Cuando uno descubre que entre los guionistas de Ron Da Error está Peter Baynham, creador de Borat, enseguida se da cuenta de que no se trata de una película más de animación para niños. Porque Ron da Error, que llega este fin de semana a los cines de la mano de Disney, tiene tantos niveles de lectura como espectadores posibles.
La premisa es sencilla: un universo -no tan lejano al actual- en el que los niños tienen la posibilidad de comprarse su mejor amigo virtual. Se llama B·Bot y se trata de una especie de robot redondito y achuchable, que en teoría parece una buena idea, pero en la práctica no podría haber sido peor. Aquí van las claves de por qué nos ha encantado:
1. Una historia aparentemente cotidiana pero en realidad muy 'punk'
La película nos arrastra hasta la decadente vida de un protagonista solitario y raruno, Barney, con una familia un tanto outsider -su abuela anticomunista y su padre comercial de objetos freaks- , que quizá sea quien más podría necesitar el B·Bot del mundo. Pero cuando su padre se da cuenta de ello, es tarde y solo puede conseguir uno en un callejón, de origen cuestionable, y que, como cualquiera podría imaginarse no funciona como debería. Todo bastante más punk de lo que una película infantil plantearía de entrada. Pero ¿y si esa subversión tecnológica es precisamente la clave de su éxito?
La historia de Ron da Error nació hace seis o siete años. Uno de los guionistas Peter Baynham y una de las directoras, Sarah Smith pasaron las navidades juntos.
Empezamos a pensar en que queríamos dirigirnos a gente como mis hijos, como yo y como mis amigos. Y en mi casa venía mi hijo cada día con problemas sobre amistad, mientras yo trataba de desengancharle del IPad. Así que era construir una película en torno a los dos grandes asuntos cotidianos en el hogar", recuerda Smith.
2. Un sentido del humor hilarante
El guionista Peter Baynham confiesa que le encantaría tener un B·Bot, con ese feeling de poder sacar un amigo de una caja, pero claro, las cosas no suelen salir como esperamos y ahí empiezan los problemas: "Ron no funciona demasiado bien, realmente es un idiota y ni siquiera está conectado a internet y en entonces cuando emprenden una aventura hilarante", explica entre risas el que fuera guionista de Borat. Y desde luego que lo consigue con momentos gloriosos como el que protagonizan en el patio del colegio una anciana atemorizada por el aparato, un motero republicano y un loro a los que el B·Bot ha convenido para hacerse amigos de Barney.
3. Da mucho que pensar y hablar sobre nuestros amigos y las RRSS
La película habla también de la necesidad de encajar, ser parte del tinglado mundial, y el rol que las redes sociales y los dispositivos juegan en ese universo y lo que estamos dispuestos a hacer para no desentonar en ese universo.
La película habla también de lo ilusorio que puede resultar la confusión del mundo virtual con el real, y cómo son vidas paralelas y la complejidad que hay detrás de todo esto", relata la directora.
Pero también habla de lo que es la amistad y cómo debe ser algo de ida y vuelta, recíproco porque las relaciones unidireccionales dan error. Como Ron. "Planteamos que al final la verdadera amistad nace cuando tú eres tú mismo y no tu versión digital. Cuando alguien puede que no esté de acuerdo contigo, y puede ser caótico y desordenado y todo puede ir mal. Y esas son las relaciones más divertidas", explica Smith a SensaCine.
4. Pasa de rollos moralistas
El guionista explica que han intentado evitar el tono moralista o "meterle el rollo" al espectador, niños incluidos. "Éramos conscientes de que puedes dar todos los mensajes e incluir todas las preocupaciones que quieras, pero si no utilizas la risa con los niños puede ser difícil que lleguen. Además los niños se dan cuenta cuando tratas de meterles el rollo", advierte Baynham.
"Cuando nosotros criticamos a los niños por el uso que hacen de los móviles o tabletas, no cuela que les digas que no necesitan dispositivos mientras tú estás obsesionado sin poder levantar el pulgar de tu teléfono", añade la directora.
5. Una historia de salvación filmica
El camino hasta el estreno de Ron da Error ha sido un tanto complicado pero es una alegría que haya podido estrenarse en las salas. El filme era un proyecto de BlueSky, el estudio de animación responsable de películas como Ice Age, que trabajaba para 20th Century Fox. Sin embargo, cuando Disney compró la 20th cerró BlueSky, aunque mantuvo vivo Ron da Error.
Disney cierra el estudio de ‘Ice Age’: Las películas que no veremos tras el adiós de Blue SkyLa directora y el guionista reconocen las dificultades del camino hasta el estreno: "Hemos pasado por tantas cosas… Literalmente el estudio de Hollywood se cayó y se levantó, el presidente se marchó, tuvimos tantos cambios… ¡y una pandemia global!", recuerda. Y como una película animada tarda tanto en construirse, la sensación de asomarse a ella seis años después es extraña: "Puedes experimentar tantos mundos diferentes desde que surge la idea hasta que se estrena, que lo único que puedes hacer es enfocarte en el momento maravilloso en el que estamos ahora en el que ves a los niños viendo a tus personajes.
También es extraño cuando piensas en el chiste que escribiste hace cinco o seis años y que cuando lo ves ahora dudas de que fuera tan gracioso... es lo más duro", concluye el guionista.
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