Si el humor de Leo Harlem triunfa es porque se ha curtido tras la barra de un bar. El cómico, que ahora es uno de los referentes de la comedia española, pasó 12 años trabajando en el Harlem, el local que le dio su nombre artístico y que, de manera inesperada, supuso su salto al escenario. En este bar de Valladolid aprendió mucho gracias a estar trabajando de cara al público y reconoce que fue una fuente de inspiración infinita. "Todo lo que escribo y hablo está inspirado en la gente, es que he aprendido mucho en el bar, pero mucho", cuenta en una entrevista con NewBusiness.
También fue ahí donde le hizo un dibujo al conocido escritor Paul Auster en una servilleta. Auster le respondió con una propina de 2.000 pesetas. "Ya era una buena propina, porque para que te hagas una idea un cubata valía 800 pesetas", revela Harlem en BarTalent. Pasaba el día capeando con los clientes, aprendiendo mucho -"El que haya trabajado en la hostelería cinco años ya tiene la psicología convalidada. El tiempo que estuve de cara al público fue cuando más he aprendido en mi vida"- y, cuando terminaba, se tomaba una copa en otro bar antes de volver a casa. Allí fue donde el dueño le animó a actuar.
Harlem es como es por sus años de trabajador a pie de calle. "Yo valoro mucho el papel cultural de los bares y de las tascas, de alternar. A mí me gusta salir a tomarme un vino, dar un paseo, hablar con todo tipo de gente. Todo eso es muy bonito, y en algún sentido eso se está perdiendo", dice en El País. Antes de ser camarero, había sido panadero de los 16 a los 28 años. Entre tanto, buscaba una profesión y estudió Arquitectura y Derecho, sin llegar a terminar ninguna de las dos.
Estaba claro que su camino no estaba en los libros, pero parece que la gente de su alrededor lo veía más claro que él. Gracias a ese dueño del bar que le animó a preparar un monólogo y a sus amigos, que enviaron un vídeo de su actuación a El club de la comedia, empezó la exitosa carrera de Leo Harlem. Tras 25 años de trabajo y con los 40 ya cumplidos, su vida cambió radicalmente y se convirtió en el rey del humor.
El 1 de marzo de 2003 sirvió su última copa y pasó a ser un habitual en las pantallas de televisión españolas. Además de El club de la comedia, aparecía en La hora de José Mota, El club del chiste o Sé lo que hicisteis. Su carisma no ha pasado de largo entre los productores cinematográficos y desde 2016, cuando protagonizó Villaviciosa de al lado, también es actor. El mejor verano de mi vida o Superagente Makey son algunos de los títulos de su filmografía.