Seguimos en el mundo teen. En Todo en un día seguimos a un imberbe Matthew Broderick a través de todo un cúmulo de despropósitos y situaciones descacharrantes derivadas de su decisión de hacer "peyas" del colegio. Mientras que en La mujer explosiva dos jóvenes nerds deciden convertir la realidad-virtual en realidad-realidad y se inventan a una mujer que es dinamita pura: Kelly LeBrock (la actriz disfrutaba entonces de una efímera fama gracias a La mujer de rojo, un consejo: no miren fotos actuales de ella). Ambas películas, como tantas otras, fueron vistas una y mil veces gracias a los videoclubs, verdadero negocio pujante en la década de los ochenta venido al traste gracias a la dictadura del DVD. Para más ejemplos: ver 'La cinta VHS' de Muchachada Nui.