Ves una película original con un final cerrado, la disfrutas como nadie y va directa a tu lista de favoritas. Sin embargo, meses después, la compañía que la ha estrenado anuncia una innecesaria secuela con el objetivo principalmente de conseguir más dinero tras su éxito, y te salta la pregunta de siempre: “¿Por qué?”.
Esta misma cuestión nos hemos hecho los redactores de SensaCine al ver unas segundas o terceras partes que es mejor que no hubieran existido en el mundo cinéfilo. Desde chafar míticas películas como La Momia hasta tener pesadillas con la secuencia de cuando se ponen el traje de superhéroe en Batman y Robin. Joel Schumacher, esas pezoneras son el mal personificado.
'Hannibal': la reafirmación de la grandeza de 'El silencio de los corderos'
Lorena Vialás
Tendría 14 años cuando vi por primera vez El silencio de los corderos. Me había leído la novela de Thomas Harris y me había dejado tan fascinada, que le pedí a mis padres que bajásemos al videoclub –qué maravilla de lugar- y alquilásemos la cinta dirigida por Jonathan Demme, ganadora de los cinco Oscars a los que fue nominada en 1992. Me fascinó la genial interpretación que hizo Jodie Foster de la agente Clarice. Y me horrorizó, de igual manera, ver que no iba a estar en Hannibal, la secuela. Primer punto negativo para la película que tampoco contaría en la dirección con Demme.
Desde luego que me emocioné cuando anunciaron, a comienzos del nuevo siglo, que Ridley Scott iba a dirigir la secuela de El silencio de los corderos. Pero si hay algo que me molesta, especialmente, es que en una saga o en una serie cambien de actor para dar vida a un mismo personaje. Y el hecho de pensar que ahora iba a ser Julianne Moore la encargada de ponerse cara a cara con el despiadado asesino Hannibal Lecter -para el que al menos tuvieron la decencia de volver a elegir a Anthony Hopkins-, me generaba sensaciones encontradas. Aún así, claro que fui a ver Hannibal al cine, el día de su estreno. Quería comprobar si estaba equivocada; si Scott nos había regalado otra maravilla. Pero no, no fue así. Qué decepción más grande ver cómo el director de Blade Runner había capitaneado una película de terror, con escenas muy ‘heavies’, y poco más. Nada qué ver con el escalofriante ‘thriller’ del que me había enamorado con 14 años.
'Sinister 2' o cómo una película de terror se convierte en algo tedioso
Custodio Guerrero
Sinister de Scott Derrickson (Doctor Extraño) fue de esas películas de terror con las que tuve pesadillas y era algo que no me ocurría desde hace años. El filme juega mucho con el terror psicológico con un aparentemente ente que va tras los niños y esas cintas que descubre Ethan Hawke sobre niños asesinando a sus familias son un añadido que enturbia aún más la historia. Es una historia de investigación intrépida con tintes de terror que no te deja respirar en ningún momento.
Pero tal fue su éxito, que se decidió lamentablemente hacer Sinister 2. Lo que fue un terrorífico Bughuul, que devoraba las almas de los niños, se convirtió en una tediosa y aburrida historia que solo intentaba de nuevo sorprender al espectador con nuevo material de niños asesinos. Y no. Así no es cómo funcionan las cosas. Porque en la primera parte, no se veía al Bughuul hasta bastante al final, era un ente que siempre estaba por ahí pero no era el protagonista. Aquí, al descubrir cómo es, juegan con ‘sustos’ con su imagen convirtiéndole en otro protagonista más y que da más risa que terror.
‘La momia 3: La tumba del emperador dragón’: Haremos como si nada hubiese ocurrido
Andrea Zamora
Me declaro fan de La momia. La de Brendan Fraser y Rachel Weisz. La de Tom Cruise de 2017 mejor dejarla en el olvido y hacer como si nunca hubiese ocurrido. Tenía la primera entrega -dirigida por Stephen Sommers y estrenada en 1999- en VHS y no me cansaba de verla una y otra vez. Contaba con todo lo que me gusta en una película de aventuras: secretos escondidos bajo tierra, un toque sobrenatural, acertijos, acción, la frase de Evelyn Carnahan de “qué hace un sitio como yo en una chica como esta” … Y la segunda no se queda corta. El regreso de la momia, también de Sommers, me lo hizo pasar en grande gracias a mantener los mismos elementos de la primera. Pero entonces tuvieron la gran idea de hacer una tercera parte.
No me opuse. Fui al cine a verla con el mismo entusiasmo que las anteriores, pero el sentimiento que tuve cuando empezaron a correr por la pantalla los títulos de crédito no se parecía en nada a lo que me provocaron sus predecesoras. Y salí de la sala preguntándome continuamente: “¿Quiénes esa señora y dónde está la Evelyn que yo conocía?”. La momia 3: La tumba del emperador dragón no contó con el regreso de Weisz en su reparto y la sustituyeron por Maria Bello. Pero es que, si ya fue una tremenda desazón no encontrar por ningún lado la chispa de Weisz interpretando a la patosa arqueóloga; las tramas, los acertijos, los momentos cómicos y los villanos también fueron horribles... “¡Quiero volver a Egipto!”, gritaba mi yo interior mientras la historia seguía su transcurso por China sin ningún sentido. Ojalá hubiese ocurrido algo durante el desarrollo de la cinta que hubiese impedido esta tercera entrega. ¡Lo que fuera! Tan solo nos queda hacer lo mismo que con La momia de Cruise: olvidarnos de ella y seguir viviendo como si nada hubiese ocurrido.
'X-Men: Apocalipsis': Pero si todo iba tan bien...
Sara Heredia
Reconozco que la saga X-Men no es brillante y tiene sus altibajos, pero ninguno de la talla de X-Men: Apocalipsis. La tercera entrega de la nueva saga encabezada por Michael Fassbender y James McAvoy, en sus papeles de Magneto y el profesor Xavier, tenía buena pinta cuando se anunció. Al fin y al cabo, el villano estaba interpretado por Oscar Isaac y partía de dos joyas de la franquicia como son Primera Generación y Días del futuro pasado. Sin embargo, algo se perdió en esa transición.
Los Cuatro Jinetes de En Sabah Nur tienen un tufillo noventero -o de los primeros 2000- que no pega en absoluto con el camino que llevaban sus antecesoras. Y lo que parecía un gran cambio de rumbo en el cine de entretenimiento terminó por hacer aguas. De manera accidental, se convirtió en la primera de la lista de fracasos de X-Men que hemos ido viendo en los últimos años -hablamos de Fénix Oscura y la eterna aspirante a estrenarse Los Nuevos mutantes. Vale, funciona como producto palomitero. Pero para eso ya tenemos las primeras entregas de la saga.
'La serie Divergente: Leal': La tercera parte que nunca debió ver la luz
Ana Lasso
La adaptación cinematográfica basada en la saga de libros escrita por Veronica Roth empezó muy fuerte. La primera entrega, Divergente, protagonizada por Shailene Woodley y Theo James, tuvo una gran acogida y mantenía la esencia de las páginas. Sin embargo, a medida que la saga continuaba, las cintas iban perdiendo cada vez más el carácter de los personajes y sobre todo de la historia. Y el colofón final llegó con el estreno de Leal, la tercera entrega. Con un final cambiado por completo, que era la gracia del último libro y que servía como cierre, aunque dramático, pero más realista, dentro de lo que puede llegar a serlo una trama de ciencia ficción. La supuesta cuarta parte que iban a rodar acabó quedando en el olvido, lo que es una clara evidencia de que el cierre de la saga fue un auténtico fracaso. Es lo que ocurre cuando se trata de alargar lo imposible.
'American Psycho 2': Si no sabías que tuviese una secuela, ahí tienes la prueba de hasta qué punto era prescindible
Lourdes de Paredes
¿No sabías que American Psycho tenía una secuela? Ahí tienes la mejor prueba de hasta qué punto era prescindible una segunda entrega. Dos años más tarde de que Christian Bale protagonizara uno de sus papeles más icónicos metiéndose en la piel de Patrick Baterman, llegó a los cines la segunda parte con el título American Psycho 2: El Legado de Patrick Bateman, para más inri. Aunque bien es cierto que el título en inglés lleva la coletilla de ‘All American Girl’, ya sabemos la costumbre de traducir sin mucha coherencia. Volviendo a lo que nos ocupa, la secuela no comparte nada más que el inicio del título con su predecesora siguiendo una buena estrategia de ‘marketing’, que en cuanto empiezas a ver la cinta destruye el castillo de naipes de un plumazo. Está protagonizada por Mila Kunis, una asesina en serie que se carga a todo aquel que se cruza en su camino y no encaja en su ‘modus vivendi’. En cuanto a la valoración, la primera parte en Rotten Tomatoes tiene un 69%. La secuela de Kunis, un 11%. No hay mucho más que añadir, ¿verdad?
'Robocop 3': Adiós infancia
Tomás Andrés
Hay secuelas que pueden estropear franquicias y hay otras que directamente hunden a la productora propietaria de los derechos de la misma. Este largometraje no sólo supuso el punto y final para la compañía Orion Pictures, sino que además su director Fred Dekker -que se había labrado una prometedora carrera gracias a películas como El terror llama a su puerta y Una pandilla alucinante- no ha vuelto ponerse tras las cámaras desde entonces. Robocop 3 es tan mala que hasta el protagonista de las dos entregas anteriores (Peter Weller) rechazó volver a ponerse en la piel de Alex Murphy -tras leer el guion- para trabajar a las órdenes de David Cronenberg en El almuerzo desnudo.
Recuerdo el cabreo que cogí al verla, entre otras cosas, por la innecesaria y absurda muerte de la oficial de policía Anne Lewis -a la que siempre había encarnado la actriz Nancy Allen. Y eso que, por aquella época, yo solía salir satisfecho con el visionado de todos los VHS que me traía del videoclub: desde Masters del universo hasta Depredador 2. Ya era complicado superar los problemas de tono del guion de Frank Miller en Robocop 2... Pero es que esta tercera entrega convierte lo que era una de las sagas más violentas del cine de ciencia ficción de los 80 y 90 en un producto familiar. La ácida crítica que subyace en las dos primeras partes se ve aquí reducida a un humor de lo más simplista y tontorrón motivado, quizá, porque el personaje se había convertido en un icono juvenil gracias a las figuras de acción o los cómics sobre sus aventuras. A pesar del tono ‘family friendly’, el filme está plagado de escenas bastante bestias -entre ellas, un suicidio desde una ventana- que hacen que éste se quede en tierra de nadie. Mención aparte el de uno de los villanos del filme: un androide con rasgos asiáticos que es de lo peor -y ridículo- que se ha visto en el cine de acción. Vamos, todo un despropósito cuyo mayor reclamo publicitario era que el metálico protagonista de la película podía volar gracias a un ‘jet pack’ -y esto lo hace al final de la misma. Adiós infancia.
‘Batman y Robin’: Es que no hay por dónde cogerla
Santiago Gimeno
Mira que me gusta el Caballero Oscuro de DC. De verdad. Pero es que Batman y Robin de Joel Schumacher no había por dónde cogerla. Seguiré defendiendo hasta el día de mi muerte Batman Forever (1995), también dirigida por Schumacher y con Val Kilmer como Bruce Wayne. ¿Pero pezones en los trajes? ¿En serio? -que ya estaban en Batman Forever. Tampoco ayudó mucho la interpretación de George Clooney como Hombre Murciélago ni las cómicas encarnaciones de Victor Fries y de Hiedra Venenosa a cargo de Arnold Schwarzenegger y Uma Thurman, respectivamente. Y de los sonrojantes planos detalle de los trajes y del Bane de escaso parecido con el de los cómics, mejor ni hablamos. No me extraña que la franquicia pasara a mejor vida y descansara en barbecho hasta que Christopher Nolan recogiera el testigo ocho años después y nos ilusionara de nuevo con Batman Begins (2005). ¡Pero si hasta Batman tenía una tarjeta de crédito y unos patines para el hielo! Dicho esto, me sigue encantando la Batgirl noventera de Alicia Silverstone y, en general, de cuando en cuando la revisito como buen placer culpable.