Tony Scott no dejó nunca indiferente a nadie. Algunos lo amaban. Otros lo odiaban. El productor y director, fallecido en agosto de 2012, terminó su carrera detrás de las cámaras en 2010 con Imparable, protagonizada por Chris Pine. A lo largo de los años, el realizador dejó títulos como Domino, Amor a quemarropa, Déjà Vu, El fuego de la venganza y Top Gun (Ídolos del aire). Algunos se convirtieron en referentes del director y otros en un fracaso.
En SensaCine repasamos la carrera de Scott detrás de las cámaras desde 1983 con el estreno de El ansia hasta su final en 2010 con Imparable:
'El ansia' (1983)
Scott quiso crear con El ansia una película de vampiros con la estética de Blade Runner. Ralentís, neones, 'softcore chic' y mucha mitomanía pop: David Bowie y Catherine Deneuve. La encontraréis en cualquier top de cine vampírico que se precie, pero por encima de todo es una obra que refleja a la perfección el la plástica de plexiglás del cine ochentero. Para bañarse.
'Top Gun (Ídolos del aire)' (1986)
Odiada por la crítica y adorada por legiones de fans, lo cierto es que la mezcla de drama romántico y cinta de acción en Top Gun (ídolos del aire) acababa resultando prácticamente inmiscible. Nos quedamos entonces con el homenaje al cine clásico bélico -películas de aviación como Los puentes de Toko Ri- en vez de con la meliflua historia de amor entre Tom Cruise y Kelly McGillis. Su herencia aún se nota en películas como Battleship.
'Superdetective en Hollywood II' (1987)
La secuela de la exitosa cinta de Martin Brest, repitiendo con el trío actoral liderado por Eddie Murphy, hacía más hincapié en la parte humorística que en la cinta de acción, propiamente dicha. Pero no se puede engañar a nadie: Superdetective en Hollywood II, más que lamentable, era innecesaria. Aún hubo una tercera parte directamente abominable.
'Revenge (Venganza)' (1990)
Tony Scott trató de dar cierto aroma de wéstern a la 'vendetta' que un magullado Kevin Costner (en su breve etapa como 'sex symbol') emprende contra un Anthony Quinn espléndido en su quehacer villanesco. Por desgracia la violenta matanza final de Revenge (Venganza) tardaba mucho en llegar y, mientras tanto, había una series de postales de amor fronterizo bastante horteras. Mal.
'Días de trueno' (1990)
La crítica se ensañó en su día con Días de Trueno, sin duda, una exageración. Cruise y Scott repetían colaboración en una cinta adrenalínica que se adentraba con talento y fuerza en el mundo de las carreras de coches. Tremendamente espectacular y con una épica no exenta de lírica, es una de las películas más reivindicables de su director.
'El último Boy Scout' (1991)
"Para mí siempre fue la verdadera secuela de Jungla de cristal", con estas palabras definía en twitter Àngel Sala, director de Sitges, a El último Boy Scout. Película malhablada, extremadamente violenta e incorrecta se mirara por dónde se mirara, fue uno de los grandes éxitos de su director. A nosotros nos encanta.
'Amor a quemarropa' (1993)
Otra película que definía a la perfección el cine de su tiempo. Amor a quemarropa, con guion de Quentin Tarantino y un elenco de actores de escándalo. Tan violenta y romántica como etérea y divertida, tiene una de las mejores secuencias del nuevo cine de Hollywood: la charla a propósito del origen de los sicilianos entre Dennis Hopper y Christopher Walken.
'Marea roja' (1995)
Primera de las cinco colaboraciones entre Tony Scott y Denzel Washington, en Marea roja se buscaba repetir el éxito de la afamada cinta de submarinos La caza del octubre rojo. El duelo interpretativo entre Washingon y Hackman era lo más llamativo de una cinta que, bueno, tampoco es que destacara en nada más. No le sentó bien a Scott encerrarse en un espacio tan reducido.
'Fanático'(1996)
Una de las peores películas de su director, Fanático, también marcaría el inicio de la decandecia artística tanto de Robert De Niro como de Wesley Snipes. Historia de un psicópata obsesionado con un jugador de baseball que acaba pasándose todos los pueblos existentes entre Newark y Alabama para acabar coronándola con una secuencia temible con DeNiro emulando al Max Cady de El cabo del miedo. Fatal.
'Enemigo público' (1998)
Otra película adelantada a su tiempo: Enemigo público, donde la conspiración y la paranoia filtradas a traves de la tecnología aparecían en el imaginario de Scott tres años antes del derrumbe de las torres gemelas. Afectada, alucinada e hiperbólica, la película es de un entretenimiento de relojería, aunque tenga unos giros de guión bastante inverosímiles.
'Spy Game - Juego de espías' (2001)
Catálogo de excesos inenarrables, lo cierto es que Spy Game - Juego de espías es un "guilty pleaure" para scott-maníacos. Aunque sólo fuera por esa conversación en lo alto de un rascacielos filmada con helicóptero esta película ya hace enrojecer toda la megalomanía de Michael Bay. Además cuenta una historia de espías notablemente interesante con los rostros de Brad Pitt y Robert Redford. Vamos, que la compramos.
'El fuego de la venganza' (2004)
Una de nuestras favoritas: El fuego de la venganza con Denzel Washington reconvertido en el nuevo Charles Bronson. En su día la tildaron de fascista, reaccionaria y gratuita; vaya, que si te gustaba es que estabas tarado. Sin embargo la cinta era un cinta de acción hiper-violenta, tan divertida como cruel y de un regusto fulleriano más que marcado. Espectacular.
'Domino' (2005)
Y tras una de cal (El fuego de la venganza), tocó una de arena: Domino. O ir más allá de lo imposible: intentar convertir a Keira Knightley en una heroína de acción. Regular. Fallida. Y bastante fea. Y es que el extremismo estético de Scott era tal que cuando se resbalaba... se rompía el cuello.
'Déjà Vu' (2006)
Con Déjà Vu, por fin, le llegó a Scott el favor crítico (el comentario en redes era "Tony es el hermano bueno"). No es para menos puesto que esta película de viajes en el tiempo es una auténtica virguería narrativa, además de un poderosísimo 'thriller' y un ejercicio de suspense en la línea del mejor Brian De Palma. Scott y Washington ya no se separarían durante el resto de la carrera del director.
'Asalto al tren Pelham 123' (2009)
Scott homenajeó con fidelidad a la vibrante Asalto al tren Pelham 123 en este oficioso 'remake' de secuestradores de trenes con un verborreico John Travolta como villano de la función. Al igual que su predecesora, ésta posee toda su intensidad en el seductor juego que se traza entre secuestrador y encargado de trenes, consiguiendo erigir un thriller de lo más resultón. Casi sin despeinarse.
'Imparable' (2010)
La película que da cierre a la carrera de Tony Scott sería esta Imparable, una película que arranca como una sci-fi añeja -un tren sin piloto cargado de sustancias químicas circula sin control- y acaba siendo una aparatosa serie B de gran presupuesto y poca chicha. Tiene una aire al Sam Peckinpah de Convoy.