"Habría dedicado el Oscar al niño que fui, que no renunció a su sueño a pesar de los que le decían que era una locura". Así lo decía en una entrevista en Cope Cantabria, Sergio López-Rivera (Sevilla,1967), el primer maquillador español que ha logrado un Oscar en esa categoría por transformar a Viola Davis, en Ma Rainey, que protagoniza La Madre del Blues. Hace unos días también subió a su instagram una foto de su infancia con un mensaje similar:
"He pensado mucho en este niño últimamente. Artístico, firme y valiente que me enseñó hasta donde se podía llegar siendo fiel a sí mismo".
López-Rivera subió al escenario a recogerlo junto a su equipo, formado por Mia Neal y Janika Wilson. Pero su compañera de equipo se comió todo el tiempo en el escenario y el maquillador español afincado desde hace dos décadas en Los Angeles no pudo agradecérselo a sí mismo. Tampoco a su abuela, que fue quien le hizo un préstamo para pagar sus primeros estudios de maquillaje en EEUU. Y fue también ella quien le explicó cómo se maquillaban las mujeres españolas en la Guerra Civil, y eso, según explicó en El Diario Montañés, le ha servido para
convertir a Viola Davis en un personaje de los años 30 "muy gorda, que sudaba en exceso, que tenía muchos dientes de oro y que era considerada la persona más fea de la industria musical"
La actriz ha sido casi como su amuleto estos últimos años. La conoció en la serie Cómo defender a un asesino, en la que López-Rivera era el responsable de maquillaje. La actriz y el maquillador han labrado una amistad que ha hecho posible su trabajo en La madre del blues, que le ha reportado el Oscar. Se ha vinculado con ella en tres proyectos, uno de ellos sobre Michelle Obama.
A punto de no participar en la película
Pero estuvo a punto de no participar en la película que le ha llevado a ganar el Oscar. El maquillador en un principio rechazó el trabajo porque le coincidía con un compromiso previo, el rodaje de una serie. Pero finalmente la serie finalmente se canceló. De hecho, según cuenta al diario cántabro, fue él quien llamó de nuevo a los productores de La madre del blues para decir que estaba libre, por si aún seguía la plaza vacante. Y su maquillaje en un principio no le gustó a Denzel Washington, productor de la película, porque lo consideraba "grotesco".
Cuando era niño aprendió a maquillar pintando a sus hermanas en Cantabria, a los 19 años se marchó a Estados Unidos buscando su sueño. Y mientras trabajaba en precario en los Ángeles como chófer, heladero, o en una tintorería, mantenía en secreto su pasión de maquillador a la que se dedicaba los fines de semana. Ha llegado a confesar que llegó a pasar hambre y pero fue gracias una compañera maquilladora que se atrevió a dar el salto.
Desde la primera película en la que figura en los créditos, en 1997, Lo opuesto al sexo, una comedia con Christina Ricci no ha dejado de trabajar. Sobre todo en series como Felicity, Monk o Larry David. Antes que él, otros dos españoles, David Martí y Montse Ribó, consiguieron el Oscar de maquillaje en 2006 por El laberinto del fauno.
Se quedó, en cambio, en la cuneta, la candidatura de Santiago Colomo a mejores efectos especiales, una de las favoritas, a pesar de haber recibido varios reconocimeintos entre otros el del gremio de especialistas de esfectos especiales.