¿Qué puede llegar a ocurrirle a un hombre que se queda encerrado en una cabina telefónica? Esta pregunta que debió hacerse Antonio Mercero cuando decidió encerrar en una a José Luis López Vázquez, en La Cabina y convertirlo en una pieza de cine para la historia, es desde luego cosa de otra época. Una en la que la gente ni siquiera podía pensar en eso de llevar un teléfono en un bolsillo, o de que algo tan cotidiano como una infrasetructura telefónic pudiera convertirse en un monumento en la capital de España, e incluso de una época no tan lejana en la que el Ayuntamento de Madrid rindiera homenaje a un cineasta en su ciudad.
Y toda esa explosión de nostalgia se ha vivido en la inauguración en Madrid, en la plaza Conde del Valle Suchill, con la instalación de una cabina telefónica roja, para recordar al cineasta y director, que fue en aquel 1972 honrado con el primer premio Emmy de la historia de España (el siguiente, en el siglo siguiente fue para La Casa de Papel) por aquel angustioso mediometraje de 37 minutos.
Pero esta cabina roja está además cargada de simbolismo porque está repleta de nostalgias de lo que fuimos. La iniciativa #UnaCabinaparaMercero partió de un cineasta, David Linares, tras fallecer el realizador de la película en 2018. Fue arropada en redes sociales y por las asociaciones de vecinos, y por la Academia de Cine y que se aprobó por unanimidad en el pleno del Ayuntamiento, que en aquel 2018 gobernaba Manuela Carmena. Y se ha instalado gracias también a la Fundación Telefónica.
Cuando guionista madrileño David Linares, escribió un tuit hace tres años señalando "lo bonito que sería" hacer un homenaje al director tras su fallecimiento nunca pensó que podría hacerse realidad. Horas después, directores como Santiago Segura o Álex de la Iglesia, le apoyaban igual que muchos ciudadanos, que realizaron la propuesta al Consistorio. "Era un genio que fue capaz de retratar varias generaciones en sus obras. Escribía historias y retratos de nosotros como el amor, la familia, el trabajo, que están muy ligadas a las personas. Él tiene la magia de que podamos seguir viviéndolo con sus obras", recordó el guionista en el acto, según difundió Europa Press.
La cabina se ha ubicado a los pies del edificio de Arapiles, la enorme mole de oficinas que sale también representada en la película, y desde allí se recordará al director detrás de películas que marcaron muchas vidas como La guerra de papá (1977), Espérame en el cielo (1988) o Planta 4ª (2003), así como creador de la series Verano azul o Farmacia de guardia. Histora de lo que fuimos.
El mediometraje de Mercero, que está disponible en el canal de Yutube del archivo de TVE y puedes ver sobre estas lñineas se creó para ser emitido en televisión en 1972, y marcó a toda una generación que cuando entraba en una cabina a llamar ponían el pie en la puerta para no encontrarse en las mismas que el personaje de José Luis López Vázquez, según recordó en el acto Azucena Rodríguez, de la junta directiva de la Academia de Cine que la definió como: "Una película que fue muy popular e impresionó mucho y caló" en los espectadores de la época, según la representante d ela Acdaemia. "Para los cineastas nos da alegría que se llenen de homenajes a los hombres y mujeres de la cultura.
Ojalá que la gente que sienta el impulso de asomarse a las películas de Mercero porque se lo pasarán bien y conocerán cómo somos y éramos", concluyó Rodríguez.
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