 2020 en España¿La solución? Una combinación entre lo físico y lo digital. Existen múltiples alternativas para llegar al público, al igual que cada película tiene sus características especiales. Lo ideal para el futuro de la industria está en encontrar un equilibrio y saber escoger la ventana correcta para cada estreno. “Nosotros siempre hemos sido bastante flexibles con nuestros estrenos. En el pasado hemos sacado películas que iban entre cine y VOD al mismo tiempo y creemos que depende de cada título. Nos iremos amoldando a su forma de difusión”, afirma Costa.
Qué va a pasar después de la cuarentena
Ni los mayores expertos se atreven a imaginar qué pasará una vez termine el confinamiento y podamos seguir con nuestra vida normal. Hablamos de un problema global que tendrá consecuencias de la misma magnitud, a lo que se une el hecho de que es una situación completamente novedosa para todos. Sin embargo, podemos sacar algunas ideas en claro.
En primer lugar, el dominio de las plataformas de ‘streaming’ quedará demostrado y afianzado. Quien no había usado este servicio antes, pasará a ser usuario; quien se debatía entre varias plataformas, tendrá una opinión más clara; quien ya había dejado de ver la televisión tradicional, terminará con unas ideas más firmes. Este ‘boom’ que hemos vivido en los últimos años ha pegado su gran pelotazo en la cuarentena y ya será difícil dar marcha atrás.
En nuestro país, la penetración en el mercado [de las plataformas de ‘streaming’] no llega ni al 60% de hogares. Ahora mismo tampoco sabemos muy bien cuál será el grado de libertad, de independencia y la magnitud de la crisis
"Pero esto va a determinar si uno tiene una o varias suscripciones a plataformas, los sistemas de conexión de las televisiones... A lo mejor garantizar un poco la incorporación a internet de aquellas personas que hoy no tienen internet… Pero se ha demostrado en las últimas semanas que las plataformas son un buen aliado para el confinamiento”, reflexiona Ripoll.
En segundo lugar, que la industria cinematográfica va a quedar muy golpeada. FEDICINE, la Federación de Distribuidores Cinematográficos, ha declarado en un comunicado a SensaCine que todavía es pronto para sacar conclusiones. Pero el impacto es grave. “La paralización total de la producción y la actividad de distribución abren un escenario muy negativo en cuanto a pérdidas económicas y laborales, aún difíciles de cuantificar, con el dato indudable de que los ingresos procedentes de las salas de cine han pasado a cero”.
El coronavirus ha llegado a todos los aspectos que componen la sociedad. No solo es una crisis sanitaria; también es social y económica, entre otros rasgos, y está por ver cómo será la recuperación de las empresas, también las de cine. “Si marca un antes y un después en la industria, será porque marca un antes y un después en la humanidad. ¿Cómo va a impactar esto a la industria? Pues en los rodajes, en las ayudas públicas, en las localizaciones... En muchos niveles. En el consumo, no creo. Creo que todos tenemos ganas de que esto quede atrás y de que podamos experimentar el placer de ver cosas en salas”, opina Ripoll.
La última idea clara es que el público está deseando salir del confinamiento y volver a la normalidad. Y eso también se aplica a las salas de cine. No podemos saber cómo habrá cambiado el mundo cuando todo esto termine, pero podremos dejar de vivir a través de una pantalla. “Al fin y al cabo, mañana será otro día", como dijo Escarlata O’Hara.