Argo contó instantáneamente con el favor de la crítica tras su estreno y en 2013 ganó un merecido Oscar a Mejor película. En ese sentido, hay poco que reprocharle a la cinta dirigida por Ben Affleck. Pero en torno a ella surgió una gran polémica. La razón es que esa historia real que cuenta está modificada en favor de los estadounidenses y, entre otras cosas, exagera el peligro que vivieron sus protagonistas o deja de lado la ayuda que recibieron de países como Reino Unido o Nueva Zelanda. Puede que ganase la preciada estatuilla, pero en el camino se ganó más de un enemigo.
Para ponernos en contexto. Argo se centra en un grupo de diplomáticos que queda atrapado en la embajada de Estados Unidos de Teherán después de un asalto. 52 personas se convierten en rehenes, pero 6 de ellas logran escapar y se refugian en la casa del embajador canadiense. Sin dar noticia de la situación que se vive en Irán, el gobierno estadounidense prepara un plan para sacarlos de allí. Lo que se les ocurre es crear el falso rodaje de una película de ciencia ficción y hacer pasar a todos los rehenes por miembros del equipo.
Hay que reconocer que es una historia difícil de contar, puesto que entran en juego muchas partes que no tienen cabida en 120 minutos de duración. Sin embargo, obvia la ayuda, fundamental para el rescate, que recibieron de Canadá Reino Unido y Nueva Zelanda. De hecho, la cinta sugiere que les dieron de lado durante el asalto. Estas son las inexactitudes históricas que echan por tierra lo que cuenta la película.
El verdadero riesgo que corría el grupo
Es posible que Argo exagere un poco el riesgo real que corría el grupo de estadounidenses. Según la cinta, los diplomáticos sufrían acoso constante y no podían salir de casa sin enfrentarse a las miradas amenazantes de los iraníes, algo que no pasaba.
En varias ocasiones, el cineasta utiliza escenas que no ocurrieron en la vida real para crear tensión, como, por ejemplo, cuando embarcan en el avión. Si hacemos caso de lo que nos cuenta Affleck, estuvieron a punto de ser descubiertos y que la misión fallase. En realidad, nunca hubo esa confrontación. Es lo mismo que ocurre con la persecución tras el despegue. En la vida real nunca hubo peligro, ni atacantes en la zona. Todo se llevó de manera bastante normal.
El papel de Canadá
El gobierno canadiense jugó un papel clave en el rescate, pero en la cinta su participación queda minimizada en favor de la CIA estadounidense. "La película reescribe la historia a costa de Canadá, haciendo que Hollywood y la CIA sean los salvadores mientras Ken Taylor [embajador canadiense] es degradado a un amable conserje”, señala el medio de Canadá Mclean. Incluso el expresidente de EEUU Jimmy Carter declaró que el 90% de las ideas para el plan vinieron del país vecino. Affleck lo solucionó aclarando que la cinta no cuenta una historia real, sino que está basada en hechos reales. "Nos permitimos tomar algunas licencias creativas", aseguraba el cineasta.
La negación de ayuda de Nueva Zelanda y Reino Unido
Argo no solo no incluye la participación de Nueva Zelanda y Reino Unido, sino que insinúa que los dos países les dejaron de lado, cuando la verdad es que les ayudaron. Los británicos fueron los primeros que asistieron a los estadounidenses y les dieron refugio hasta que su embajada fue rodeada por las protestas, momento en el cual decidieron trasladarles a otro lugar. Los diplomáticos de Nueva Zelanda acondicionaron un sitio donde poder mantenerles a salvo en caso de que lo necesitasen y fueron ellos los que les condujeron al aeropuerto para escapar de Teherán.
Es un punto que ha preocupado especialmente a Affleck. Como declara a The Sunday Telegraph, admite que representa a Reino Unido y Nueva Zelanda de una manera que no es justa, pero la sensación que quería crear en la película es que esas 6 personas no tenían ningún otro lugar al que ir.
Mala representación del pueblo iraní
Jian Ghomeshi, un escritor canadiense de raíces iraníes, declaró que la película tenía "serios problemas representando a la gente iraní" y añadía que casi ningún medio importante se había percatado del perjuicio que podía provocar esa imagen desequilibrada de todo un grupo étnico. También señala que el estreno se produjo en un mal momento, cuando las relaciones entre Estados Unidos e Irán estaban en su punto más bajo. No es el único que tiene esta visión, otros periodistas, profesores y demás expertos apuntan a que el contexto histórico no está bien llevado y se basa en estereotipos para hablar de la sociedad del país.
Argo está protagonizada por Bryan Cranston, John Goodman, Alan Arkin, Clea DuVall, Kyle Chandler y el propio Affleck. Puedes disfrutar de ella el 14 de mayo a las 22.10 en La 1.