LAS MEJORES PELÍCULAS DEL CINE ESPAÑOL – PUESTO 10: 'TRÍPTICO ELEMENTAL DE ESPAÑA' (1955, 1959 y 1961), de José Val del Omar
Aguaespejo granadino (1955), Fuego en Castilla (1959) y Acariño galaico (1961), estudios sobre el agua, el fuego y la tierra respectivamente, son los tres cortometrajes que componen este Tríptico (que no trilogía) del cineasta, inventor, mago y alquimista, José Val del Omar. Sonidos y texturas, las dos Españas enfrentadas, Lorca y Manuel de Falla, todo se funde y cristaliza en un nuevo arte, nunca visto antes en nuestro cine, tampoco nunca visto después.
LAS MEJORES PELÍCULAS DEL CINE ESPAÑOL – PUESTO 9: 'INNISFREE' (1990), de José Luis Guerín
He estado dudando hasta el último momento si poner Innisfree o Tren de sombras (1997). Porque probablemente Tren de sombras sea la gran película de Guerín, pero como me dijo un buen amigo, “pon Innisfree y así tendrás a John Ford en el Top”. Guerín viajó a Cunga St. Feichin, la Innisfree cinematográfica, donde Ford rodó El hombre tranquilo (1952), a depositar su mirada allí donde los fantasmas fordianos aún parecen habitar, aunque se encuentren escondidos entre un grupo de borrachines felices bebiendo en un pub.
LAS MEJORES PELÍCULAS DEL CINE ESPAÑOL – PUESTO 8: 'CANCIONES PARA DESPUÉS DE UNA GUERRA' (1976), de Basilio Martín Patino
Cuentan que Carrero Blanco tras ver Canciones para después de una guerra, dijo “a este tío habría que fusilarle”. Normal que su película, montada en 1971, tuviera que esperar a la muerte de Franco para estrenarse. Collage superlativo de durísimas imágenes de la posguerra -desde el NO-DO a tiras cómicas, largometrajes de la época y libros de texto- y coplas tradicionales a las que se les subvierte su sentido por implacable comparativa imagen-sonido. A completar con otra barbaridad de Patino: Queridísimos verdugos (1977) dando voz a los ejecutores del garrote vil.
LAS MEJORES PELÍCULAS DEL CINE ESPAÑOL – PUESTO 7: 'LA LEY DEL DESEO' (1987), de Pedro Almodóvar (1987)
El Almodóvar del Siglo XX ha sido tan bueno, o incluso mejor, que el del Siglo XXI. ¿Qué he hecho yo para merecer esto? (1984), Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988) o Todo sobre mi madre (1999), lo auparon como uno de los grandes cineastas europeos de nuestra era. De todas ellas, por elegir una, me quedo con La ley del deseo, su película bisagra entre la comedia y el melodrama, con toques de thriller criminal, y con una de sus historias de amor más desesperada y deslumbrante.
LAS MEJORES PELÍCULAS DEL CINE ESPAÑOL – PUESTO 6: 'LA CAZA' (1966), de Carlos Saura
La censura no dejó a Carlos Saura titular a su película “La caza del conejo” por las connotaciones sexuales que implicaba, pero sin embargo ni olieron la demoledora crítica al fascismo que planteaban sus imágenes. La caza es un thriller rural, con tres ex combatientes del bando franquista cazando conejos con hurones, que se va enredando en tensión, recelos y odio hasta que, bañado por el alcohol, todo se convierte en un pandemonium.
LAS MEJORES PELÍCULAS DEL CINE ESPAÑOL – PUESTO 5: 'EL DESENCANTO' (1976), de Jaime Chávarri
En una cinematografía como la española tan rica en el campo documental, El desencanto podría ser su mejor película. La sinopsis nos diría que es una serie de entrevistas con la viuda e hijos -Juan Luis, Michi, Leopoldo María- del poeta fascista Leopoldo Panero. Pero la película se revela como un documento trascendental, ya no solo la última imagen del franquismo y sus devastadoras secuelas, también un retrato imborrable de la belleza, la poesía y la locura.
LAS MEJORES PELÍCULAS DEL CINE ESPAÑOL – PUESTO 4: 'EL VERDUGO' (1963), de Luis García Berlanga
Berlanga y Azcona volvieron a la carga tras Plácido en, probablemente, la más divertida, pero también la más dura y terrible de sus películas. La crítica a la pena de muerte por garrote vil era inclemente, pero los autores la camuflaron detrás de otra crítica no menos subversiva: la que explicita que para poder vivir en la España negra, hay que saber matar. Además, en términos de puesta en escena, es también la película más audaz e inteligente de su cineasta.
LAS MEJORES PELÍCULAS DEL CINE ESPAÑOL – PUESTO 3: 'EL ESPÍRITU DE LA COLMENA' (1973) y 'EL SUR' (1983), de Víctor Erice
Las dos películas de Víctor Erice no es que sean de lo mejor de nuestra cinematografía, es que son de lo mejor de la Historia del cine en general. El realizador vasco trazó en sendas películas un relato sobre la soledad y el exilio interior, a través de los ojos de dos niñas. En El espíritu de la colmena, Ana, más pequeña, puebla de fantasías su mirada tratando de dar sentido a un mundo que no acaba de comprender. En El sur, Estrella, más mayor, trata de zafarse, de rebelarse incluso, a ese misterio a una edad en que la fantasía pasa a pesar demasiado, al volverse tristemente real.
LAS MEJORES PELÍCULAS DEL CINE ESPAÑOL – PUESTO 2: 'VIRIDIANA' (1961), de Luis Buñuel
El año que viene se cumplirán 60 años del escándalo de Viridiana. De sus críticas desde el bando republicano porque Buñuel aceptara rodar en España de nuevo. De la Palma de Oro en Cannes. De la condena de El Vaticano al film. De su prohibición en España e Italia. De la actriz Silvia Pinal huyendo a México con una copia para poder estrenarla. Obra maestra absoluta, Viridiana es una película dividida en dos partes que se complementan a la perfección. En la primera la lascivia y el deseo se enfrentan al estoicismo religioso. En la segunda la caridad religiosa se convierte en la mejor blasfemia de la historia del cine. Y, al final, una partida de tute a tres bandas porque como decía Javier Krahe, “no todo va a ser follar”.
LAS MEJORES PELÍCULAS DEL CINE ESPAÑOL – PUESTO 1: 'ARREBATO' (1979), de Iván Zulueta
Antes de la película de Zulueta ya había habido otras películas que habían tratado el vampirismo cinematográfico en nuestro país -pienso tanto en El sexto sentido (1929) de Nemesio M. Sobrevila como en Vida en sombras (1949) de Llobet Gracia, dos películas que deberían haber entrado en este Top-, pero nadie llegó tan lejos en su fascinación absoluta por el poder devorador del cine como Iván Zulueta, nuestro Bartleby particular. Una deriva de la vanguardia de Kenneth Anger y Jonas Mekas que se adelantaba en años a las pesadillas de David Cronenberg en Videodrome (1983) o David Lynch en Inland Empire (2005). Arrebato tiene forma de un mal viaje producto de los opiáceos o a una cinta de terror donde lo que te chupa la sangre es aquello que más necesitas: el éxtasis al que te puede llevar unos viejos cromos, el polvo que es el mejor polvo sin ser un polvo, las imágenes captadas por una cámara de Super 8 cuando eres tú el que está delante. Película incomparable e irrepetible, siempre nos referimos a ella como “film de culto”, cuando en realidad es un gran clásico de la historia del cine.