Este artículo contiene SPOILERS de 'Sin tiempo para morir', por lo que si no la has visto no sigas leyendo.
Ursula Andress, la 'chica Bond' de Agente 007 contra el Dr. No (1962), consiguió su papel después de que el director, Terence Young, viese una fotografía suya con una camiseta mojada. En aquel momento, esas eran las cualidades que se requerían: tener buen físico y poder encandilar al público masculino. 60 años después, Lashana Lynch, la nueva 00, lleva al Bond de Daniel Craig como paquete en la moto mientras es ella la que conduce. Son dos tipos de mujer completamente diferentes y, entre ambas, hay un largo camino que ha terminado por alcanzar la igualdad en una saga que, tradicionalmente, ha sido sexista.
Sin tiempo para morir ha utilizado toda su artillería para quitarse ese sambenito. Daniel Craig se ha empeñado, desde que llegó en 2006 con Casino Royale, en no ser el agente puramente masculino que habían sido sus predecesores. Han sido seis los intérpretes encargados de interpretar al héroe de acción de Ian Fleming durante 25 películas, cada una de ellas con su correspondiente chica Bond, un personaje utilizado para servir a la historia del agente y del que, durante muchos años, solo ha importado el color del bikini.
El pasado machista de James Bond: "Puede ser sexista siempre que su entorno lo señale"En la nueva entrega de la saga, recogen ese título dos actrices que de comodín no tienen nada. Son Lea Seydoux en el papel de Madeleine Swann -quien, por cierto, es la primera en repetir en un personaje femenino de estas características- y Lashana Lynch como Nomi, la agente 00 que sustituye a James Bond después de que deje su puesto. Ellas son las que han cambiado el entorno de Craig en favor de un ambiente más equilibrado y sin una masculinidad tan marcada. "James Bond sigue siendo muy formal, pero sí que veo un quiebro en la figura masculina, que no solo tiene cualidades normativas. Es un James Bond más viejo, que se reconoce como más débil, pero el sentido heroico lo conserva hasta el final", señala Asunción Bernardez Rodal, profesora de Comunicación de la Universidad Complutense de Madrid y autora del libro Soft Power: Heroínas y muñecas en la cultura mediática.
Se convierte en un héroe sacrificial, se sacrifica por la familia. Eso es un matiz muy nuevo en el diseño de conquistador y asesino. Se le humaniza a partir de esta figura
Presentarlo como un tipo familiar supone un giro en la forma en que se trata su masculinidad, pero sigue manteniendo una línea tradicional muy marcada. En Sin tiempo para morir, James Bond es un hombre con una hija que ya ha sido criada y una mujer joven, hermosa y maravillosa. "La trama no contraviene el ideal masculino porque ahora estamos ante un Bond viejo, que ha sido un crápula toda su vida. Ahora se encuentra con una niña ya criada de manera maravillosa y con una mujer joven, con lo cual, esos ideales de la masculinidad se mantienen de manera perfecta porque se encuentra a la mujer perfecta", mantiene Bernardez.
'Sin tiempo para morir': un cambio sin vuelta atrás en las chicas Bond
"Bond puede ser sexista, está bien, quiero decir, no está bien que alguien sea sexista, pero él puede serlo siempre que todo el mundo a su alrededor señale que lo es. No puedes alejarte de los personajes difíciles, se trata de que todas las partes, especialmente las mujeres, sean iguales a él". Estas son las palabras de Daniel Craig en una entrevista para SensaCine. El actor está de acuerdo en que la franquicia debe cambiar hacia el feminismo y la igualdad. Para ello cuentan con dos grandes bazas: la Madeleine Swann de Lea Seydoux y Nomi, la agente 00 interpretada por Lashana Lynch.
Sobre Swann recae la función maternal al ser la madre de la hija de James Bond. Corrían el riesgo de encasillarla en un papel doméstico, pero está bien equilibrada, en palabras de Asunción Bernardez Rodal. "Es una figura de mujer profesional, pero también muy domesticada, integrada en el entorno familiar. Se nos presenta como una mujer guerrera y luego lo que es, sobre todo, es una figura de madre, aunque es una figura muy positiva porque se defiende", señala la profesora.
En ese sentido, tiene todavía unas características fálicas, es decir, que sabe usar la fuerza y la compagina con la maternidad y con las características más clásicas de la feminidad. Es una figura bastante positiva
En el otro bando está Nomi, una chica que llega a la agencia con mucha fuerza, seguridad y grandes habilidades. También con mucho conocimiento acerca de James Bond, al que es capaz de tocar todos los botones. Para la experta en género, esta inclusión es un gran cambio: "Que aparezca una 007 mujer y negra es algo fantástico. Este personaje es positivo. Es una mujer que no corresponde con los cánones de belleza. No es muy delgada, es negra, es muy interesante".
Lashana Lynch es la nueva agente 007 en 'Sin tiempo para morir', pero, ¿reemplaza a James Bond?El personaje de Lashana Lynch protagoniza una escena muy representativa de esta entrega de James Bond. Es ella la que conduce a su compañero en varias ocasiones, ya sea en una moto o a bordo de un avión. "Es muy simbólico. En una película de James Bond todo el tema de la tecnología siempre está manejado por hombres. En este caso, el hecho de que sea una mujer la que lleva la moto, que también representa la masculinidad, es muy importante", afirma Asunción.
De una camiseta mojada y una lesbiana confusa a la revolución de Madeleine y Nomi
Ursula Andress tiene el honor de ser la primera chica Bond de la historia. Aunque aparece en la película con mucha fuerza, sus cualidades pronto se desvanecen para dar paso a un personaje infantilizado y que necesita la ayuda de Bond. ¿Qué recordamos de ella? La famosa escena saliendo del agua con ese bikini blanco que, décadas más tarde, también sería lo más icónico del personaje de Halle Berry en Muere otro día. Esta es la tendencia que han seguido ese tipo de personajes, muy sexualizados al comienzo y de manera un poco más sutil hacia el final.
Hay algunos casos más espinosos que otros. Uno que hoy en día generaría bastante polémica es el de Honor Blackman, que dio vida a Pussy Galore en James Bond contra Goldfinger (1964). A priori, un personaje interesante, ya que es la única mujer criminal conocida en Estados Unidos. Tenía un rasgo rompedor al presentarla como lesbiana, al igual que todas las participantes de su organización. Este detalle tan avanzado pronto empieza a hacer aguas, ya que pronto te hacen fruncir el ceño. Bond la fuerza para darle un beso hasta que sucumbe y, aunque es una criminal experimentada, tiene que ser salvada por Bond de las garras de Goldfinger. Sin embargo, lo que hoy en día no podría llegar a pantalla es que Bond y ella terminan juntos, a pesar de la orientación sexual de Pussy.
En los 70, Gloria Steinem fundaba la famosa revista feminista Ms., la National Organization for Women (NOW) congregaba a centenares de mujeres en sus protestas y la Enmienda de Igualdad de Derechos estaba en la agenda de los grupos políticos. La saga del agente 007 no podía mirar para otro lado y construyó a su siguiente protagonista en base a lo que la sociedad actual pedía. Así nació Anya Amasova (Barbara Bach) en La espía que me amó (1977), una de las chicas Bond más desarrolladas y equilibradas con el actor principal. Gracias a este cambio, luego habría lugar para la Jinx de Halle Berry en Muere otro día (2002), la que fue la primera mujer negra que no terminó en un papel de villana y un gran avance como heroína de acción.
Para cerrar este repaso por la larga lista de chicas Bond, destacamos dos aspectos recurrentes. Por un lado, la muerte es un destino habitual entre ellas, empezando por Aki (Akiko Wakabayashi) en Sólo se vive dos veces (1967), que es accidentalmente envenenada, y siguiendo por Plenty O'Toole (Lana Wood) y su caída en Diamantes para la eternidad (1971). Vesper Lynd (Eva Green), que dio vida una de las pocas mujeres que han conseguido llegar al corazón del agente en Casino Royale, también sufre un fatídico final. Es una tendencia que han sufrido los personajes considerados menores en la ficción, como las mujeres, las personas de razas no occidentales y los pertenecientes al colectivo LGBT.
Otro hecho a destacar es la edad de las actrices que han acompañado al agente. Pocas han pasado de los 30, siendo Monica Belucci la gran excepción, ya que interpretó a Lucia Sciarra en Spectre (2015) a sus 51 años. En la actualidad, la juventud de las chicas Bond es algo que no cambia. Lea Seydoux tenía justo 30 años al aparecer en Spectre, mientras que Lashana Lynch y Ana de Armas, las incorporaciones de Sin tiempo para morir, llegan a los 33. Por supuesto, James Bond tiene licencia para envejecer y ahí estaba Roger Moore a sus 50 años o Pierce Brosnan ya bien entrado en la cuarentena.
Dicho esto, ¿cómo será el nuevo James Bond? Hay mucho debate en torno a la oportunidad de colocar a una mujer en el puesto. Igual que hay defensores, surgen muchas voces en contra de esta idea. La postura de Craig es que lo realmente necesario es crear personajes femeninos ricos y complejos, no sustituir a los que tradicionalmente han sido hombres por mujeres. "Lo interesante desde luego sería eso, que estos estereotipos discurran con naturalidad, que puedan ser hombres o mujeres los que llevan esos papeles. La sociedad tiene que ir cambiando también. Al final, lo que ocurre, es que la ficción sigue siendo muy conservadora, más de lo que pensamos. Ahora aparecen figuras de mujeres, que está muy bien, pero hay un conservadurismo implícito que sigue funcionando", opina Asunción Bernardez.
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