Daniel Brühl es ese actor alemán-español que has visto en todas partes últimamente. Fue el entrañable Alex de Good bye, Lenin!, dio vida a Niki Lauda en Rush y es el genial Zemo de Capitán América: Civil War y Marvel en general. También interpretó a Fredrick Zoller en Malditos bastardos, donde tuvo la oportunidad de trabajar con Quentin Tarantino. Recientemente, ha acudido a El Hormiguero como invitado y ha compartido algunas anécdotas de su experiencia con el maestro del cine.
Sabemos que Tarantino es una persona peculiar y llena de manías. Como cuenta Brühl odia que la gente duerma en el set de rodaje y que pierda el tiempo mirando las redes sociales en el móvil, por lo que tiene una política clara: nada de móviles ni siestas. "Él no soporta que la gente se duerma en el set y tampoco soporta los móviles. Tienes que entregar tu móvil en la entrada y no puedes controlar tu Instagram o tus mensajes en todo el día".
Pone música en los cambios técnicos y, si ve a alguien durmiendo, tiene un asistente que le hace una foto con un objeto obsceno de gran tamaño color morado. Y la ponen en el Hall of Shame -'el muro de la vergüenza' en español-. Yo no estaba ahí porque estaba acojonado, pero vi algún famoso
Además de intentar no dormirse, Brühl fue testigo de cómo llega un gran tesoro a una grabación de cine. En cierto momento del rodaje, recibieron la visita de un extraño muy imponente en el set de rodaje que nadie sabía muy bien qué hacía ahí. "De repente apareció un hombre gigantesco, un armario, esposado a un maletín. No hablaba con nadie. Yo no le había visto antes. Estaba tomando café y le pregunté '¿Usted quién es?'. Me dijo 'Vengo de un museo de Boston y tengo objetos muy importantes en esta maleta", cuenta el actor y director, que estaba totalmente intrigado ante esta presencia.
Obtuvieron la respuesta cuando Hitler entró en escena. "Era el día que llegó por primera vez el que hacía de Hitler. Llamaron al actor, Martin Wuttke, y el hombre abrió la maleta y sacó unas gafas y un reloj", confiesa Brühl, "Tarantino le dijo 'Ponte las gafas y el reloj'. Eran las gafas y el reloj de Hitler. El actor se lo puso y empezó a dar vueltas. Tarantino le preguntó: '¿Cómo te sientes?'. El actor, que es muy gracioso, después de unos segundos gritó: 'No siento nada".
Daniel Brühl lleva décadas siendo actor y ahora ha dado el salto tras las cámaras. Acudió a El Hormiguero para presentar su primer largometraje como director, titulado La puerta de al lado. En el plató de Pablo Motos ha confesado que le costó un poco adoptar ese papel hasta que Ron Howard le dio un buen consejo: "Un buen director hace un buen casting de equipo y no tienes que pretender saberlo todo. Es un proceso muy democrático".
Viene de presentar el filme en el Festival de Sevilla. "Me lo pasé... ¡Una pasada!", asegura. Está muy unido a España por la procedencia de su madre -una profesora de Barcelona- y disfruta con su doble nacionalidad. De hecho, ha abierto un bar de tapas en Berlín del que está muy orgulloso. "Tenemos de todo, es muy chulo. Vamos viajando por todas las provincias de España y cada dos semanas cambiamos el menú. Ofrecemos al público alemán algo diferente. Para muchos alemanes, España es Rioja y jamón".
La puerta de al lado se estrena en España el 19 de noviembre y, poco después, veremos a Brühl como parte del reparto de King's Man: La primera misión, la cual se estrena el 29 de diciembre tras un largo retraso debido al coronavirus.
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