La nostalgia ha aterrizado en Málaga en forma de película y lo ha hecho de la mano de Dani de la Torre con Live is Life, su nuevo proyecto con libreto de Albert Polvorosa. La cinta se ha presentado hoy domingo, 6 de junio en la Sección Oficial del Festival de Málaga junto a Destello Bravío, la ópera prima de Ainhoa Rodríguez. En el ámbito seriéfilo, Ana Tramel. El juego, protagonizada por Maribel Verdú, Israel Elejalde, Natalia Verbeke, añade el género 'thriller' a una jornada muy variopinta.
Dani de la Torre regresa a la gran pantalla, después de dirigir la serie de Movistar+ La Unidad, con un proyecto muy personal: Live is life. La cinta sigue a un grupo de cinco adolescentes en un pequeño pueblo de Galicia. Como cada verano vuelven a reencontrarse, pero este año todo va a ser muy diferente. Con la mágica noche de San Juan de fondo, el grupo de amigos se aventuran en un trepidante viaje a la montaña para conseguir una flor muy especial de dotes curativos. Sin embargo, sus problemas personales, diferencias y secretos pondrán al límite la amistad de estos chavales.
Nostalgia y fotografía en estado puro
En esta ocasión el cineasta viaja hasta su adolescencia en los años 80 para trasladarse a la Ribeira Sacra, pero esta vez dejando que Raúl del Pozo, David Rodríguez, Adrián Baena, Javier Casellas, Juan del Pozo y Marc Martínez sean los encargados de llevar sus experiencias al espectador a través de la cinta. En este título los paisajes y exteriores cobran una connotación completamente diferente a otros trabajos del realizador. Ahora son un personaje más. Un elemento imprescindible en la trama que va acompañando a los protagonistas en cada paso que dan, en cada diálogo que narran y en cada silencio que representan los intérpretes.
Con guiños muy evidentes a esa serie de televisión española llamada Verano Azul que ha acompañado a generación tras generación y que se convirtió en un icono de la televisión en los años 80, y que ahora 40 años después, de la Torre ha querido rememorar a su manera. La emotividad, nostalgia y ternura van acompañadas de la mano cuando hablamos de Polvorosa. A pesar del peso dramático que acompaña a la trama y a la gran mayoría de personajes, los paisajes y la fotografía del largo aportan ese momento de desasosiego para no acabar a lágrima viva en algunas de sus secuencias.
Y llegó el thriller'
De nuevo las series vuelven a hacer su aparición en el festival de la mano de la Sección Malaga Premiere con Ana Tramel. El juego, basada en la novela homónima de Roberto Santiago y protagonizada por Maribel Verdú, Israel Elejalde, Natalia Verbeke. La ficción trata sobre la historia de Ana Tramel, una éxitosa abogada que, debido a un suceso ahora trabaja en un empresa dedicada a tramitar multas de tráfico. Frustada, Ana se sumerge en una vida viciada de alcohol y antidepresivos. Un día recibe por casualidad la llamada de su hermano Alejandro, quien le pide ayuda tras ser acusado del asesinato del gerente de uno de los mayores Casinos del mundo.
Es entonces cuando Tramel, a pesar de las cirunstancias, encuentra de nuevo su propósito en la vida. Comienza a formar un equipo formado por un becario ludópata, un viejo investigador y una abogada novel para probar la inocencia de su hermano, pero también involucrarse y sumergirse en el despiadado mundo del juego. Tal y como han descrito sus realizadores, El juego es “una historia sobre el mundo del juego como nunca antes se ha contado en la ficción".
Si ayer, jueves sábado 6 de junio, Martín Cuervo presentaba en la Sección Oficial su ópera prima Con quién viajas, hoy ha sido el turno de la realizadora Ainhoa Rodríguez con Destello Bravío, o mejor dicho su sueño desde niña hecho realidad, según la directora. La cinta es nada más y nada menos que un retrato de las historias de los ciudadanos del pequeño pueblo Tierra de Barros. Pero sobre todo de la hsitoria de esas mujeres que viven en zonas rurales y que han vivido, y viven, marcadas por el patriarcado, por un costumbrismo limitador y el inconfundible conservadurismo al que se han visto arraigadas.
La cineasta asegura que se ha sentido completamente a la hora de crear, ya que al principio fue ella misma quien se autoprodujo el proyecto hasta que en la etapa final se incorporó Lluis Miñarro; y no es para menos. El título respira autoconocimiento y también unas ganas inmesas de probar y autodescubrirse profesionalmente. Todo esto acompañado de buenas intenciones que se quedan a mitad de camino, pero que desde luego consiguen provocar en el espectador un sentimiento.
Además, esta noche, el certamen ha hecho entrega del Premio Málaga Talent – La Opinión de Málaga al director Oliver Laxe.