Chema García Ibarra lleva más de una década dirigiendo cortometrajes y ganando premios en festivales. Cannes, Sundance y Berlín son prueba de ello. El ataque de los robots de Nebulosa-5 (2008), Protopartículas (2009), Misterio (2013) y La disco resplandece (2016) son algunas de las creaciones del director, nacido en Elche (Alicante, Comunidad Valenciana) en 1980. Por eso, su primer largometraje se ha convertido en uno de los debuts más esperados. Su resultado no ha dejado a nadie indiferente. Espíritu sagrado llega a las salas de cine este viernes, 26 de noviembre, después de presentarse en el Festival de Sevilla y de obtener una mención especial del jurado del Festival de Cine de Locarno.
La película tiene como protagonista a José Manuel, miembro de la asociación ufológica Ovni-Levante. Él y los miembros de este grupo se reúnen semanalmente para intercambiar información sobre abducciones y mensajes extraterrestres. Cuando su líder Julio muere, José Manuel se convierte en el único conocedor del secreto cósmico que puede alterar el porvenir humano. Mientras esto ocurre, toda España busca a una niña desaparecida hace semanas.
A García Ibarra se le ocurrió la idea de Espíritu sagrado mientras veía un canal de televisión local y, a partir de ahí, el director construyó una historia que combina situaciones cómicas con otras terribles. Hablamos con él de ello, del diseño de sonido y del de producción -esto último corre a cargo de su pareja Leonor Díaz- y de más aspectos de su primera película.
¿Cuál es la pregunta que más te han hecho sobre la película?
La pregunta que más veces me han hecho sobre la película es de dónde surge la idea original para hacer la película.
¿De dónde surge la idea original para hacer la película?
Pues la idea original viene de una vez que estaba viendo un canal de televisión local y vi una entrevista con un grupo de aficionados que habían montado una asociación destinada a estudiar lo parapsicológico y, dentro de sus historias, cómo grabar psicofonías. Había una que implicaba alejarse de la ciudad y pasar la noche al ras, sin contaminación lumínica, mirando al cielo. Lo llamaban "Alerta OVNI". Y lo que me gustó es que eran cinco personas totalmente distintas entre ellas que habían formado una familia esotérica magnífica.
¿Cuál es la pregunta que no te han hecho sobre la película?
En general sí me han preguntado sobre prácticamente todo… Quizás el diseño de sonido de la película, que es algo superinteresante. Ahí me habrán preguntado sólo una o dos veces.
¿Cómo fue trabajar el diseño de sonido de la película? [risas]
El diseño de sonido me lo hizo Roberto Fernández, que yo creo que es un genio. Roberto hace cosas muy trabajadas a partir de sonidos de la propia realidad. Por ejemplo: una puerta que se cierra y hace ¡BUM! Pues los últimos segundos antes del ¡BUM! se pueden estirar y modular y se convierten en un sonido muy interesante. En la película hay una televisión de tubo que tenía una vibración muy particular, algo que se notaba especialmente cuando la muteabas. Roberto cogía esa vibración y lo enfatizaba de forma muy sutil, en quinto plano, más el sonido de la televisión natural, y acaba creando una tensión magnífica en la secuencia. Eso para él podían ser cuatro días de trabajo. Entiendo que es algo tan específico que nadie te pregunte por ello.
Hombre, eso es muy David Lynch.
Exacto. Roberto es un experto. En localizar, grabar y manipular esos sonidos.
En Espíritu sagrado hay una de las mejores secuencias que yo haya visto este 2021. Me refiero a la de la feria, con el protagonista y la niña subidos a las atracciones mientras suena el 'Zombie' de Los Sobraos.
Me alegra mucho que te guste. Fue una secuencia muy complicada de rodar. ¡Fue muy complicado encontrar una feria en pandemia! Fue difícil situar la cámara donde yo quería. A mí también me gusta mucho. Es una secuencia de descanso, de recarga, porque lo que viene después es muy bestia. Podía haber durado sólo 30 segundos. Pero quería que fuera una secuencia donde el espectador también pudiera descansar. Que fuéramos todos juntos a la feria.
¿Te preocupa la duración de los planos? ¿Sientes la tentación de alargarlos?
No. Creo que los planos tienen una medida muy justa. Para ver la duración que necesita el plano en montaje es necesario ver el plano en distintos momentos del día. Y hay que verlo en pantalla grande porque el tamaño de la imagen afecta a la duración del plano. Creo que era Kandisnky quién lo decía: "¿Este cuadro de Rembrandt cuánto dura? ¿Cuánto tiempo necesito para verlo?". Y ahí descubres que hay pintores de 30 segundos y hay pintores de 3 minutos.
¿Por qué todos los planos tienen algo?
En todos suceden cosas, en todos hay información, hay muchos detalles, está muy coreografiado, también hay muchas pistas escondidas… la gente que la ha visto por segunda vez dicen que disfrutan mucho descubriéndolas.
¿Te vuelves a ver tus películas?
No mucho. Esta la vi en el Festival de Sevilla, que me apetecía verla con el público español, y no la voy a volver a ver en años. Es que es muy complicado hacer una película y todos los procesos que vives en ella. A mí Espíritu sagrado me gusta mucho y la he disfrutado mucho. Pero la vives demasiado y llegas a un tope. Yo la vi en su estreno mundial en Locarno y luego en Sevilla y ya está.
¿Cómo de importante es Leonor Díaz (directora de producción y pareja sentimental) en tu trabajo?
Es la mitad de todo. Piensa que nosotros trabajamos por igual de bien a las personas que a los objetos. No es que bajemos las personas al nivel de los objetos sino que subimos los objetos al nivel de las personas. Lo mismo con los lugares, con las localizaciones. Y todo eso es responsabilidad de Leo. La propia decoración de los espacios te dicen cosas de la psicología de los personajes que no están en el guión. Por eso Espíritu sagrado además de ser una película también es un museo de pequeñas cosas.
¿En qué momento decidiste que iba a ser un largometraje?
Lo decidió la propia película. Hubo un momento que personajes, historia… todo me pedía una duración más larga.
Tu película mezcla situaciones cómicas hilarantes y situaciones dramáticas terribles.
¡Exacto! Hay que hacer el diagram de Venn. Círculo: "situaciones cómicas", círculo: "situaciones terribles", intersección: Espíritu sagrado.
Pier Paolo Pasolini, Satyajit Ray, Pedro Costa. Serían tres grandes nombres de cineastas que han sabido trabajar retratando el lumpen de la sociedad y tratándolo con empatía máxima y sin juicios morales. Tú estarías en esa liga. ¿Cómo se logra eso?
Bueno, es que es mi gente, es mi barrio… ¡Hemos rodado en mi calle! El bar es un bar al que vamos... No tengo que tratar de hacer nada porque ya estoy ahí.
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