He aquí una historia triste. John Candy, cómico orondo y tronchante, muy popular en las películas de corte familiar de los años ochenta, fallecido prematuramente de un infarto cardiovascular a la edad de 44 años. A Candy lo recordaremos siempre como el extaño Chewbacca de La loca historia de las Galaxias o como el insufrible compañero de viaje del film de John Hughes, Mejor solo que mal acompañado, haciéndole la vida imposible a Steve Martin -magnífico ejemplo de película de payasos: el serio y el tontorrón-; con Hughes repetiría en la divertida Solos con nuestro tío además de pequeñas colaboraciones en otros films. Antes de morir Candy dejo sú impronta en películas como JFK: caso abierto, Operación Canadá o Caravana al Este.