¿Te imaginas sumergirte durante 95 minutos en una máquina del tiempo que te arrastrara a los veranos de tu infancia? ¿Te imaginas volver a pasar un ratito con ese amigo que siempre iba un paso por delante, que te fascinaba y por el que merecía la pena apostar siempre? ¿Te imaginas recuperar la luz, la alegría y las ganas de vivir después de un terrible año de oscuridad? Pues deja de imaginar porque todo ello lo conseguirás con Luca, la última película de Disney·Pixar que se estrena en exclusiva en Disney+ este viernes 18 de junio. Como tenemos la suerte de haber visto ya la aventura que firma Enrico Casarosa, repasamos para ti los ocho motivos por los que es una de las imprescindibles de este verano. Y quién sabe. Quizá te animes a comprar por fin ese billete a Italia que tenías pendiente.
1. Es la luz al final de un largo y oscuro túnel pandémico
Los colores brillantes del mar y las casas de Portorosso y sus criaturas te arrastrarán a un universo paralelo. La luz del Mediterráneo se acaba convirtiendo en una máquina del tiempo que te transporta a los momentos más felices de tu niñez. Ambientada en la Riviera italiana, muy parecida al Portofino cercano a la Génova donde creció el director, Luca muestra un mundo feliz donde todo es posible y nos anima a callar las voces que nos invitan a rendirnos. Como lo llaman en la película esos "Brunos" que nos impiden crecer y soñar. Porque merece la pena gritar: "¡Silencio, Bruno!". ¿Se te ocurre mejor excusa para entrar en Disney+ y terminar con las energías renovadas, dispuesto a comerte el mundo y con la mayor sonrisa que probablemente hayas esbozado tras una peli este año? A ello y… "¡Silencio, Bruno!".
2. Te recordará que los amigos de verdad merecen la pena
Sobre el papel, Luca nos cuenta la historia de dos amigos, Luca Paguro y Alberto Scorfano, que deciden desafiar sus sueños ese verano que todos hemos vivido. Ambos conocen a Julia y deciden aventurarse en lo prohibido. Con el pequeño matiz de que Luca y Alberto tienen un pequeño secreto: son monstruos marinos que se convierten en personas cuando salen del agua. Pero se trata de una fantástica historia de amistad. "Las amistades de nuestra infancia pueden influir en la clase de personas que nos convertimos cuando crecemos", explica a SensaCine el director. A Enrico Casarosa esta historia tan personal se la inspiró su amigo de infancia, también llamado Alberto. "Sin él, creo que nunca me habría animado a intentar convertirme en director de animación". Es un homenaje a los amigos, nos recuerda y emociona poniendo el foco en lo que realmente merece la pena y también por lo que merece la pena arriesgarse. Seguramente, al terminar la película, tengas una llamada telefónica pendiente.
3. Los bichos raros no son tan raros y, a veces, ganan
Luca es también un brindis por lo diferente y una apuesta por la diversidad. Enrico Casarosa se lo explicó muy bien a SensaCine: "En mi infancia era tímido, rarito, me gustaban cosas que a mi alrededor no eran comunes. Pero yo intentaba encajar. Siempre intentas encajar, hasta que te das cuenta que a veces lo mejor es tratar de encontrar tu sitio tal como eres". Y eso es precisamente lo que consiguen Luca y Alberto: encontrar su camino en esa diferencia, que, además, hace que también sea posible ser feliz siendo auténtico. Sin pretensiones. Y como en toda revancha de los novatos, o de los raritos, también ellos pueden ganar, a pesar de tenerlo todo en contra. Solo hay que creer que es posible e intentarlo con todas sus fuerzas.
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4. Para niños y para ‘niños grandes’
Cuando Hayao Miyazaki estrenó El viaje de Chihiro se la dedicó a todos los niños que alguna vez tuvieron, tendrán o tienen diez años. Luca cumple exactamente la misma premisa. A los adultos les sumergirá y recordará los mejores veranos de su infancia. Serán capaces de reconocer en Ercole al más chungo del pueblo o de rememorar a aquel personaje misterioso o inquietante que tanto juego nos daba en nuestras historias al atardecer. Pero los niños serán capaces de reconocer su universo actual, a sus mejores amigos, sus helados favoritos o sus planes perfectos para una tarde de vacaciones. Y, sobre todo, está garantizada una buena conversación al terminar la cinta, con sus distintas vivencias. La película es la primera que dirige el director Enrico Casarosa y la primera que produce Andrea Warren. Y esa frescura, ese mimo que se le destina a un 'primer hijo', es quizá también una de las claves de su éxito.
5. Un dibujante antes que un director
Las coloristas ilustraciones de Luca son una de las claves de la fascinación que despierta en el espectador. Y cobran un mayor sentido cuando se descubre que su director Enrico Casarosa empezó siendo ilustrador muchos años antes de convertirse en director. De hecho, llegó a Pixar hace casi dos décadas para diseñar -los proyectos ilustrados y esquemáticos que sirven para planificar una película. Él participó en los storyboards de Cars, Up y Ratatouille. Su debut como director fue con el cortometraje La Luna, que estuvo nominado al Oscar -inspirado en su padre y su abuelo- y donde se pueden reconocer los trazos de Luca e incluso algunos personajes muy parecidos.
6. Emocionante y conmovedora a partes iguales
Cuando uno termina de ver Luca, se da cuenta de que, en los apenas 95 minutos que dura, ha pasado por la sorpresa, la risa, la fascinación, la nostalgia, la emoción contenida, la lagrimilla que asoma, los nervios, la alegría… Casarosa ofrece todo un manual de emociones que arrastra a cualquier espectador con él. Porque, cuando una película habla del reto que supone creer y dar un paso hacia la vida adulta, es muy fácil sentirse reconocido en ella.
7. Perfecto retrato veraniego de la Riviera italiana
Quizá puedan sonar a tópico: un pescador que cocina pasta con música de ópera italiana de fondo, niños que toman helados en la plaza del pueblo, las abuelas con su pañuelo en la cabeza agarradas del brazo, una Vespa como sueño dorado y una bici vieja como realidad para pedalear ante enormes cuestas… Pero el director de Luca asegura que todo está inspirado en historias y recuerdos que mantiene de los veranos de su infancia en la Riviera norte italiana, antes de convertirse en un veinteañero rumbo a la aventura americana. Si algo despierta Luca es las ganas de tomar un vuelo rumbo a esas calas recónditas que se parecen a Portoroso -aunque, cuando uno llegue, probablemente estén infestadas de turistas con los que solo tiene en común el anhelo de llegar a una playa escondida.
8. Guiños cinéfilos italianos
Luca está repleta de guiños cinéfilos en cada rincón con fantásticos homenajes al gran cine italiano. El propio director ha confesado que en la película hay uno escondido a El cartero (y Pablo Neruda) y al actor Massimo Troisi. "Con nuestros animadores, estudiamos los movimientos de Massimo Troisi y sus asombrosamente bellos gestos al interpretar", explica el director. Además, Enrico Casarosa, respondiendo a las peticiones de algunos fans, ha creado en su perfil de Twitter una lista de recomendaciones de cine italiano que ver antes o después de Luca. Entre otros nombres clásicos: Federico Fellini -La strada, Los inútiles, Fellini 8½-, Vittorio De Sica y su Ladrón de bicicletas, Michelangelo Antonioni y su La aventura, Luchino Visconti -La terra trema-, Emanuele Crialese -Respiro, Terraferma- y, por supuesto, Gabriele Salvatores y su Mediterráneo.