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    Festival de Sitges: Neil Marshall sigue en barrena con 'The Reckoning'

    El director de la nueva versión de 'Hellboy' demuestra que continúa sin levantar cabeza con una esperpéntica historia de brujería. También vimos la cinta de ciencia ficción 'Come True' y una cinta casi amateur titulada 'Morgue'.

    Hay días que resultan ser aciagos para los cronistas del Festival de Cine Fantástico de Sitges. El sistema de reserva de entradas días antes de su arranque, obliga -en muchas ocasiones- a ver películas de las que apenas tenemos datos o algún tipo de información previa, salvo la descripción que la organización nos ofrece en su página web. Pues hoy ha sido una de esas jornadas. Menos mal que al final del día hemos conseguido llevarnos una pequeña alegría con una cinta de ciencia ficción.

    El día ha comenzado con un nuevo batacazo del realizador británico Neil Marshall, un risible drama sobre el mundo de la brujería en el siglo XVIII titulado The Reckoning. El cineasta que tomó el relevo de Guillermo del Toro en el 'reboot' de Hellboy, y nos entregó una de las peores películas de superhéroes de los últimos años, ha demostrado que se puede hacer peor todavía y que su carrera no consigue remontar. Todo ello, a pesar de que se ha vuelto a alejar de grandes productoras y nos ha entregado un producto cien por cien 'indie'.

    En The Reckoning, Marsall nos cuenta la historia de una mujer que pierde a su marido que se suicida antes de morir por la peste. Agobiada por las deudas y tener que hacerse cargo ella sóla de su bebé, el terrateniente que arrienda sus tierras le hará una proposición sexual a cambio de perdonarla, para finalmente tratar de violarla. Tras repeler su ataque con violencia, el acaudalado personaje se vale de unos acólitos de lo más pelota y despreciable para acusarla falsamente de brujería, al igual que le pasó a su madre cuando ella era sólo una niña. Será entonces cuando haga su aparición un siniestro sacerdote que la someterá a todo tipo de torturas para sacarle una confesión.

    The Reckoning tiene un mensaje femenista tan impostado y trillado que no oculta las ganas -y el empeño- del director por sacar el trasero desnudo de su protagonista (la actriz y también productora de la cinta Charlotte Kirk) en decenas de planos. Se trata de un largometraje que hace gala de un 'torture porn' de mercadillo, que acaba con la paciencia del espectador. Las vejaciones a las que está sometida la mujer acusada de brujería causan más hastío y estupor en el público que -seguramente- las pretensiones iniciales que tendría el propio Marshall. Tampoco ayudan unos personajes estereotipados hasta la extenuación, donde los malos son muy malos y los buenos muy buenos. El clímax, por supuesto, se ve venir desde lejos, pero viniendo del director de las sangrientas CenturiónThe Descent esperábamos algo mucho más violento y salvaje. Raro que no haya habido estampida antes del final.

    Fourth Culture Films

    'Morgue': Una cinta de terror amateur que ha causado estupor entre la prensa

    Seguimos con una película de la sección Panorama Fantastic, donde se pueden ver películas de género fuera de concurso pero que pueden tener su eco en los corrillos de fans del Festival. Situada, sorprendentemente, en un pase para prensa (a primera hora de la mañana) hemos visto -y sufrido- la cinta paraguaya Morgue. Se trata de un filme de terror de corte amateur, hablado en castellano y guaraní (la otra lengua oficial del país), dirigido por el músico, productor, director, cantante, actor y guionista Hugo Cardozo.

    Como si de un 'Juan Palomo' post moderno se tratase, Cardozo se ha encargado de las principales labores técnicas de un filme que parece rodado por un grupo de universitarios y que carece de la calidad que este certamen exige (tendría más cabida en otros como Terror Molins o el extinto Festival de Cine de Estepona, ahora  Semana Internacional de Cine Fantástico Costa del Sol). Su argumento gira en torno a un tipejo machista y fanfarrón que atropella a un pobre diablo cuando se dirige a casa de su novia -a la que desprecia- con el único objetivo de acostarse con ella. Esa noche, su jefe le llama para avisarle que tiene que ir a una morgue a trabajar como vigilante de seguridad, lugar en el que (¡oh, sorpresa!) se encuentra el cadáver del tipo al que ha quitado la vida y ha abandonado en la carretera horas antes.

    El problema no es que Cardozo haya engañado al supermercado de su vecino o a la imprenta de su cuñado para ayudarle con la producción de su última obra. Tampoco que la interpretación de su protagonista recuerde a la de los participantes de aquel programa de televisión local llamado Mentiras peligrosas. Ni que el director trate de suplir su absoluta falta de medios con ínfulas autorales a la hora de rodar. Lo más terrible de Morgue es su bochornoso mensaje moralista digno de primero de catequesis. Sorprendentemente, en Hollywood se han fijado en ella para hacer un 'remake'. Crucemos los dedos.

    'Come True': Un 'revival ochentero' que mezcla ciencia ficción y terror

    Cerramos la crónica con una pequeña alegría: Come True del realizador Anthony Scott Burns. Se trata de una cinta mezcla de ciencia ficción y terror, que ha contado con la producción del cineasta Vincenzo Natali (Cube, Splice: Experimento mortal). En ella, una chica con trastornos a la hora de dormir -por razones que desconocemos- se somete a un estudio científico del sueño. Gracias a una novedosa tecnología, los expertos pueden ver el subconsciente de una persona y descubrirán que una sombra se repite como patrón en todos los sujetos del experimento. Aunque ella es la más interesante -y probablemente la más trastornada- de todos.

    Con ecos al también canadiense David Cronenberg y al Lucio Fulci de El más allá, Come True es un 'revival' del cine de terror y ciencia ficción de los años 80. Un filme muy esteta donde todos los planos están perfectamente milimetrados y cuya fotografía está cuidada con mucho mimo. Aunque parezca vacía en su fondo, no lo es tanto en sus formas y es un deleite para los paladares más curtidos en el género y tiene un ‘twisted end’ que algunos han tildado de pretencioso y vacuo, pero que a este que escribe le ha volado los sesos.

     

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