Raya y el último dragón llega a las salas de cine este viernes 5 de marzo. Disney ha apostado por intentar revivir la industria del cine con su nueva heroína y tendremos que esperar a ver si consigue ser el gran estreno del año, pero tiene muchas papeletas para conseguirlo.
Cuatro directores, que también son guionistas -junto a dos nombres más: Adele Lim y Qui Nguyen. Ellos son Don Hall, Carlos Lopez Estrada, Paul Briggs y John Ripa. Aunque de manera oficial, Hall, el mismo de Big Hero 6, y Lopez Estrada, nuevo en el mundo de animación, son los directores, todos han aportado su granito de arena a esta producción que sigue esa línea de heroínas guerreras e independientes que Disney ha desarrollado en los últimos años con Frozen o Enredados.
Alejandro G. Calvo hace su análisis del último estreno de Disney, que podrá verse en cines pero también en Disney+ pagando un coste adicional, y, en resumidas cuentas, cree que es una película que gustará a toda la familia, muy entretenida y con varios aspectos que juegan a su favor. Sobre estas líneas puedes ver su crítica de Raya y el último dragón.
La película de Disney 'Raya y el último dragón' se estrenará simultáneamente en cines y Disney+Ambientada en el mundo ficticio de Kumandra, la cinta cuenta cómo una tierra próspera quedó devastada después de que un espíritu maligno absorbiese las almas de los humanos y los convirtiese en piedra. Siglos después conocemos a Raya, una niña aventurera que debe mantener a salvo un orbe poderoso que podría devolver la vida de aquellos atacados hace años. Un día, en un encuentro entre los clanes que forman el reino, el orbe se rompe y hay una gran pelea entre tribus. Raya tratará de encontrar el camino a la paz.
Si recuerda a alguna película de Disney anterior, probablemente sería Vaiana en su sentido global de la aventura. La épica de una princesa Disney que, como todas las princesas modernas, ya no son ‘de no tocar que se rompen’. Ya son princesas aguerridas, valientes, las heroínas absolutas de la acción
"Como Vaiana, tiene un mensaje potente detrás muy chulo. Si Vaiana tenía un mensaje ecologista, aquí hay un gran mensaje por la hermandad, por entenderse. La apuesta de Raya es por que nos entendamos todos, por fomentar la hermandad entre aquellos que piensan diferente. Lograr ese entendimiento que pasa por saber perdonar, por confiar, por creer un poco en la amistad pese a que haya un problema gordo. El mensaje de Raya es vamos a unirnos todos porque unidos somos más fuertes", señala Alejandro G. Calvo.
Raya y el último dragón tiene una marcada línea asiática y las artes marciales son una parte importante de la historia. En su conjugación con la inspiración de los videojuegos, encuentra una fórmula muy interesante. "Hay mucha arte marcial, aquí conectaría bastante con Mulán. Está basado en el arte marcial filipino, el kali. Las peleas son chulas, espectaculares. Tiene una estructura de videojuego clásico: el ir consiguiendo objetos para tener el gran premio final y salvar a la humanidad. En toda esa aventura pasas un buen rato".
Optimismo y melodrama
"Esto no es Pixar, es Disney, lo que significa que a veces hay dosis melodramáticas, más sensibles, más ñoñas… Hay un optimismo bestial en la película que, según sea el estómago del espectador, puede llenar menos o más", analiza G. Calvo. Raya y el último dragón intenta enviar un mensaje de optimismo, pero se asienta en una historia muy oscura y triste.
Una de las cosas que más me ha gustado de la película es todo lo contrario [al optimismo]. Todo lo desolado que es ese mundo que recorren. Lo rota que se encuentra esa región en la que casi todos los supervivientes son huérfanos. Es mucha gente la que se ha quedado sola porque su familia se ha convertido en piedra
En ese camino de exploración de Kumandra, el equipo ha logrado, como siempre, crear una cinta preciosa a nivel estético que crece gracias a la narrativa. "A nivel técnico es deslumbrante. Esos paisajes desolados, con mucha niebla, mucho polvo… Es realmente triste. Hay un poso triste en esa distopía futura inventada que es fascinante. Pero luego hay mucho optimismo, con lo cual se conjuga un poco", asegura Alejandro.