La película de animación de DreamWorks Trolls 2: Gira mundial prosigue su andadura en los cines españoles desde su estreno en salas el pasado 23 de octubre. La secuela de Trolls (2016) está dirigida por el dúo formado por Walt Dohrn y David P. Smith, que han vuelto a contar con Anna Kendrick y Justin Timberlake como las voces de Poppy y Branch y que conjuntamente han dado forma a una colorida sinfonía en la que conviven Trolls pertenecientes a distintos géneros musicales: pop, 'funk', música clásica, 'country', 'rock' y 'techno'. En estas líneas, a medida que seguimos desvelándote los secretos más curiosos de esta segunda parte, te vamos a hablar de los acuáticos y fiesteros Techno Trolls.
A diferencia de los Trolls Clásicos o de los Trolls centauros del 'country', los Techno Trolls -liderados por el rey Trollex (Anthony Ramos, Ha nacido una estrella) componen una tribú sirénida que vive bajo el agua, en concreto en una fortaleza digital de ganchillo cubierta de luces LED. Son pacíficos y valoran el amor y la armonía por encima de casi todas las cosas. ¡Y sus corazones laten a 128 pulsaciones por minuto! Su monarca es muy muy protector, motivo por el que sufre mucho cuando Barb (Rachel Bloom, Crazy Ex-Girlfriend), antagonista del filme y reina de los Trolls Roqueros, le hace elegir entre su gente o su cuerda. Hay varias de ellas, una por cada género músical, y Barb las quiere todas para que gobierne el 'rock'.
"El rey Trollex es un DJ supercañero", comenta Ramos sobre su personaje en las notas de producción oficiales. "Me viene como anillo al dedo, porque a mí me encanta organizar fiestas, como a él, y se le ve muy inspirado en esta película. Lo importante para él no es dar fiestas en sí. Lo que le gusta de verdad es la música y usarla para unir a la gente. Por eso es un personaje tan increíble".
Una discoteca submarina de macramé
Si has visto esta segunda parte, te habrás dado cuenta de que los Techno Trolls viven en una suerte de discoteca submarina de macramé. ¿Pero acaso sabías que DreamWorks se inspiró en las sogas náuticas? Kendal Cronkhite Shaindlin, diseñadora de producción, pensó inmediatamente en un arrecife de coral fabricado con cuerdas y cordeles. "Siempre volvíamos a la idea de qué aspecto tendrían las cosas si tuviéramos que rodarlas en 'stop-motion", apunta. De ese pensamiento nació otro: el macramé. Y el toque 'techno' se lo pusieron la fibrá óptica y los láseres para darle al arrecife forma de corazón.
Obviamente, los habitantes submarinos fueron básicos para la concepción de su mundo. "La clave son los fabulosos diseños de Trolls sirénidos de luz negra creados por [el director artístico] Tim Lamb, con esa piel plagada de dibujos en pintura fluorescente que tanto les gustan a los niños, y sus corazones latiendo rítmicamente", sigue Cronkhite Shaindlin. "Son creaciones muy inspiradas".
Universal Pictures / DreamWorks Animation
También hay detalles mínimos que, por muy pequeños que parezcan, elevan el diseño a un nivel superior. Este es el caso de las burbujas cuadradas de gasa, que DreamWorks quiso utilizar como sutil recordatorio de que el rey Trollex y los suyos viven debajo del agua. Pero... la presentación de los Techno Trolls fue todo un desafío para todos los departamentos, incluido el de efectos visuales que supervisa Matt Baer. ¿Porque cómo haces una fiesta 'dance' con luces en un arrecife? "Queríamos que el entramado de las telas fuesen píxeles de nuestro espectáculo de luces", revela Baer. "Eso requería un diseño específico de la luz ultravioleta en nuestros entornos para permitir que el departamento de efectos generara secuencias de patrones que emplearan con cada fibra [...] Coreografiamos los colores y la energía de las multitudes para alcanzar un 'crescendo' sin que se perdiese la concentración visual".
Estaban las burbujas de muselina para recordar a los espectadores el carácter acuático del entorno. Pero al equipo también se le ocurrieron otros guiños. "El amplio movimiento de las multitudes emula a una ola al comienzo de la secuencia, lo que sugiere que los Trolls siguen el vaivén del oleaje en la superficie", precisa Baer. "Esta estrategia enmarca la secuencia. En el momento cumbre del espectáculo, el público realiza un cambio dramático, adoptando patrones de color y movimiento similares a los que veríamos en un analizador de espectro del equipo estéreo de casa".
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