La película bélica basada en hechos reales Mosul, dirigida por Matthew Michael Carnahan (Leones por corderos, Aguas oscuras), ya está disponible en Netflix. De ahí que nuestro 'publisher', Alejandro G. Calvo, le haya dedicado su última crítica, que puedes ver arriba. El filme narra los intentos de un grupo de hombres por liberar la ciudad irakí de cientos de militantes del Dáesh o Estado Islámico (ISIS) y, además, está producido por los hermanos Joe y Anthony Russo (Vengadores: Infinity War, Vengadores: Endgame).
Con guion del propio Carnahan y basada en una crónica de Luke Mogelson para The New Yorker, Mosul tiene como protagonistas a un equipo de SWAT o policías de élite que decidió librar una operación de guerrilla contra el grupo terrorista paramilitar Dáesh con el fin de salvar su localidad natal.
"Lo que viene a contar la película es cómo actúa este SWAT, el SWAT de Nínive, donde el escritor Mogelson estuvo infiltrado y vivió con estos policías especiales. Todos los que formaban parte de este escuadrón tenían familiares que habían sido asesinados por el ISIS", comienza Alejandro.
Ciñéndonos estrictamente a la película, Matthew Michael Carnahan, que debuta detrás de las cámaras, te sonará por los libretos de la arriba mencionada Leones por corderos (2007) o La sombra del reino (2007), por citar algunos. "Es guionista especializado en Oriente Medio", señala Alejandro, que también subraya el papel de Joe y Anthony Russo como productores. "Los hermanos Russo están fuera de Marvel produciendo… No se ponen como directores, sino destinados a levantar proyectos, casi todos ellos cintas de acción potentes, básicamente como productores y en algunas ocasiones como guionistas". Ahí están Manhattan sin salida (2019) con Chadwick Boseman, Tyler Rake (2020) con Chris Hemsworth o la futura Cherry (2021), aquí sí como directores, con el intérprete Tom Holland.
"Lo primero que llama la atención al margen de lo que he contado, de que son unos hechos reales pues bastante terroríficos, bastante crudos como son todas las guerras, obviamente, [es que] estamos hablando de un reparto de toda la película que es estrictamente… tiene raíces en Oriente Medio… y está hablada en iraquí", sigue Alejandro en su crítica. Y también hay cambios con respecto a la fuente original. "Si bien Mogelson estuvo dos meses infiltrado en el SWAT, toda la acción de la película transcurre en pocas horas, menos de un día, y, además, lo que viene a ser la misión, hay como una misión que es muy abstracta durante casi toda la película para que sea un poco de sorpresa al final, no era la misión que tenían realmente los miembros del SWAT. Era como una misión colateral".
La perversión moral de Kawa, el protagonista
La historia de Mosul es también la historia de la perversión moral de su personaje principal. "Kawa (Adam Bessa, Tyler Rake) es un policía que arranca la película y está siendo tiroteado, está siendo atacado por el ISIS, y entonces llega este escuadrón de los SWAT y como que le salva y lo cogen para que forme parte de su propia policía". Y luego está el punto fuerte del filme: "Esa recreación de esa ciudad en escombro continuo; la búsqueda de un realismo exacerbado, con una mirada casi documental, en una película que tiene muchísima acción". ¿Pero a qué se parece exactamente?
Si Tyler Rake "era casi un cómic superestilizado, loco" y "con unas acciones increíbles", Mosul recuerda más a la segunda parte de La chaqueta metálica (1987) de Stanley Kubrick. "Esa batalla en escombros… Un enemigo omnipresente…". O también al cine del filipino Brillante Mendoza. "De cómo un policía que cree que hay que hacer lo correcto se mete con un grupo SWAT, que realmente son una panda de tipos rudos, violentos… De hecho, lo primero que hacen es degollar a los prisioneros […] La propia ética de la película ya empieza a ser extraña. Tiene una ética al final esta película un poco extraña porque el propio comando del SWAT son como un grupo salvaje; son como una banda de policías que no rinden débito a nadie y ellos mismos se mandan a sí mismos, están cumpliendo una misión que no sabemos cuál es y no hacen más que matar y matar y matar gente". En definitiva, un poco como las bélicas favoritas de nuestro 'publisher': No eran imprescindibles (1945) de John Ford y Uno Rojo: División de choque (1980) de Samuel Fuller -junto a Apocalypse Now (1979) de Francis Ford Coppola.
Un "delirio" que falla en la empatía con los personajes
El enfoque no se apoya tanto en la acción pura como en el bélico con trasfondo dramático y todo, absolutamente todo, pasa muy rápido. Y esto, según nuestra crítica, le pasa factura a la cinta. "Es tan importante para ellos acabar matando a miembros del ISIS, a enemigos, como poder conseguir agua, cigarros, alimentos… [Los miembros del SWAT] viven de una forma tan autónoma que, al final, tiene un punto de delirio la película al respecto de todo lo que les ocurre. Porque como es una acción que pasa muy rápido en muy poco tiempo, realmente casi no da 'tiempo' de nada en la película más que a enlazar una acción tras otra, una situación de tensión tras otra, en la que no para de haber tiroteos, sangre, muerte, muertes […] Como espectáculo dramático está logrado, pero falla un poco en lo que vendría a ser la empatía con los personajes".
Su crudeza, la vida que pierde su sentido en medio de tanta muerte… "Esa muestra del caos está bien llevada a la película, aunque en sí la veo también muy caótica", resume Alejandro para zanjar. "La veo que va tan deprisa que, al final, uno se acaba perdiendo realmente en esa locura que envuelve a los personajes; que envuelve a las acciones… Acaba también adueñándose de la película de alguna forma, y eso yo creo que juega un poco en su contra". Y todo esto a pesar de tratarse de un relato "vibrante", "feroz" y "cruel" con todos los medios para que quede un resultado notable.
Si quieres saber más de Mosul, ya en la plataforma de 'streaming' Netflix, también te dejamos su tráiler oficial justo aquí abajo. O, si lo prefieres, puedes consultar las mejores películas bélicas en Netflix.