Iron Man es el superhéroe que lo empezó todo y uno de los más queridos por los fans en el Universo Cinematográfico de Marvel. Parte del mérito recae, por supuesto, en la interpretación de Robert Downey Jr., quien desde el primer momento supo darle a Tony Stark esa personalidad tan peculiar que hoy le hace único. A lo largo de esta década, comenzando con la cinta en solitario estrenada en 2008 y finalizando con Vengadores: Endgame, hemos visto el desarrollo del personaje y su cambio hasta formar una familia junto a Pepper (Gwyneth Paltrow).
Salvo sorpresa de última hora, la historia de Tony Stark en el UCM ha terminado y lo ha hecho sin tratar un aspecto importante que sí aparece en los cómics: el alcoholismo del millonario. Como recoge ScreenRant, al comienzo parecía que la versión cinematográfica del personaje iba a incluir esta característica, especialmente en Iron Man 2, cuando un Tony Stark borracho da la nota en la fiesta de cumpleaños -algo relacionado con el cómic ‘Demon in a Bottle’. Para la siguiente entrega, Marvel ya trabajaba bajo el ala de Disney y parece que el estudio decidió prescindir de este rasgo del millonario.
Como todos conocemos, Robert Downey Jr. ha sufrido su propia lucha contra el alcohol a lo largo de su vida, lo que nos hace preguntarnos si su fichaje en la franquicia no estaría enfocado por ese camino. Sea como sea, el estudio ha sabido construir un personaje complejo y con luchas internas sin necesidad de recurrir a la adicción. En las últimas películas de la saga, le hemos visto convertirse en el tutor del joven Peter Parker (Tom Holland), formar una familia y sacrificarse para salvar a la humanidad.
El alcoholismo habría cambiado al personaje radicalmente y no sabemos si habría resultado en una mejor versión de Tony Stark. Puede que el Universo Cinematográfico de Marvel nunca explore esta cualidad, pero seguro que los fans están más que satisfechos con el trabajo de Downey Jr. en la franquicia.
Fuente: ScreenRant