Tiene 7 años, quiere ser actor y es trans: Max, la valentía de luchar por un futuro sin prejuicios

A Max, de 7 años, le encanta Harry Potter, es capaz de cabalgar sin manos y quiere ser actor porque le gusta interpretar a otras personas. Es un niño con mucha creatividad y ganas de aventuras. Max también es trans y junto a su familia ha decidido emprender su particular lucha para dejar claro que tener una identidad de género no normativa es algo natural y en absoluto condiciona su vida.

"Ser actor es como ser otra persona. Estar en la vida de otras personas sin ser tú. Ser alguien diferente", cuenta Max a SensaCine. En el primer papel para el que ha hecho una audición, su personaje, Daniel, se quedaba sin casa. Poder ponerse en la piel de alguien con problemas que él nunca ha vivido es algo que le llama mucho la atención. Aunque reconoce que hacer la prueba fue algo "cansado" y no le gusta demasiado eso de tener que ensayar.

Max es un aventurero nato. En su pequeño pueblo de 600 habitantes practica la escalada y cabalga con su pony Sucra -tan alto como un caballo- sin manos y sin pies, aunque las primeras veces se asustaba. También devora los capítulos de El increíble Doctor Pol, un histórico veterinario rural de National Geographic. Está preparado para convertirse en ese "aventurero / científico / mago" que quiere ser y, por sorprendente que parezca por su corta edad, también está listo para interpretar personajes trans que puedan generar el debate necesario para normalizar al colectivo.

Su madre, Bibiana, siempre consultando a Max si está de acuerdo con lo que dice, explica cómo no fue fácil decidir si hacían activismo o no. Es decir, escoger entre presentarle a papeles exclusivamente de niño o también a pruebas para interpretar a personas trans aunque así estuviese más expuesto. "¿Militamos desde el ejemplo o nos quedamos en la barrera? Al final decides militar. Hacer la máxima pedagogía posible. Decidimos actuar con normalidad como niño que es y, si le salía la oportunidad de hacer [un personaje trans] y quería hacerlo, lo hiciera".

Es muy difícil, como madre, exponer a tu hijo y decidir si militamos o nos escondemos. Todo es discutible y si es un proyecto que está bien, tengo que aceptar que puede haber una exposición. En la lucha por la diversidad y las identidades, está que nos posicionemos

Daniel, el personaje de la primera audición que ha hecho, es cis -es decir, una persona cuya identidad de género se ajusta a su sexo-, algo que Bibiana buscaba para la primera toma de contacto de su hijo con la industria. "Preferí que ese primer trabajo fuese estrictamente como niño, no como personaje trans. Son personas, más allá del personaje", señala. Max encajaba en la descripción de Daniel por "su imagen de niño más maduro". "Podía empatizar con un niño que había vivido problemáticas que otros niños no han vivido. Max podía ser capaz de traspasar esa comunicación entre madre y niño", apunta su madre.

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Aceptar ese riesgo de exposición es un gran paso adelante para que las generaciones que vendrán después de Max tengan referentes en los que poder mirarse. Por ahora, el mayor ídolo de Max es Harry Potter, con el que ha decorado dos habitaciones de su casa, pero busca ejemplos en la ficción con los que sentirse identificado. "Mi hijo busca referentes", declara Bibiana, "Ahora está contento de que Marvel saque un personaje que es como él. Es un chico como mi hijo, pero con 16 años. Para él es importante: 'Ah, es como yo'. Sí, es como tú".

Marvel se está esforzando en los últimos años por crear una franquicia más diversa. En Eternals veremos a la primera pareja gay de su universo cinematográfico, Loki acaba de confirmar que su protagonista es bisexual -según el actor Tom Hiddleston, también de género fluido- y Kevin Feige ya ha anunciado sus planes de introducir muy pronto a su primer personaje trans.

Poco a poco la industria del cine y las series se va llenando de referentes para niños como Max. El más potente en la actualidad es Hunter Schafer, que da vida a Jules en Euphoria. Esta actriz y activista transgénero se ha convertido en todo un icono LGBT. En primer lugar, por la naturalidad con la que Sam Levinson construyó su personaje en la ficción gracias al asesoramiento de la propia Schafer. También, por supuesto, por la capacidad de la actriz de mostrarse sin prejuicios y haber derribado muchos estereotipos acerca de su colectivo.

Por el momento, Max no sabe si escribirá sus propias historias, si dirigirá películas o si protagonizará su propia saga de aventuras, pero con su fuerte personalidad y convicción está marcando un camino más inclusivo y tolerante. Y sin haber terminado primaria.

Max es uno de los representados de Tinglao Management, dentro de su cartera de Identidades.