La historia de El Robo del Siglo ocurrió en enero de 2006, cuando el corralito -en el que los bancos impidieron a los clientes recuperar sus ahorros- aún escocía entro los argentinos. Cinco atracadores tomaron 23 rehenes en una entidad bancaria en el sur de Argentina. El asalto se retransmitió casi en directo en la tele y la radio. Varias horas después, cuando el equipo de asalto entró al banco, los atracadores se habían esfumado. Se habían llevado con ellos el contenido de la mayoría de las cajas fuertes: dinero y joyas valorados en más de 17 millones de dólares.
Nadie resultó herido. Para el asalto solo habían usado armas de juguete, y los seguros devolvieron a los clientes lo robado. Dejaron una nota: "En barrio de ricachones, sin armas ni rencores, es solo plata y no amores". Un golpe maestro que merecía la pena ser contado, incluso en una película en la que participara el cerebro original del golpe y algunos de sus protagonistas. El Robo del Siglo, dirigida por Ariel Winograd llega este viernes a los cines españoles. Una historia fascinante que a su director le gusta plantearse "Quién sabe, estuvo tan bien pensado que ¿Y si la película es también parte del golpe?", explica a SensaCine su director desde Argentina.
Cuando el actor Diego Peretti, que interpreta en la película a Fernando Araújo, el cerebro del atraco, escuchó hablar del rono a la sucursal del Banco Río hace 15 años recuerda que le pareció que le estaban hablando de un truco de magia Houddini. "¿Cómo puso ser? pero si estuvimos ocho horas pendientes y de pronto no estaban los ladrones, ese pase de magia se me quedó grabado", señala en una entrevista con SensaCine. También quedó grabado en el imaginario de Guillermo Francella, que en el filme interpreta al ladrón más experto de la banda. Lo recuerda:
Me pareció algo cinematográfico, irreal: habían hecho un boquete, sacado los sacos de dinero por un agujero, escapado con una lancha por un desagüe... Me generó garcia, empatía, y el modo en que se llevó a cabo me fascinó.
Para contar la historia, el director Ariel Winograd, contó en el equipo de guionistas con el cerebro del golpe, pero también contaron en el equipo con Miguel Sileo el policía que se encargó de la negociación real con los atracadores. "Contar con las personas que lo vivieron para relatar la historia, poderles consultar ha sido una experiencia muy rica. Y curiosamente esas escenas que parecen más cómicas, más absurdas con las que no están ficcionalizadas, como el cumpleaños a la abuela, el cartel, las armas de juguete... Todo sucedió realmente", asegura el director Ariel Winograd que apunta que solo un 10% de la historia es ficción.
El director recuerda el atraco cuando él era solo un niño. "Lo retransmitieron en la tele en directo. Y recuerdo la simpatía que generaron esos atracadores. Veníamos del corralito, en el que los bancos se habían quedado con la plata de la gente y había algo de atractivo en esos tipos cuando nos fuimos enterando de cómo lo habían planeado. Sin usar una bala, sin causar heridos, sin damnificados porque la plata la devolvió el dinero del seguro...
Había algo punk, anárquico, casi filosófico en el golpe. Era una manera de romper el sistema. Lo hemos contado lo más fiel posible y que cada uno saque sus conclusiones", explica el director.
El propio Fernando Araújo llegó a explicar que su idea fue atracar un banco causando el menor daño posible, y de algún modo lo consiguió
Incluso en la película parece que las detenciones estaban de algún modo planificadas. Como no hubo armas reales, ni heridos, las penas eran las mínimas posibles, y con buen comportamiento podrían saldar sus cuentas con la justicia pronto, sin tener que huir, y poder disfrutar de su botín a posteriori. Ninguno huyó del país. De hecho uno de los personajes reales ahora es un joyero acomodado en Uruguay, por ejemplo, y la mayoría ha podido rehacer sus vidas con holgura tras el asalto.
Surge la duda de si la película y el libro que se publicó eran también parte del mismo golpe. "El negociador me dijo que nadie que diseña un robo como este se lo guardería hasta la tumba. Fue tan bueno que necesita contarlo y decir fui yo quien lo hizo. De hecho cuando acabó la toma de rehenes Sileo, el negociador, pensó que acabarían encontrándolos porque era tan espectacular que iban a caer casi por pura vanidad. Era tan bueno el robo que era irrestible decir que habías participado", explica el director.
La película está repleta de cameos. Salen los cinco miembros de la banda como distintos personajes, desde el repartidor de pizza, un policía, el mejor amigo del ingeniero que diseña el dique que es quien creó el dique en la alcantarilla de verdad...
"Me pregunto si parte del plan era incluso hacer todo esto para terminar haciendo una pelicula 15 años después. Me gusta pensar que sí, que esta película, como la hicimos, en la que ellos participaron, quizás será también parte del golpe final", concluye el director.