Si he hecho bien las cuentas Halloween Kills sería la decimosegunda película manufacturada siguiendo los crímenes salvajes de ese icono del cine de terror llamado Michael Myers. Personaje creado por el maestro John Carpenter en la que es, de largo, la mejor e inigualable (y cientos de veces imitada) película de la saga: La noche de Halloween (1978), ha tenido distintas ramas de secuelas que no han parado de enfrentarse entre ellas mismas -Halloween H20 (1998) invalidaba todo lo que siguió a Halloween II (1981) y, al mismo tiempo la nueva Halloween (2018) anulaba la película del veinte aniversario, etc- además de los conocidos remakes a cargo de Rob Zombie, Halloween (2007) y Halloween II (2009). Que vivamos en un mundo donde existen tres Halloween y dos Halloween II ya dice bastante de la poca imaginación del Hollywood moderno pero como todo esto hace ya años que es norma y no excepción, todos: espectadores y críticos, simplemente nos dedicamos a tratar de disfrutar la película que toque como si fuera el último capítulo de una serie de televisión dominada por la esquizofrenia.
Halloween Kills arranca exactamente donde finalizaba Halloween (2018), con Michael Myers atrapado en la casa en llamas donde Laurie (y su hija) (y su nieta), con Jamie Lee Curtis recuperando la piel de su personaje original, le habían dejado atrapado para que el fuego lo consumiera. Obviamente como ya se sabía que esta nueva tanda de películas iba a ser una trilogía -Halloween Ends debería estrenarse el año que viene-, Myers, que además es indestructible, escapa de la trampa y continúa trinchando a los sufridos habitantes de Haddonfield (Illinois) como si tal cosa. No las he visto todas así que igual exagero pero he tenido la sensación de que el body count de Halloween Kills batía todos los récords anteriores: el slasher en manos de Gordon Green (director) -que no puede tener una carrera más rara- y Danny McBride (guion), es tan salvaje y caótico como uno pueda imaginarse, en una película donde Laurie se aparta de los focos para ceder todo el protagonismo al enmascarado con cuchillo de cocina y sed de sangre insaciable. Que McBride junte letras implica que hay bastantes momentos de humor en la cinta -hay una secuencia con Myers probando cuchillos que es de traca- donde además se intenta hablar de las turbas enfurecidas y lo desquiciado/pernicioso de las mismas. La mítica de Myers se expande en Halloween Kills buscándole una razón de ser al personaje que, imagino, acabará por concretarse en la película del año que viene. A mí lo que más me ha gustado es cada vez que entraba la música de Carpenter.
En esta jornada donde ha imperado el cine fantástico la sorpresa, sin duda y bien agradable, la ha dado la película italiana Freaks Out de Gabriele Mainetti -Le llamaban Jeeg Robot (2015)-, siguiendo los pasos de una troupe circense -forzudo peludo, hombre magnético, joven que controla los insectos, chica eléctrica- en la Italia ocupada por los nazis en los estertores de la Segunda Guerra Mundial. Como un cuento terrorífico que tiene mucho en común con la imaginería fantástica tanto de Terry Gilliam -ese punto naïf e híper libre de Las aventuras del Barón Munchausen (1988)- como de Guillermo del Toro -magnífico cruce entre el thriller anti-nazi y la fábula infantil a lo La forma del agua (2017)-, Freaks Out se abre camino con elegancia y simpatía a través de unos personajes tremendamente carismáticos y dosificando con inteligencia la sorpresa de lo fantástico. La película crea asombrosas secuencias, principalmente dentro del circo nazi que dirige un enloquecido freak con doce dedos, adicto al éter y capaz de tener visiones del futuro, y se rodea de un elenco de personajes que le habrían sacado la sonrisa al mismísimo Federico Fellini -ese pelotón de tullidos anti-fascista-. Y en medio de su aventura mágica, una crítica demoledora a la barbarie nazi, al odio fascista frente a aquello que se escapa del canon ario, donde la película se posiciona como una ucronía donde, por una vez, la bondad podrá triunfar sobre la más terrible de las maldades. Ambas películas, Halloween Kills y Freaks Out, se podrán ver en el próximo Festival de Sitges. Allí nos volveremos a encontrar.
