Star Wars: Los últimos Jedi, el Episodio VIII de La Guerra de las Galaxias, se estrenó hace tres años, pero hay una escena que sigue dividiendo a los fans de la saga. Se trata del momento en el que Rey (Daisy Ridley) se adentra en una cueva en Ahch-To durante la tutela de Luke Skywalker (Mark Hamill). Allí, la heroína experimenta una extraña sensación al verse reflejada en un espejo. ¿Qué estaba intentando mostrar el director y guionista Rian Johnson en ese momento? El realizador ha hablado recientemente con USA Today sobre este asunto y, aunque ha querido mantener su significado abierto al entendimiento de cada fan, sí ha comentado que se trata de un momento de autodeterminación para Rey.
“Rian Johnson sobre la escena de la cueva después de preguntarle si ve a Ben: Similar a Luke adentrándose en la cueva en El Imperio Contraataca, está abierta a tu interpretación. No quiso ser definitivo sobre ella para no quitarte lo que captaste de ella”, comenta en Twitter la redactora Sariah Wilson. “Él la ve [la escena] como si Rey tuviese que ver con quién tiene que conectar y responderse a ella misma por qué ha estado buscando respuestas en Luke. Ella quiere conocer su lugar en esta historia y está buscando a la gente para encontrarlo. Le gusta que se deje abierto a interpretación”, añade.
Para Johnson, la escena de los espejos es “una experiencia interna” de la protagonista. Según el realizador, Ben, el personaje que interpretó Adam Driver en la trilogía final, es una de las personas en las que Rey busca respuesta. También en sus padres.
Como recordarás, en la escena de la película la heroína pide ver a sus progenitores y, aunque una figura humana aparece, cuando se muestra su cara se trata de ella misma. “Pensé que aquí iba a encontrar respuestas. Me equivoqué”, dice la protagonista. En realidad, no sería hasta Star Wars: El Ascenso de Skywalker cuando ella y los fans descubrieron, a través de un ‘flashback’, a sus progenitores.
Su identidad fue uno de los grandes misterios de la última trilogía. Kylo Ren le dijo a Rey que sus padres eran comerciantes de chatarra y que la vendieron para conseguir dinero para comprar alcohol. No obstante, el hijo de Leia (Carrie Fisher) y Han Solo (Harrison Ford) se equivocaba. Su padre era el hijo del emperador Palpatine y la pareja la abandonó en Jakku cuando era una niña para protegerla.
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