Cuando a Isabel Igoa, de tres años, le preguntan por qué le fascinó Raya y el último dragón, no lo duda: "Porque hay dragonas que vuelan y nadan". Y no sorprende, porque la coprotagonista de la película, la dragona Sisu, es quizás uno de los personajes más bonitos, entrañables y divertidos del universo Disney más reciente. Pero este es solo uno de los muchos motivos por los que merece la pena ver ya mismo la última película de las princesas Disney que ya está disponible en la plataforma Disney+. Vamos con ellos.
1. Una princesa guerrera más allá de los estereotipos (y sin príncipe)
Raya es una princesa guerrera mucho más parecida a cualquier niña real que la mayoría de las protagonistas femeninas que solemos ver. Luchadora, conciliadora, divertida e inteligente. Además, no hay príncipe salvador (ni se le espera ni se le necesita). La película tiene una galería de personajes femeninos geniales, repletos de matices: gobernadoras, villanas (Namaari), una dragona fantástica... Pero, sobre todo, la cinta fascina por la inteligencia de su personaje principal, su actitud emocional y las soluciones propuestas. Todo ello dibuja unos personajes femeninos poderosos que superan el estereotipo.
Quizás tenga que ver con que Raya está inspirada en una niña real: la hija de nueve años de la guionista Adele Lim. "Es una apasionada de los ninjas y de las películas de acción. Pensé en la película que a ella le gustaría ver y que a mí me hubiera gustado ver de niña; una guerrera tan cañera como ella, porque no encontré un personaje tan poderoso y con el que me pudiera identificar tanto como con Raya", explica a SensaCine la escritora de la película, de origen malayo. Además, gran parte del equipo creativo y técnico ha estado formado por mujeres en todos los ámbitos del proceso: productora, guionista e incluso los técnicos. Seguro que ese matiz también ha sido determinante para que la película tenga esta perspectiva de género.
2. Un mensaje muy necesario en los tiempos que corren
Ante una amenaza que acaba con todo, la única solución es confiar en los demás y unir fuerzas. Esta es la salida llena de esperanza que propone Raya para reconstruir su mundo arrasado. Una metáfora que cobra un especial significado en tiempos pospandemia, en los que han sido los demás los que nos han salvado y quienes nos pueden ayudar a reconstruirnos. Esta película fomenta la hermandad, sobre todo entre aquellos que piensan diferente. Y cuando todo está destruido, nos puede salvar creer en los demás, en el género humano, porque unidos somos más fuertes.
Cuando el equipo de la película viajó al Sudeste Asiático, lo que más les impactó fue descubrir que países con tanta diversidad cultural y religiosa eran capaces de apartar las diferencias y encontrar puntos en común para trabajar juntos en su comunidad. "Ese era el mensaje que queríamos dejarles a nuestros niños", explica a SensaCine la productora Osnat Shurer (Vaiana). Y, a pesar del paralelismo con la pandemia -una gran amenaza que se multiplica rápidamente, un pueblo dividido y la confianza y la unidad como única salida-, sus directores explican que ha sido pura casualidad en la primera película Disney de la era COVID, ya que comenzó a gestarse hace más de cuatro años.
3. Aprendiendo incluso de las artes marciales
Las heroínas de Raya y el último dragón practican hasta cinco artes marciales diferentes del Sudeste Asiático. El coreógrafo Qui Nguyen explica a SensaCine que todas las luchas que aparecen en la película están basadas en artes reales y con acrobacias, llaves y movimientos auténticos. En la película se reflejan hasta cinco, asociadas a distintos personajes y tribus. Proceden de Tailandia (Muay Thai y Silat), Vietnam (Lucha tradicional), Indonesia, Malasia (Krabi Krabong y Silat) y Filipinas (Arnis).
Varias de ellas, con más de 20 siglos de antigüedad, eran utilizadas por monjes, guerreros o campesinos que solo tenían los palos del campo o las herramientas de trabajo para defenderse y con un código de honor basado en la nobleza; dos valores que están presentes en la película en todo momento. Nguyen señala que era clave que las artes marciales fueran auténticas. "Era muy importante que esta parte de la película estuviera bien documentada porque, cuando a un niño o una niña le interesa una película y quiere investigar qué hay detrás, resulta muy inspirador el descubrir que son artes marciales reales y hay un mundo ahí por descubrir", concluye.
4. Sentido del humor
Raya y el último dragón es una película con risas, sentido del humor, personajes divertidos y giros ingeniosos que permiten disfrutar al espectador de todas las edades. Y tiene un optimismo arrollador, lo cual es de agradecer en estos tiempos oscuros. Una de las claves de su humor es el personaje de Sisu, la dragona. Gamberra, torpe y tierna. Y también está la mascota de Raya, Tuk Tuk, mitad erizo, mitad bicho bola. Por no mencionar a otros personajes, como el superviviente fanfarrón, la bebé ninja o el niño cocinero. Nos mantienen con una sonrisa divertida en la boca durante toda la película.
5. Una aventura entre 'Mad Max' o 'Star Wars' pero apta para todos los públicos
Unos paisajes postapocalípticos que a veces recuerdan a Mad Max y otras a Star Wars permiten que niños y mayores disfruten de la película de forma fascinante a través de diferentes niveles de lectura. Raya recorre con su peculiar mascota una tierra dividida y asolada por una amenaza mortal en la que debe superar distintas pruebas, como si de una trama de videojuego se tratase. Además, debe convencer a sus enemigos para que se unan a ella y así poder vencer al mal juntos.
6. Una película cargada de hitos en Disney
Esta película atesora varios hitos en el universo Disney. Para empezar, es la primera ambientada en el Sudeste Asiático. Las cinco tierras de Kumandra, ubicadas a orillas de un río con forma de dragón, representan de alguna manera a Indonesia, Malasia, Tailandia, Camboya, Vietnam, Laos y Singapur. También es el primer proyecto estrenado tras la pandemia -tuvo que acabarse en pleno confinamiento a distancia- y el primero con una clara perspectiva de género en todos los ámbitos.
¿Aún necesitas más motivos para verla? Pues ahí va un resumen: a través de un viaje emocionante, Raya y el último dragón nos transporta al mundo de fantasía de Kumandra, donde humanos y dragones vivieron juntos hace mucho tiempo en perfecta armonía. Pero cuando unas fuerzas del mal amenazaron el territorio, los dragones se sacrificaron para salvar a la humanidad. Ahora, 500 años después, esas mismas fuerzas malignas han regresado y Raya, una guerrera solitaria, tendrá que encontrar al último y legendario dragón para reconstruir un mundo destruido y volver a unir a su pueblo. Sin embargo, a lo largo de su aventura, comprenderá que se necesita algo más que la magia de un dragón para salvar al mundo: también necesitará confianza en sí misma y trabajar en equipo.
Don Hall y Carlos López Estrada son los directores y Paul Briggs y John Ripa ejercen de codirectores. Osnat Shurer y Peter Del Vecho son los productores, mientras que Qui Nguyen y Adele Lim se han encargado del guion.
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