Una pesadilla. Seguramente fue lo que inspiró a M. Night Shyamalan para escribir la historia de Tiempo, la película sobre una playa misteriosa en la que los minutos corren como años, que se estrena el 30 de julio. Pero lo que no había calculado es que el rodaje de la película iba a ser el mayor reto logístico en sus 27 años de carrera. En concreto el propio director lo describe como "una pesadilla logística".
Recorrieron medio mundo en plena pandemia para encontrar la playa perfecta que el director había imaginado. Y cuando la encontraron nada fue como habían previsto. Un huracán destruyó el set de rodaje, se convirtieron en expertos en mareas, y el desafío logístico en plena pandemia excedió todo lo previsto. El director M. Nigth Shyamalan, responsable también de El Sexto Sentido, o La Visita, explica que la localización encontrada era el paraíso: "Es un lugar increíble en el que nada más verlo quieres quitarte las sandalias y la camisa y lanzarte al agua".
El lugar escogido fue Samana, una península en República Domincana donde pudieron construir el acantilado que Shyamalan había soñado para su película. Localizaron una playa privada mágica y un resort espectacular. El director de Producción de la película, Naaman Marshall cuenta que el reto de llevarlo todo a la vida ya fue importante: "La idea de estar en una playa aislada, con el peso de ese gran muro aprisionando a los protagonistas era muy interesante visual y narrativamente. Pero necesitábamos que aquello que era hermoso y atractivo se transformase rápidamente en algo amenazador, en el malo de la película", explica Marshall.
Pero el rodaje, en septiembre, coincidió con la época de huracanes en el Caribe, que suele ser agosto y septiembre. Pero no consiguieron ninguna compañía aseguradora que les ofreciera coberturas por huracanes, ni por COVID. "Fue una locura", recuerda el director.
Un equipo de rodaje aislado del mundo
Para combatir la COVID crearon una especie de cuarentena en todo el equipo de rodaje que quedó aislado del resto del mundo durante varias semanas. Desde los conductores, hasta el personal del hotel, debían permanecer sin contacto con el resto del mundo para prevenir posibles contagios.
Antes de empezar a rodar construyeron el acantilado, un enorme muro a pie de playa.
"Entonces llegó un huracán y destrozó el decorado por completo y fue muy arriesgado", recuerda el director.
La logística del rodaje se convirtió entonces en el principal reto: "Puedes imaginarte la logística de rodar cada día tratando de combinar las horas de luz con la marea adecuada, dónde está el sol en el cielo, y dónde está el agua en ese momento en la playa...". Esta situación condicionó por completo el planning de rodaje:
"Tuvimos que rodar el principio de la película por las mañanas, todas las escenas de la parte central de la película en las horas centrales del día, y la parte final del guión cuando caía la tarde... ¡Así cada día!, de locos!", cuenta el director.Sorteamos 5 entradas dobles para ver en cines 'Tiempo', lo nuevo de M. Night Shyamalan
Y para complicarlo más siguieron llegando los huracanes. "No pararon de destrozar y devorar la playa. Tuvimos que aprender a leer el movimiento del agua, a calcular los julios de energía que llevaban las olas, y tuvimos que aprenderlo para poder decir, "bueno a las dos de la tarde nos quedamos sin playa cuando suba la marea". Así que no hubo margen de error porque sólo disponíamos de ese tiempo, no teníamos literalmente ni un dia más, pero era importante rodar esta película", concluye el director fascinado casi por el reto superado. Alucinado por una experiencia en el que la trama parecía haberse apoderado del propio rodaje limitado completamente por el tiempo. Como en la propia historia de la película.
