Si hay una prenda que ha reinado en estos meses que hemos pasado confinados en casa por la crisis del coronavirus esa ha sido el pijama. Hay de todos los tipos y para todos los gustos. Algunos lo han usado durante todo el día y otros han seguido vistiéndose con ropa de calle pese a no poder salir de sus hogares. El cine y las series de televisión nos han dejado algunos que podríamos tildar hasta de icónicos y, en SensaCine, hemos querido rendir un pequeño homenaje a la ropa de cama que hemos visto en la grande y pequeña pantalla.
10 cuartos de cine y series donde nos gustaría pasar la cuarentena¿Cómo no acordarse de Villanelle enfundada en ese pijama azul de cómic en Killing Eve? ¿Y de Carrie caminando por las calles de Nueva York vestida con ropa de cama y collar de perlas para ir hasta casa de su amiga Miranda en Sexo en Nueva Yok? ¿Y qué me dices de los delicados camisones y batas de Grace Kelly en La ventana indiscreta? ¿Y de esos elegantes pijamas a rayas de Don Draper en Mad Men? La redacción de SensaCine ha elegido los pijamas de cine y series que nos hubiese gustado llevar durante toda la cuarentena. Y, ¡ojo! porque también hemos seleccionado algunas prendas que se salen un poco de la norma... Al fin y al cabo, en confinamiento, las fronteras textiles parecen diluirse y cualquier ropa es válida.
Los pijamas de Villanelle en 'Killing Eve'
Villanelle (Jodie Comer) es elegante hasta en pijama. A lo largo de Killing Eve nos ha ido deleitando con sofisticados estilismos que ya querría Carrie Bradshaw en su armario de ‘it girl’. Si para salir a la calle la elegancia y el perfume con “olor a poder” son sus señas de identidad, no podía ser menos cuando recorre el mundo alojándose en lugares de ensueño repartidos por todo el planeta, en los que ya quisiéramos haber pasado nuestro confinamiento. Los pijamas de satén con caída libre marcan sus sueños, pero memorable es el pijama azul de cómic que viste en uno de sus episodios más sangrientos. Consigue que sigamos tomándonosla en serio a pesar de llevar un atuendo infantil más propio de un niño que de una fría sociópata. Por cierto, pijama que fue sorteado en un concurso por el perfil de Twitter de la serie los días posteriores a la emisión del capítulo 'End of Game' 3x06. Yo hubiera sido feliz con un pijama así en cuarentena. Cómodo, divertido para alegrar los días encerrada, y quién sabe si con algo de esa bipolaridad innata de Villanelle, que me habría ayudado a superar con nota el confinamiento mientras desarrollaba diferentes personalidades.
Lourdes de Paredes
Los pijamas de Grace Kelly y James Stewart en ‘La ventana indiscreta’
Te levantas un poco más tarde de lo habitual, fruto del insomnio que estás padeciendo durante este confinamiento, y siempre lo haces con la misma idea, que te martillea constantemente la cabeza: “Hoy me quito el pijama y me pongo ropa de calle aunque no salga”. Pero siempre hay algo, como una especie de fuerza externa sobrenatural, que te lo acaba impidiendo. Eso o la pereza, vete tú a saber. Pero lo más triste de todo, lo que te sume en un estado casi melancólico, es que tu pijama nunca se parecerá a los que llevaban Grace Kelly y James Stewart en La ventana indiscreta (1954), esa obra maestra de Alfred Hitchcock.
Lisa Carol Fremont y L.B. 'Jeff' Jefferies parecían seres superiores, sagrados y excelsos, incluso enfundados en su ropa de cama. La sofisticada y hermosa ‘socialité’ roza lo divino con un simple camisón y una bata de seda a juego. El pelo, perfecto; la mirada, como le gustaba a Hitchcok, de un magnético azul. Cuando Fremont se apoya en el marco de la puerta, con una lamparilla y una butaca a su vera, las mangas de su etérea prenda hacen de ella una Afrodita exquisita y sublime. ¿Y Jeff? Mientras sostiene sus prismáticos para averiguar si en la casa de enfrente se ha cometido o no un asesinato, como él sospecha, se engalana con cuatro modelos de pijama -en caqui, azul, azul claro y rosa pálido-, todos ellos de dos piezas, con generosos cuellos en V y tres bolsillos. Si pudiera igualar su distinción sin esfuerzo, no me importaría tener a un Thorwald acechándome.
Santiago Gimeno
La vestimenta de El Nota en 'El gran Lebowski'
Ya está bien de camisones de seda, kimonos vaporosos y pelo ideal. ¡Esa no es la España real! Si hablamos en serio, hay que reconocer que nadie ha salido de los 'leggings', las camisetas de propaganda y las batas llenas de bolitas en esta cuarentena. Si ya es difícil mantener el ánimo encerrado en un pequeño piso durante meses -en el mejor de los casos, porque muchos han tenido que ingeniárselas entre las cuatro paredes de las habitaciones en las que han pasado el confinamiento-, más aún dar con el ‘modelito’ ideal cada mañana en este bucle del Día de la Marmota. Aunque a todos nos gustaría ser Grace Kelly en La ventana indiscreta o tener el vestidor de Carrie en Sexo en Nueva York, lo cierto es que El Nota (Jeff Bridges) y su 'look' desganado de El gran Lebowski es lo que mejor nos ha representado. También podríamos hablar de su afición por la marihuana y los rusos blancos, pero eso ya es otro tema aparte.
Sara Heredia
El vestido de Jo March en el final de 'Mujercitas'
Comodidad y versatilidad. La experiencia del confinamiento me ha dejado esas dos palabras como las claves para seleccionar el mejor pijama para estar meses encerrada en casa durante la crisis del coronavirus. Y si hay uno que creo que cumpliría con esas dos características sería el vestido que lleva Jo March (Saoirse Ronan) en el final de la Mujercitas de Greta Gerwig. Formado por dos piezas -una camisa y un vestido largo y ancho-, tienes dos combinaciones diferentes si te aburres de ir siempre igual o si empieza a hacer calor y el clima ya pide ir en tirantes. Además, también es práctico: sirve tanto para estar por casa como para tener que ir a hacer la compra sin llamar demasiado la atención con un pijama al uso. Y si te preocupa que esconda debajo el incómodo corpiño típico de la época en la que ambientó Louisa May Alcott a su heroína, no te inquietes. Principalmente, porque Jo nunca se caracterizó por vestir con todas esas aparatosas prendas que el resto de mujeres de su tiempo sí llevaban debajo de las faldas. Además, el vestido de la protagonista es tan largo que dará igual si quieres plantarte en los pies unas deportivas, unas sandalias, unas botas o dejarte las zapatillas de estar por casa. ¡Todo ventajas!
Andrea Zamora
El camisón de Ariel en 'La Sirenita'
Si hubiera podido elegir un pijama para pasar esta cuarentena habría sido el camisón de Ariel en La Sirenita. Cómodo, ligero y lo suficientemente decente como para poder recibir al repartidor de correos sin pasar demasiada vergüenza ajena. Si hay algo que ha demostrado este confinamiento es que el confort está por encima de ser coqueta; al menos en mi caso. Ya me habría gustado pasar la cuarentena en un castillo con vistas al mar como es el caso de la Sirenita, pero tendré que conformarme con imaginármelo. Si recuerdas, la princesa acuática de Disney lleva puesto un camisón durante su breve estancia en el castillo de Eric, una vez se convierte en humana y él la acoge. A diferencia de otras películas en las que se les cambia a los personajes el vestuario en la segunda noche, la protagonista mantiene el camisón; y no es para menos. Sin pantalón con el que sentirse ajustada, ni goma que te acabe ciñendo y dejando la marca en la tripa; llevar un vestido como ropa de cama es uno de los grandes inventos.
Ana Lasso
Los pijamas de Carrie Bradshaw en las películas de 'Sexo en Nueva York'
Reconozco que gracias a la cuarentena he aprendido a no estar en casa con el pijama puesto todo el día, como solía hacer algunos fines de semana de esos en los que no pisas la calle. Esto ha conseguido que instauremos una nueva norma en casa, de la que no se libran ni los más pequeños: quitarnos el pijama y elegir la ropa con la que queremos pasar el resto del día, porque en casa también se puede vestir bien. Por ello, si tuviera que elegir mi pijama soñado para el confinamiento hubiera escogido alguno de los que luce Carrie Bradshaw en las películas de Sexo en Nueva York. Y es que, los ‘outfits’ caseros del personaje interpretado por Sarah Jessica Parker son tan fabulosos que puedes, incluso, salir con ellos a la calle, sin importar que las calles estén cubiertas de nieve. Un pantalón ancho, una camiseta gris de manga larga, un ‘top’ de seda sobre ella y, por supuesto, un collar de perlas son las prendas con las que Carrie, además de meterse en la cama –sí, sí, con el collar incluido-, se cruza media ciudad en plena Nochevieja. Bueno, con el pijama y tres complementos que sólo ella se atrevería a combinar: un gorrito de lentejuelas, unos botines de tacón blancos y un abrigo de pieles.
Este, sin duda, me parece el pijama perfecto para estos meses de atrás en los que la lluvia y el frío han sido los protagonistas. Pero, para las últimas semanas en las que por fin el calor ha hecho acto de presencia, lo cambiaría por la chaquetilla de satén, que ella luce a modo de vestido al final de Sexo en Nueva York 2. Y, sí, también sería capaz de llevar esas maravillosas sandalias de tacón con las que lo combina, como si fueran las zapatillas más cómodas del mundo.
Lorena Vialás
Cualquier pijama a rayas de Don Draper en 'Mad Men'
No voy a mentir. He elegido los pijamas a rayas de Don Draper (Jon Hamm) para intentar tener la misma elegancia y saber estar que él. Que moralmente este personaje no sea tan perfecto, lo dejamos a parte. Pero no hay que negar que a nadie le queda tan bien el traje como a Jon Hamm en Mad Men, y es que incluso los pijamas a rayas que se pone para ir a dormir le quedan perfectos. Siempre se los hemos visto puestos cuando tenía esas conversaciones nocturnas con Betty (January Jones) sobre su día a día o si le ha sido infiel de nuevo cuando volvía a casa del trabajo. Lo mismo no es lo más ideal y te pueden recordar a aquel pijama de franela que vestía (o sigue vistiendo) tu abuelo, pero para abrir a aquella persona que te trae un paquete o a tu pareja que te viene a visitar después de mucho tiempo y que te vean con ese pijama mientras te estás tomando tu copa de vino (o de coñac) antes de irte a la cama, pues oye, presencia tienes. Eso nadie te lo va a negar. Además, seguro que para invierno es lo ideal. Y si no has visto Mad Men aún, es el mejor accesorio para hacer un maratón en estos momentos y sentirte como un Draper de andar por casa.
Custodio Guerrero
Los pijamas de Blair Waldorf en 'Gossip Girl'
No voy a mentir, me hubiese encantado tener el armario de Blair Waldorf (Leighton Meester) esta cuarentena para estar perfecta en todo momento y fascinar a mis familiares y amigos en todas las videollamadas con increíbles pijamas, pero no ha sido el caso. Por desgracia, yo sí he sentido la monotonía de llevar cada día prácticamente la misma ropa, algo que sin duda la protagonista de Gossip Girl no habría sufrido. Ni eso, ni la pérdida de 'glamour'. Y todo ello sería gracias a la gran variedad de pijamas que pudimos verle lucir en la serie a lo largo de sus seis temporadas. La reina del Upper East Side de Manhattan gozaba de un sinfín de estilismos para estar cómoda en casa (y sin perder un ápice de elegancia): batas de todos los colores en seda y satén, camisones cortos y largos, vestidos lenceros para sentirte sexi también confinada y, por supuesto, pijamas de dos piezas holgados y cómodos. Una gran variedad de posibilidades con las que seguir teniendo estilo mientras mantienes la comodidad. Pero, por supuesto, dejando a un lado los tacones. Seguro que sus 'outfits' también quedan divinos con unas zapatillas de estar por casa.
Aída S. Anyolini
El pijama de Stanley Ipkiss en ‘La Máscara’
¿Quién puede llevar puesto encima un pijama tan chocante que le delate de crimen? Pues sólo podía ser el que luce el actor Jim Carrey, interpretando a Stanley Ipkiss en La Máscara. En esta adaptación del cómic de Dark Horse Entertainment a manos del director Chuck Russell, se trató de dar una visión más cómica (en su versión en papel es violentísimo y cruel) del personaje. Por ello se decidió dar el protagonismo a un tipo amable y divertido, que luce una estrambótica ropa de cama. Telas con estampado de timones… Sinuosas rayas… Es una moda para el cuarto de dormir tan excéntrica y llamativa, que el propio dueño llega a decir a la policía que alguien se la ha sustraído.
¿Y esto a que se debe? A que tras un pequeño incidente en el club Coco Bongo, un trozo de tela de su levita amarilla acaba transformándose en un pedacito del pijama con estampado de timones antes mencionado. Por este motivo, las sospechas de la policía aumentan y van directamente a detener a Ipkiss. Y es que nunca desprestigiamos el poder de una buena ropa de cama. Nunca.
Tomás Andrés