Elegir una película o serie que nos mantenga entretenidos unas horas se ha convertido en una de las tareas más complejas de nuestro día a día. Con tantas plataformas de 'streaming' y tanto contenido en cada una de ellas, es imposible tener claro qué se quiere ver. Sin embargo, esta situación también tiene su lado bueno y es que puedes encontrar joyas ocultas. Esas cintas que no conocías y que te han hecho pasar un buen rato, esa serie que no pintaba muy bien pero has devorado en una tarde...
¿Te ha pasado? A nosotros sí. Aquí recopilamos 10 películas de las que no esperábamos nada y nos pusimos a ver porque no había nada mejor que hacer. Y, ¡sorpresa!, nos encantaron. Desde historias familiares para diferentes generaciones hasta filmes abucheados por la crítica o secuelas que nadie pidió. Dale un repaso a esta lista de recomendaciones y descubre si te pasa lo mismo que a nosotros.
'Infiltrados en clase' (2012)
Sara Heredia
Viernes por la noche. Tu cerebro no admite más que una comedia para pasar el rato antes de ir a dormir. Solo buscas que sea entretenida y que puedas descansar un poco después del ritmo frenético de toda la semana. Eso es lo que quería hacer con Infiltrados en clase y terminé riéndome tanto que a la semana siguiente me puse la secuela y me declaré fan absoluta de los agentes Morton Schmidt y Greg Jenko.
Jonah Hill y Channing Tatum interpretan a una pareja de policías que son enviados como agentes encubiertos a una misión en un instituto. Su deber es destapar al camello que mueve la droga entre los alumnos del instituto y para ello tendrán que hacer todo lo que hacen sus compañeros. Ir a clases de teatro, de química, participar en las fiestas... Schmidt, que nunca había sido popular, se encuentra entre el grupo de los más guays del centro; mientras que Jenko, que pertenecía a la élite social, se hace amigo de los nerds.
¿Es una comedia de institutos? Sí, pero con un giro original que la desmarca de sus compañeras del género. Está dirigida por Phil Lord y Chris Miller, también responsables de La Lego película o The Last Man on Earth. Un dúo imbatible.
'Jumanji: Bienvenidos a la jungla' (2017)
Alicia P. Ferreirós
La Jumanji original, la protagonizada por Robin Williams en 1995 es una de las películas de mi infancia, así que, cuando escuché hablar por primera vez de una secuela que llegaba más de 20 años después y que había digitalizado el mítico juego para convertirlo en un videojuego, no daba un duro por el resultado. Fue un largo viaje en avión lo que me puso cara a cara con la cinta de Jake Kasdan y, en busca de algo ligero con el objetivo más de curiosear que otra cosa, me decantó por Jumanji: Bienvenidos a la jungla. Oye, y bien que hice, porque la disfruté un montón y me pareció una propuesta de lo más renovada y divertida.
Aunque con la esencia de la que había sido hasta entonces la primera y única película de Jumanji por bandera, Bienvenidos a la jungla cuenta con una historia renovada con un elenco de personajes completamente nuevo. En esta ocasión son unos jóvenes adolescentes que comparten castigo en su instituto los que, tras encontrar una vieja consola, acaban siendo absorbidos por un extraño juego que los lleva directamente a la jungla. La jungla en la que un día estuvo atrapado Alan Parrish (Williams) y que por fin tenemos la oportunidad de visitar como espectadores. Mezclando la dinámica ya conocida de completar complicadas y jungleras pruebas para completar el juego y así poder escapar, la película plantea una estética de videojuegos total, incorporando icónicas funciones como las habilidades de los jugadores y su efecto en el juego o la existencia de un número limitado de vidas. La aventura es divertida y le película realmente simpática. Toda una sorpresa.
'El cambiazo' (2011)
Lorena Vialás
El tiempo libre está muy codiciado, y con la escasez de horas de ocio que tenemos al día hay que pensar muy bien en qué emplearlas. Aún recuerdo esos años de instituto y universidad donde a veces encendía la televisión y me quedaba viendo cualquier cosa, incluídas las películas de la sobremesa de Antena 3 o Telecinco. Ahora sin embargo, me he vuelto muy selectiva y sólo veo aquello que realmente quiero ver, aunque después pueda decepcionarme. Aunque, como suele ocurrir, siempre hay alguna excepción. Y muy de vez en cuando me planto en el sofá en busca de algo con lo que “despejar la mente”. Una de esas excepciones me llevó a toparme con El cambiazo, una comedia por la que no hubiera apostado nunca, pero que me hizo reírme a carcajadas inesperadamente.
Ryan Reynolds (Free Guy) y Jason Bateman (Ozark) interpretan a dos amigos, con vidas totalmente opuestas. El primero, Mitch, es un “viva la vida”, y disfruta de esa condición de soltero de oro, con cada una de sus conquistas amorosas. Por su parte, Dave, compagina su como abogado con la de marido y padre de familia. Ambos envidian algunos aspectos de la vida del otro, y al final de una noche de fiesta de forma repentina sufren un cambio de cuerpo. Ahora, Mitch debe lidiar con el estrés laboral y con eso de despertarse a horas intempestivas a cambiar pañales y dar biberones. Por su parte, Dave tendrá que arreglárselas para evitar meterse en la cama con algunas de las “novias” de Mitch.
La trama es poco original, -la hemos visto en numerosas ocasiones en la gran pantalla-, pero consigue su propósito: hacer al espectador pasar un buen rato e incluso plantearle si de verdad deseas tener la vida de tu mejor amigo. ¡Una comedia perfecta para ver cualquier noche!
'Resacón en Las Vegas' (2009)
Andrea Zamora
Las expectativas son uno de los peores enemigos del espectador. Vas con unas ideas preconcebidas a una sala de cine o le das al ‘play’ a una película en una plataforma de ‘streaming’ y, en la mayoría de los casos, es frustración lo que terminas encontrándote. Por eso, ir sin esperanzas a ver un filme solo me ha dado buenos resultados. Resacón en Las Vegas fue la primera vez que experimenté precisamente eso: no esperar absolutamente nada de una película y encontrar una mina de oro.
La historia sigue a tres hombres que se preparan para darle a su amigo una gran fiesta de despedida de soltero en Las Vegas. Después de una noche llena de excesos, los protagonistas despiertan y descubren que el novio no está por ninguna parte y que ni siquiera recuerdan qué hicieron. Las únicas pistas que tienen son un tigre, un diente perdido y un bebé. Todo se convierte en una carrera contrarreloj por recrear los acontecimientos de la pasada noche y así encontrar a su amigo para llegar a tiempo a la boda.
No daba un duro por la gamberra comedia dirigida por Todd Philipps y protagonizada por Bradley Cooper, Ed Helms y Zach Galifianakis. Podría decir que, incluso, fui al cine casi engañada. No recuerdo cómo terminé ahí dentro. Supongo que lo bien que lo pasé viendo el filme ha tenido como consecuencia eliminar de mi memoria los momentos previos a sentarme en la butaca. Porque Resacón en Las Vegas es una de las películas con las que mejor me lo he pasado en el cine y con las que más me he reído. Mucho de eso, en parte, gracias a Ken Jeong y su papel como Chow. Ya sabes, a veces es mejor bajar la guardia, no exigir nada y terminar soltando unas cuantas carcajadas.
'Babe el cerdito en la Ciudad' (1999)
Beatriz Lucas
Cuando tienes hijos y son ellos los que eligen la peli -y encima quieren que les acompañes- se corre el riesgo de tragarse auténticos truños llenos de colores fluorescentes y pelis pensadas para seres menos inteligentes que la media. (Sorprendentemente algunos cineastas, supongo que sin hijos, creen que hacer una buena película infantil, es sinónimo de hacer una película insultante para la inteligencia del espectador). Bueno el caso es que cuando le dimos al play de Babe el Cerdito en la Ciudad, la segunda parte de Babe el Cerdito Valiente las expectativas estaban un poco por los suelos. Así que cuando vi en los créditos como director a George Miller (Mad Max, furia en la carretera), que había sido el guionista en la primera, me llevé una alegría. La película fue un sorpresón. Cuenta la historia de lo que le ocurre a un cerdo de pueblo - o a cualquier humano de pueblo. cuado llega a una ciudad repleta de peligros, tentaciones y desafíos, y cómo gastárselas con los más chungos del barrio. Es una película gamberra, fascinante, con múltiples niveles de lectura tanto para adultos, como para niños, bastante loca, a veces punk, sorprendente y eficaz como comedia gamberra, sin complejos.
'Gangster Squad' (2013)
Tomás Andrés
Gangster Squad (Brigada de élite) fue uno de los proyectos más anticipados de 2013. Con un reparto de lujo -Josh Brolin, Ryan Gosling (que venía de rodar Drive), Emma Stone y Sean Penn- y un director en auge tras las cámaras (Ruben Fleischer, Bienvenidos a Zombieland), el filme despertó el interés de gran parte de la cinefilia y sobre todo de los amantes del cine negro. Inspirada en la historia real del agente de policía Clemence B. Horrall y su lucha contra el imperio del crimen de Mickey Cohen, la película fue vilipendiada por la crítica tras su estreno. En el USA Today pudimos leer sobre ella: “un absurdo y escabroso thriller de gangsters, que glorifica el estilo de vida mafioso”, o esto otro en el Telegraph: “El problema es que todo parece infantil. Los decorados son demasiado pulcros y la violencia es falsa y digital". A ello hay que sumar la mala valoración que me hicieron dos personas de mi entorno.
Ante este panorama las expectativas ante el filme bajaron considerablemente, pero aún así decidí comprar una entrada para verla en el cine junto a mi expareja de aquel entonces. Cual fue mi sorpresa cuando me encontré ante un producto que homenajeaba al policíaco de serie B, pero con grandes medios y unas actuaciones estelares. Con un gran villano -encarnado por un enorme Sean Penn- que mira de tú a tú a otros grandes capos reflejados en la gran pantalla a lo largo de la historia. Una película muy disfrutable, que funciona como un tiro y que no decae en ningún momento. Si bien se puede criticar su oda al servicio policial, los expeditivos métodos de los agentes protagonistas harán las delicias de los fans del cine de acción. No es un largometraje redondo ni mucho menos, pero tampoco es el engendro digital que muchos nos quisieron hacer ver.
'Soy un Cyborg' (2008)
Lourdes De Paredes Rincón
Reconozco que cuando me propusieron ver Soy un Cyborg lo primero que hice fue preguntar por el argumento de la película, aunque por el título me podría imaginar parte del hilo conductor. Una joven está internada en un psiquiátrico porque cree que es un cyborg en toda su extensión. Se niega a comer comida y solo acepta alimentarse a través de pilas y baterías, entendiendo, en su excéntrico razonamiento, que solo necesita electricidad para subsistir. Me animaron a ver la cinta prometiendo una buena dosis de cine con mayúsculas y, por supuesto, la dirección de Park Chan-Wook (Old Boy).
Y sí, fue todo un acierto ver esta película. Dura poco más de hora y media, pero es un viaje fascinante al mundo de la psicología, los sueños y las emociones. Una obra surrealista a la par que encantadora, con una gran sutileza visual, romántica y dramática a partes iguales.
No es cine convencional, pero es cine del bueno y merece una oportunidad (incluso dos).
'The Voices' (2020)
Custodio Guerrero
Ryan Reynolds ahora mismo se encuentra como uno de los actores más queridos de Hollywood, gracias sobre todo a su Deadpool. Pero todos tenemos un pasado y no precisamente uno que brille mucho. Ahí están Linterna Verde, que el actor ha criticado hasta la saciedad, o su otro Deadpool en X-Men orígenes: Lobezno.
Pero entre eso hizo un gran trabajo en Buried y posteriormente The Voices, película de la que no me esperaba nada y que me terminó de encantar. La premisa era ‘sencilla’: chico intenta conquistar a chica con la ayuda de sus, sí, mascotas parlantes. ¿Puede ser una locura? En efecto ¿Pero que también está genialmente llevado? También.
Porque la película muestra de una forma bastante peculiar y única lo que le pasa al protagonista de la película. Además, Reynolds está acompañado de un gran reparto como es Anna Kendrick y Gemma Arterton. The Voices destaca por su historia, su fotografía, su dirección y su guión. Seguro que no te defrauda.
'Diecisiete' (2019)
María Garzón
Todos tenemos ese amigo que constantemente nos está recomendando ver películas o series. En mi caso, no os imagináis lo pesada que puede llegar a ser una de mis mejores amigas. Además, tiene ese don de siempre recomendar cosas que cuando te las pones duras enfrente de la pantalla tan solo 20 minutos. Sin embargo, en una de esas efusivas recomendaciones acertó a la perfección.
Cuando di al play en Netflix para ver Diecisiete mis expectativas eran más bien escasas, pero según avanzaba la película de Daniel Sánchez Arévalo me entusiasmaba cada vez más. El filme sigue a Héctor, un joven de 17 años internado en un centro de menores que tiene como gran apoyo una perra llamada Oveja. Todo cambia cuando Oveja es adoptada, los problemas vuelven a su vida y decide escaparse en busca de la que es su gran amiga.
El argumento es sencillo y la mayor parte del tiempo transcurre en una autocaravana, pero eso no quiere decir que no sea una gran película. La actuación del joven Biel Montoro es espectacular y te despierta gran ternura. A su lado Nacho Sánchez, quien interpreta a Ismael para dar la sensatez que necesita Héctor. Cada escena, cada palabra de los protagonistas emocionan para acabar encogiéndote el corazón.
Diecisiete es un ejemplo de película que no necesita grandes elementos para cautivar a los espectadores. A veces en lo sencillo, están las grandes películas.
'Juntos y revueltos' (2014)
Ana Lasso
Drew Barrymore y Adam Sandler juntos de nuevo desde aquella película romántica de sobremesa que seguro que has visto en algún momento de tu vida, 50 primeras citas. Diez años habían pasado desde el estreno de esa película cuando salió a la luz Juntos y revueltos. Ahora, la dinámica entre ellos es otra y la trama de la película es muy, muy diferente. Aunque me enfrenté a ella con pocas expectativas, esperando que fuera la típica comedia familiar para pasar la tarde (que también lo es), Juntos y revueltos se me antojó de todo menos monótona.
La química que desprenden Barrymore y Sandler es el condimento necesario para que todo marche sobre ruedas. No sé si fueron por las espectaculares localizaciones que aparecen del sur de África o la típica dinámica de familias, que por casualidades de la vida les toca el viaje de sus vidas, lo que consiguió atraparme más. La película en su conjunto cumple su función: entretenerte, divertirte y hacerte, por un momento, cambiar el chip.
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